Falabella decidió ayer anticipar el cierre definitivo del local ubicado en Sarmiento y Córdoba previsto para el 12 de junio. Según el grupo de trabajadores que continuaba atendiendo, la decisión de la empresa de no atender más el público se debió a las largas filas de clientes que se veían por la peatonal Córdoba para aprovechar la liquidación, a quienes parecían importarles poco las restricciones por la pandemia, lo que incluso motivó una intimación del municipio. "Ante el cierre de Falabella, debemos preocuparnos por brindar continuidad a los puestos de trabajo, además de preservar un centro comercial tradicional del casco histórico de la Ciudad, que en los últimos años fue perdiendo centralidad urbana", señaló ayer la concejala Marina Magnani (Unidad Ciudadana). En ese marco, la edila propuso convocar a una mesa de trabajo para realizar un convenio público-privado de constitución de un nuevo espacio comercial, que continúe la actividad comercial en el edificio histórico de la ex tienda La Favorita. 

La imagen de las persianas bajas en el tradicional edificio ubicado en la esquina de Sarmiento y Córdoba, sorprendió ayer a transeúntes y los pocos clientes que se acercaron al local. La decisión de no abrir fue notificada por la gerencia de Falabella a los empleados que continuaban atendiendo el pasado viernes al mediodía. "Nos dijeron que hoy (por ayer) cerraban y que seguíamos trabajando hasta el viernes 11 por lo que habíamos pactado previamente, pero sin atención al público", dijo a este diario la delegada gremial Miriam Bazán.

"Si bien los motivos reales de la decisión no fueron explicados por la empresa, suponemos que es por lo que pasó los días previos al cierre por las restricciones, la verdad que fue bastante caótico, sobretodo las escenas que se vieron en la vereda, con grandes colas de gente queriendo entrar sin respetar la distancia", señaló Bazán. "Adentro de la tienda la cantidad de gente no era mucha porque se respetó el protocolo, sólo un 30% de clientes, afuera se hacía incontrolable, calculamos que eso tuvo mucho que ver en la decisión de no abrir las puertas directamente", agregó. 

La firma de capitales chilenos había comunicado el pasado 6 de abril que cerraba la sucursal rosarina el 31 de mayo --también la de Martínez y la de calle Florida en CABA-- pero ante la demanda que originó la liquidación de un remanente que trajeron desde Buenos Aires, anunciaron que las puertas de la tienda iban a permanecer abiertas hasta el 12 de junio. "La idea era que la mercadería que habían mandado de los locales que habían cerrado, como el caso de Unicenter, se iba a vender en Rosario, por eso se había alargado el plazo de cierre, pero por las nuevas condiciones de la cuarentena se tomó la decisión de cerrar", dijo la delegada del gremio mercantil.

El grupo de trabajadores que estaba en el interior del local estuvo ayer embalando la mercadería y los exhibidores que habían quedado para enviarlos nuevamente a Buenos Aires. También atendieron a los pocos clientes que se acercaron. "La gente que necesita hacer cambios, puede venir igual ingresando por la puerta de calle Sarmiento, pero se les va a devolver el dinero, no se puede cambiar el producto por otra mercadería lo que quedaba porque ya la empezamos a embalar", explicó Bazán. 

La empresa había acordado con los 110 empleados un esquema de retiros voluntarios, que fue liquidado, mientras que los que continuarán trabajando  cobrarán por los días trabajados en la liquidación final. Bazán llevaba siete años trabajando en Falabella, y el de ayer fue un día de sensaciones encontradas: "Si bien hace meses que nos estamos preparando para esto, porque sabíamos que la tienda se iba, fue una sensación rara, una mezcla de nostalgia y de incertidumbre por perder la fuente de trabajo", expresó.

Ante el cierre de Falabella, la concejala Magnani (en la foto) propuso convocar a una mesa de trabajo en la que participen las áreas de producción de provincia y municipio, los propietarios del Inmueble, representantes de las trabajadoras y trabajadores, de empresas y marcas de la región, y a los de la empresa municipal BMR Mandatos y Negocios. "La consolidación de una propuesta comercial público-privada es una solución para garantizar la continuidad de los puestos de trabajo, la oferta de bienes y servicios de empresas de nuestra región, y garantizar un punto comercial de relevancia en el Casco Histórico, que siempre fue un hito del centro rosarino", planteó la edila.


Falabella se despidió por Instagram: "¡Muchas gracias por todos estos años juntos! Estamos realmente agradecidos con todo el amor y aprecio que nos dieron, pero hasta acá llegó nuestro amor. Desde 2018 las ventas vienen bajando y con el tema de #covid_19 y la #cuarentena nos fue muy mal en el #2020 y hasta ahora. Repetimos que estamos realmente agradecidos con todos".