Con un desayuno popular en el Obelisco, organizaciones sociales y de inquilinos reclamarán a Horacio Rodríguez Larreta alimentos, insumos para cumplir con las medidas de higiene y prevención en la pandemia y vacunas para la personas en situación de calle. Denunciarán también la respuesta represiva que el gobierno de CABA está dando a la crisis habitacional, que se expresa tanto en el hacinamiento de miles de familias en hoteles e inquilinatos como en un aumento de los desalojos en plena pandemia. “Hay que visibilizar la pobreza escondida bajo la alfombra en la ciudad de Buenos Aires”, señalaron en la convocatoria.
La protesta será este lunes a partir de las 8.00, en la plazoleta de Corrientes y 9 de Julio. Está organizada por la Coordinadora Desde Abajo, un espacio integrado por Proyecto 7, el MTD Aníbal Verón, la Coordinadora de Inquilinos de Buenos Aires y las Asambleas Populares por Tierra, Techo y Trabajo.
“Lo que está haciendo el gobierno de la ciudad es un desastre. Son los abanderados del diálogo, pero después incumplen todo lo que prometen”, dijo Horacio Avila sobre las razones del desayuno popular. Referente de Proyecto 7, la organización de personas en situación de calle que gestiona cuatro centros de integración en CABA, Avila contó que “no nos esta llegando ni lavandina, ni alcohol en gel, ni barbijos ni nada para realizar los protocolos de higiene por la covid”.
A principios de mayo, estas mismas organizaciones hicieron una protesta similar frente al Congreso, con una invitación abierta a personas en situación de calle y a todos aquellos que lo necesitaran. Instalaron, además, postas de salud para realizarse controles básicos. Esas actividades hicieron moverse al gobierno porteño, que les formuló una serie de promesas que luego quedaron en el aire. La semana pasada, ante el anuncio de una marcha a Desarrollo Humano, se volvieron a reanudar las conversaciones. Sin embargo, pasado todo mayo las organizaciones se ven obligadas a retomar sus acciones.
En el MTD ven un ajuste sobre los sectores populares, que avanza apoyado en la fantasía PRO de gobernar una ciudad sin pobres ni población sin techo. "Pero en los barrios populares de la ciudad hay una situación muy compleja: cada vez se come peor o se come salteado, estamos entrando a los días más fríos y los cortes de luz aumentaron, hay desalojos, los chicos siguen sin computadoras para la escuela. El miedo contiene muchas protestas, pero las cosas están muy mal. Y en esta situacion, la Ciudad hace un ajuste en Desarrollo Social, Educación y Salud. Les recorta a los que menos tienen", dijo Rodrigo Segovia, del MTD Aníbal Verón.
El referente agregó "el año pasado, entregamos 5 mil bolsones con mercadería del Ministerio de Desarrollo Humano en hoteles e inquilinatos. Este año el gobierno de la Ciudad nos dio cero, a pesar de la segunda ola. No sólo nos dejó sin alimentos a nosotros: no hubo bolsones para ninguna organización, ni tampoco el gobierno los llevó por su cuenta a la gente. No hubo, directamente".
"La ausencia del Estado es total. Cuando una organización consigue mercadería y la lleva a un barrio, las colas son infinitas".
Así como Proyecto 7 agrupa a personas en situación de calle, el MTD tiene su militancia vinculada a las villas de la Ciudad. Una tercera organización agrupa a inquilinos. "La coordinadora Desde Abajo reúne a unas veinte agrupaciones, venimos articulando acciones desde el año pasado", agregó Segovia.
El ministerio de Desarrollo Humano porteño, a cargo de María Migliore, viene de ser el primero del país en vacunar a trabajadoras de los comedores populares. En esto se adelantó a las provincias gobernadas por el Frente de Todos, que aún no comenzaron a llamar las trabajadoras sociocomunitarias, que cumplen una tarea reconocida como esencial. Sin embargo, boicoteó -y de hecho, tiró por la borda- la posibilidad que este año el censo de personas en situación de calle se realizara con la participación de las organizaciones sociales y de derechos humanos. Así, avanzo en un censo unilateral, con una modalidad destinada al subregistro. Además, en los días previos a su realización se registraron una serie de episodios de violencia para echar a personas en situación de calle de sus ranchadas.