“Pareció el encuentro entre dos empresarios”, sostiene el politólogo e investigador del Conicet, Alejandro Frenkel, uno de los especialistas en política internacional consultado por PáginaI12 para analizar el encuentro entre Mauricio Macri y Donald Trump. Para el profesor de Geopolítica, Julio Burdman, la declaración conjunta que firmaron ambos mandatarios no representó ninguna novedad respecto de la estrategia diplomática sostenida por la gestión de Barack Obama. Si bien hasta anoche no se había confirmado oficialmente, la habilitación para exportar limones argentinos se convirtió en prácticamente la única noticia concreta producto del encuentro, más allá de los elogios mutuos y la retórica del mandatario republicano. Nicolás Comini, doctor en Ciencia Sociales de UBA, señaló que Trump le hizo una suerte de “bullying” a Macri cuando se refirió a ese tema durante el diálogo con la prensa. En el mismo sentido, el politólogo argentino y profesor de la Universidad de Maryland, Ernesto Calvo, afirmó que, a diferencia de lo que busca instalar el gobierno de Cambiemos, quedó demostrado que “Argentina no es un socio estratégico de EE.UU.”.
Después de mucha expectativa generada por el gobierno de Macri, la reunión con el presidente del país más poderoso del mundo quedó salvada por una noticia extraoficial: la apertura del país del norte a los limones argentinos. “Con esa noticia Macri puede presentarse como el que logró destrabar la situación y decir ‘yo soy uno de los que le dobla el brazo a Trump, que le hace cambiar sus políticas’. Ahora lo que hay que ver es qué le entregó Macri a cambio. Eso se va a conocer con el tiempo”, advierte Frenkel y sugiere que la contrapartida está vinculada con las políticas de Defensa y Seguridad, en las que a diferencia del gobierno de Cristina Kirchner, la administración Macri se alineó inmediatamente. En una línea similar, Comini agrega que “más allá de la formalidad del encuentro, la agenda real tiene la variable comercial como eje principal y tiene tres ejes subsidiarios: cooperación en actividad espacial, energía nuclear para fines pacíficos y lucha contra las drogas, la corrupción y el terrorismo”.
“Con la llegada de Macri al gobierno nacional se produjo un reforzamiento de la relación con de EE.UU. como actor fundamental en casi todas las áreas del estado. Estados Unidos es hoy un referente muy fuerte en materia de Defensa, Seguridad e Inteligencia. Nosotros asumimos esa agenda de lucha contra las drogas y el terrorismo que ellos exportan a la región por los beneficios materiales que les genera”.
Para Burdman una de las principales diferencias entre el encuentro de Macri con Trump y la visita de Obama el año pasado es la capacidad de capitalizar la relación para la política doméstica. “Obama siempre fue muy popular a nivel internacional. En las encuestas de argentina daba arriba de cualquier líder local. Y si bien la reunión de ayer no es como un ‘abrazo de oso’, pasaron del presidente más popular de Estados Unidos al más impopular. Con Obama esto hubiera sido un acto de campaña, con Trump no se puede hacer”, detalla el analista y recuerda que el pico de mejor imagen de Macri fue durante la foto con Obama en el sur argentino.
Calvo realizó una segunda lectura de los elogios lanzados por el presidente norteamericano que, entre otros puntos, permiten dar cuenta de que Estados Unidos no considera un socio estratégico a la argentina. “Trump dijo que Macri ‘es un gran líder’, lo cual da cuenta de que no tiene nada que negociar. Trump siempre insulta primero a la gente con la que se apresta a negociar y después vuelve para atrás (para empezar a negociar mas abajo)”, explicó. Al igual que los otros especialistas, el profesor de la Universidad de Maryland remarcó la poca trascendencia de la visita en la prensa estadounidense: “La reunión no fue tapa de ningún diario. The New York Times ni siquiera puso el encuentro en el encabezado de su sección ‘World’. “Por supuesto que para argentina es un evento nacional pero la relevancia de argentina para EE.UU. es muy menor”, coincidió Comini.
La situación de Venezuela fue otro de los temas salientes de la reunión, aunque no hubo definiciones tajantes ni en las declaraciones ni en el documento firmado. “Hay una expectativa de que argentina ejerza un liderazgo antipopulista en la región”, asegura Burdman, a lo que Frenkel agrega que esa expectativa corre más por cuenta de Macri que del propio Estados Unidos. “En la cuestión de Venezuela, un punto en común entre las dos administraciones es que han hecho todo lo posible para destruir a la OEA como una alternativa de diálogo que logre generar un acercamiento entre las partes. La postura tan agresiva, casi proselitista del secretario general fue apoyada por Argentina y Estados Unidos”, advierte Comini.
Por otro lado, Calvo también destaca que para el gobierno de Trump, la reunión con Macri representó política “normal”: “Es decir, el tipo de política que su administración no prioriza”. “Claramente la estrategia comunicacional que quiere instalar la idea de que Argentina es ‘un país normal’ falló en darse cuenta de que el mundo en este momento no esta viviendo un momento normal”, concluye.