La postergación de las definiciones de la Copa de la Liga generó una expectativa que ni Boca ni Racing se animaron a protagonizar. Los equipos de Miguel Ángel Russo y Juan Antonio Pizzi casi que se pusieron de acuerdo para adueñarse cada uno de un tiempo, cerrar la historia en un empate sin goles y dejar las sorpresas para ese protocolo siempre emotivo que son las definiciones por penales, donde este lunes en San Juan el que se destacó fue el elenco de Avellaneda, para ganar por 4-2 y meterse en la ansiada final.
En un encuentro que se pintó de un fútbol gris, empobrecido por la falta de ideas de ambos conjuntos en el estadio Bicentenario, ninguno de los dos salió a buscar su lugar en la final con una vehemencia que pudiera traducirse en su juego o en su empuje para pisar el área rival.
En el primer tiempo, Racing fue el que tuvo la iniciativa. Los de Russo le cedieron la pelota y el poblado medio xeneize no pudo cortar ninguno de los circuitos que la Academia activaba para llegar al arco de Agustín Rossi, con buenas maniobras de Tomás Chancalay e Ignacio Piatti. El último campeón del fútbol argentino logró algo de posesión en los últimos diez minutos, pero una jugada fue el fiel reflejo de las pocas ideas que tuvo en los 45 minutos iniciales; metáfora, también, de la chatura general del clásico: a poco de irse al vestuario para el entretiempo, Boca circuló la pelota durante dos minutos con unos pases sin el menor atisbo de peligro y sin poder meterse en el entramado defensivo de Racing, hasta que Lisandro López quiso abrir para Carlos Izquierdoz pero se le fue largo el pase, su compañero no llegó y Racing repuso desde la línea de banda.
Hubo dos claras del equipo de la Ribera en el período inicial. La primera, una ofensiva sorpresiva que inventó Carlos Zambrano desde el fondo con un pelotazo para Sebastián Villa, que se despegó a pura velocidad de los centrales pero no llegó a evitar la llegada justa del arquero Gastón Gómez, a tiempo para contener el peligro. La otra, una pincelada de Edwin Cardona, que le puso la pelota en el pecho a Frank Fabra en la única vez que logró escaparse de la pegadiza marca de Enzo Copetti, pendiente del lateral colombiano en los primeros 45.
Aquellos dos destellos de Boca marcaron un poco lo que sería el segundo tiempo y el destino que acabó por sellarse con el pase académico a la final. Porque Cardona seguiría encendido en la segunda parte y sus sutilezas para ponerle la pelota en zona de definición a sus compañeros serían lo mejor que dejaría el global del discreto partido, pero su aporte quedó trunco a los 67 minutos, cuando Russo lo sacó de la cancha. Y Gómez también seguiría siendo protagonista, estirándose hasta la esquina inferior de su arco para sacarle un tiro libre a Carlos Tevez en el minuto final del partido y hacerse grande rumbo a los penales.
Fue allí, desde los doce pasos, donde volvió a definirse la clasificación en esta Copa de la Liga, que pareciera tener escondido el camino a los arcos hasta el pitazo final: los cinco primeros partidos de la fase final terminaron en penales. Gómez -que había reemplazado a Gabriel Arias por su convocatoria a la Selección de Chile- se vistió de figura en la serie de penales para dejarle a sus compañeros el camino allanado a la clasificación: luego de que Tevez errara su tiro -el primero de Boca- estrellando la pelota en el travesaño, el arquero académico le atajó a Diego González su remate y puso una ventaja a favor de los suyos que los de Russo ya no podrían revertir.
Solo Villa y Cristian Pavón convirtieron para Boca. Para la Academia, antes del grito final, lo hicieron el paraguayo Matías Rojas (que Pizzi metió a los 93 minutos, exclusivamente para la definición en los arcos) y Tomás Chancalay, mientras que Rossi le contuvo el disparo al uruguayo Fabricio Domínguez. Pero quien festejó último y no desaprovechó la ventaja que Gómez había conseguido fue Enzo Copetti, que cerró la serie por 4-2 con su gol y selló la clasificación de Racing para el último partido de la Copa de la Liga, una final que ya va a arrancar debiendo goles y un poco más de fútbol.