Una presentación del exsubsecretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa del gobierno de Cambiemos, José Luis Vila, agitó la causa donde se investiga la instalación de un explosivo en la puerta de un viejo domicilio suyo, el 6 de julio de 2018. Estaba dentro de una cajita acompañado por un papel donde se leía de un collage de letras de revista: "Vila ladrón". El exfuncionario le reclamó al juez Sebastián Ramos que cite a indagatoria por esos hechos y por otras amenazas previas a la cúpula de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) macrista, al exdirector operacional de contrainteligencia Diego Dalmau Pereyra, al exdirector de Operaciones Especiales Alan Ruiz, a los espías del grupo "Súper Mario Bros" Leandro Araque, Facundo Melo y Jorge Sáez y a Sergio Rodríguez, un personaje conocido como "Verdura". En un escrito Vila señaló que el episodio de la bomba no era aislado y que en la causa sobre espionaje que tramitó en Lomas de Zamora y luego pasó a Comodoro Py había quedado ya demostrado que no se trató "de una decisión engendrada por un grupo atomizado de agentes de la AFI desconectados de la respectiva cúpula funcional". Hay diálogos elocuentes entre los agentes y hasta fotos de la bomba obtenidos del celular de Araque. El fiscal del caso, Guillermo Marijuán, impulsó este lunes una serie de medidas, como cotejo de fotos y llamados, para saber si el tal "Verdura" fue quien colocó el artefacto. Pero, a última hora, el juez Ramos declaró la conexidad con la causa madre que ahora tiene Marcelo Martínez de Giorgi.
La historia de "Verdura" marcó el inicio de lo que luego se convertiría en una gran causa sobre maniobras de espionaje extendidas durante el gobierno de Mauricio Macri, que tramitó en Lomas de Zamora hasta que este año, tras insistentes presentanciones de los involucrados macristas --empezando por el secretario del expresidente, Darío Nieto-- terminó en Comodoro Py. Para ese entonces ya había 39 espías y exfuncionarios procesados por inteligencia ilegal. Éste es el expediente que hoy está a cargo de Martínez de Giorgi y el fiscal Franco Picardi, donde Ramos cree que se debe investigar el ataque a Vila, cuya causa instruye él desde 2018, pero sostiene que involucra los mismos hechos y las mismas personas.
A Rodríguez lo apodaban "Verdura" así porque, al parecer, tuvo cinco verdulerías. Según él mismo, también le decían "Perro" o "Tomate". El juez de Lomas, Federico Villena, lo investigaba por narcotráfico pero cada vez que lo estaba por detener, lograba escabullirse, tal vez alertado por la policía. Recién decidió entregarse cuando detuvieron a su esposa, su amante, su hijo, su suegro, su hermano y su cuñado. Fue a mitad de febrero de 2020. Rodríguez declaró tres veces en indagatoria. Cada vez agregaba más información. Una de las tantas cosas que contó ante el juez fue que en 2018 lo había contactado un abogado ligado a la AFI, Facundo Melo, para hacer distintos trabajos. En su indagatoria del 9 de marzo de aquel año relató que una de esas tareas había sido dejar una caja con trotyl en la casa de alguien que vivía en la Ciudad de Buenos Aires. Dijo que lo llevaron en un Peugeot 207 blanco, que manejaba un hombre apodado "Francés" que usaba barba candado, y que no sabía quién era el destinatario, solo que vio una foto y que le encontró un parecido con Donald Trump.
A través de Melo se llegó a otro espía, Leandro Araque, cuyo celular había sido secuestrado ya en una causa contra su pareja, que era policía de la Ciudad. De ese aparato surgieron finalmente infinidad de pruebas sobre el funcionamiento de los "Súper Mario Bros". Entre cientos de datos, había conversaciones alusivas a todo lo que rodeó la embestida contra Vila que, según él declaró y de acuerdo al material del celular de Araque, había empezado en 2017 con una denuncia por supuesto enriquecimiento ilícito, que quedó a cargo del juez Julián Ercolini, y tuvo su peor momento en 2018. En marzo de ese año, comenzaron a circular panfletos dentro del ministerio de Defensa con la foto de Vila y textos que lo tildaban de "corrupto" y "acosador". También se le hizo llegar una carta al entonces ministro de Defensa, Oscar Aguad, con los mismos conceptos y advertencias como "¿Usted sabe quién responde a Vila? ¿Usted conoce su pasado? ¿Usted sabe que es un corrupto, un ladrón?", entre otras tantas cosas. En los chats de los espías se descubrió que la carta la armó Araque y la corrigieron entre varios. Ese rol lo tuvo fundamentalmente el entonces director operacional de Contrainteligencia, un exmilitar de inteligencia que conocía la idiosincracia en el Ministerio de Defensa. Hay mensajes de Dalmau Pereyra al "Turco" Sáez donde le dice: "Turco. Está buenísima la nota (...) pero sáquenle las referencias a la banda radical y todo eso. Limítense únicamente al tipo". El concepto, le insistía era: "Concéntrense en que es corrupto. No involucren a otros políticos". Luego le avisan a Ruiz (Colo), que "los panfletos están aprobados".
Araque se ocupaba de las correcciones, las envió al resto y también mandó un panfleto que se repartió en el barrio que decía: "Señor vecino!! Usted paga impuestos para que este señor robe plata del Estado. Tiene causas por corrupción. También es acosador de mujeres". Eso fue el 22 de marzo de 2018. Unos días antes Sáenz se había encargado de mandar al resto una foto de un papel con los datos personales de Vila. La dirección y la información de la causa por enriquecimiento. Todo esto fue incluido por el exfuncionario en el escrito que le presentó al juez Ramos días atrás, pidiéndole las indagatorias de los agentes implicados, pero también de Gustavo Arribas y de Silvia Majdalani. También le recordó que en el celular de Araque hay una foto del explosivo, que es un archivo creado cuatro días antes de la colocación de la bomba y que reenvió al resto cuando la Policía Federal recibió un llamado de alerta. Todo esto queda coronado con un diálogo desopilante donde los espías caen en la cuenta de que Vila ya no vivía en ese lugar, de donde se había mudado unos meses antes.
El día posterior a la colocación del explosivo, alguien desde el número 302626348 se comunica con Araque y el advierte el error:
-- Me dijo 8 (en alusión a la número dos de la AFI) q hace un año no vive ahí bolu”
--Vos me estas jodiendo????? (...) Entre nos. Me juego las bolas q Diego (Dalmau Pereyra) nos había asegurado q vivía ahi”-- dice Araque.
--Xq supuestamente no lo teníamos q peinar x ninguna base de datos (...) Xq le iba a llegar”-- abunda Araque.
Con estos y otros elementos, el año pasado los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide imputaron a los jefes de la AFI y a los espías por todos los episodios vinculados a la carta y los panfletos. El juez Juan Pablo Augé incluyó estos hechos en los procesamientos. Pero no podían decir nada sobre la bomba, porque la causa la tenía Ramos. Sobre "Verdura" no se pudo determinar hasta ahora si efectivamente era él la persona filmada colocando la cajita con el explosivo. De ahí que, ante la insistencia de Vila, el fiscal Marijuán pidiera este lunes algunas medidas sobre ese personaje: cotejo de fotografias suyas con cámaras y entrecruzamientos de llamados y ubicación de los celulares que solía utilizar. El defensor de Melo, Fernando Sicilia, había sugerido medidas muy similares el año pasado.
Cuando la causa grande sobre espionaje pasó a Comodoro Py, los fiscales de Lomas de Zamora enviaron todo el material del que disponían, que para ellos ya probaba los delitos. Finalmente el juez Ramos sostuvo que la causa sobre las amenazas a Vila es conexa con la más grande (algo que ya había dicho antes pero Marijuán se oponía): "Es posible afirmar que los hechos que conforman el objeto procesal de esta causa se encuentran abarcados en las maniobras de espionaje que allí se investigan (...) surge claramente que los sucesos denunciados en esta causa 11048/2018 representan una manifestación criminal más del entramado ilícito que se investiga en aquel expediente".