Siempre escribo con biromes. Yo sé descifrar las formas pero tienen miedo. Me concentro en alguna forma y me viene a la cabeza un hermano, una tronera, una placa base, un arca, un cáliz, un ornamento de oro. Al concentrar la mente, al hacer fuerza mental, comienzo a ver y escribo. Cuando escribo no siento nada. Me concentro, me quedo pensando en aquel libro. Cuando se me acaban las lapiceras, las tiro en el árbol para que protejan a los animales que comen de ahí.
…
Cuando cierro la vista, aparece el santuario. Los perros no entran. Bajan las luces y se abren las puertas.
Adentro, las formas. Se mueven solas. Están conectadas y me conectan.
Pienso en el sol y aparece. La ventana es de oro rojo, azul, negro.
Parece el pabellón pero no estoy ahí.
La voz sale de atrás y de arriba. Parece una voz pero no se siente. Aparece en mi cabeza y se queda ahí.
Casulla.
Las formas se mueven.
La luz se mueve.
Yo me aquieto. La voz resuena de atrás hacia adelante.
Afuera ladran los perros.
¿Por qué -me pregunto- ladran cuando sale la voz? No sé. Casulla.
El monte está quieto. El río se lleva a la gente. A veces aparecen más allá. O no aparecen más.
Yo cierro los ojos y me concentro. La fuerza mental rechaza el daño.
¿Escuchás? Nada... Yo escucho la voz pero los perros no ladran y vos no escuchás nada.
En la colonia nadie ve el templo pero a veces baja y yo entro.
¿Vos escuchás el silencio ese? Suena raro. Antes era distinto, como una música. Ahora algo es hueco, sin sustancia, escuchá.
Todo negro. Si sonara música sería azul. Entra por la ventana. Los vidrios se rompen y cortan el silencio azul y pasa negro. O rojo.
¿Ves? Un círculo. O un ojo. Esperá ¿ves?
El silencio baja y pasa negro por el ojo verde.
¿Escuchás? No es del ventilador, viene del río, pasa por el ojo y entra por la mano y va al corazón. Si no suena la música hay que hacer fuerza mental para rechazar el daño. El azul tapa al negro. Si no el negro se come el rojo y me lleva al fondo del río. De donde viene el silencio. Del abajo del río que está al fondo.
No aúllan los perros. Son presas del silencio.
La radio no tiene pilas. Nadie dice nada. El silencio, ¿escuchás?
El enfermo me dijo que no ve nada. El negro se lo comió pobrecito.
Escuchá.
Si no escuchás, te come a vos también.
Después, el silencio
Estaba pensando que la hamaca se mueve por magnetismo. Al concentrarse uno en un objeto, lo hace mover, lo hace andar.
Telekinesis.
Una vuelta, estaba pescando cerca del río y vi un plato volador. Me quedé asombrado porque estaba a baja altura sobre el río. Tenía forma de sopapa y no sé qué hacía pero el agua hervía. Me quedé mirando, de repente algo picó, miré la caña y cuando volví a mirar hacia el plato volador, ya no estaba. No le di importancia. Dije: “serán los sabios o los químicos que andan izando globos (como acá, cerca del monte, donde suben y bajan globos –pero si yo le digo esto al médico, me responde: “¿Está seguro de lo que ve?”-).
Varias veces he visto pasar cosas luminosas que no son aviones.
¿Se querrán comunicar por telepatía?
En el Uritorco siempre hay alguien.
Toda siembra es mala, negra.
Quieren comunicarse.
Serán paranormales. Empiezan a flotar los platos, empiezan a flotar los jarros, empiezan a flotar los tenedores, empiezan a flotar los cuchillos.
Poltergeist.
La fuerza mental rechaza el daño.
Escucho: “No te confiés de los enfermeros”.
Experimentan con el cuerpo, con los cuerpos. Las luces son rojas y azules como las luces de los platos...
Están conectados. Todo está conectado al pulmón electrónico. Todos respiramos porque ellos quieren. Somos como su sueño. Cuando no nos quieran más, nos apagan y a otra cosa.
El pulmón electrónico
Los muertos viven conectados a un pulmón electrónico (cuando una persona muere, la reviven con el pulmón electrónico) que queda conectado en el sanatorio, en el policlínico o en el hospital.
Me dijo la médium, Élida Garré, francesa, “me vas a hacer caer”. Iba en bicicleta.
Yo tengo miedo del perro del pabellón 6. Un perro blanco. Venía caminando para acá y lo miré y me gritaron “cuidado que es un lobo” y yo me pregunto cómo llegó hasta ahí el lobo ese. No sé quién lo habrá traído. Me quedé pensando: licantropía, genocidio, la mutación y la hidrofobia producida por el lobo. Entonces es cuando se produce la licantropía.
Karen Anne Kilaum.
La madre fue a adoptar un hijo, entonces la monja de la capilla se lo trajo envuelto en pañales y la monja le dijo: “Tiene un don de Dios” y se fue criando con ellos. Con qué la habrán intoxicado a Karen Anne Kilaum. Cayó en estado de coma. Es la catalepsia. Se mantiene despierta o se mantiene en estado cataléptico.
Esta médium me dijo: “te vamos a curar”. yo le pregunté por qué. Me respondió: “Estás comiendo. Tené cuidado porque no la tenés con el hombre”.
Me quedé pensando: “¿Seré hermano mellizo de mi hermano?” Nacen gemelos, por ahí nace un varón y una mujer mellizos.
Yo quiero pasar por el pabellón 6 pero cuidado con ese perro. Yo lo vi al enfermo ese que es bizco, Claudio, que vino sangrando. Tenía un agujero en la pierna. Dijo que lo había mordido un perro. Pero no sé si fue este perro.
Yo andaba caminando, trayendo los papeles y por ahí se me da por mirarlo y escucho que el perro dice: “Uh, carne”, estornudó y yo lo sentí, dijo “Uh, uh, carne”. Andaban los caballos, las potranquitas. Y me gritaron: “Cuidado que es un lobo”.
Control sobre el cuerpo, espiritismo.
Una reunión en una habitación vacía, una mesa y siete sillas, se agarran de las manos, cierran los ojos y se concentran en los espíritus.
Me quedé pensando, ¿vacunar? Cuidado los perros, si los llegan a morder se concentra el control sobre el cuerpo este.
Licantropía.
Necesito papel para escribir pero no quiero pasar por ahí por ese perro.
Licantropía, los hombres lobo. La mordedura, la mutación de un animal. Me dice la médium: “¿Qué es lo que ves?” Yo le respondo y se asombra.
“Elizabeth Taylor, Sofía Loren, Darío Vittori, Frank Sinatra, el médico cirujano Norbuchi”. Me pregunta qué estoy mirando y le digo “a Marilyn Monroe”.
Yo estaba haciendo leña con la carretilla y estaba mirando la televisión con un enfermo. Observaba. Pillín Minglorati estaba sentado afuera de la guardia en una silla y se daba cuenta de que yo lo estaba mirando y me dijo: “¿Qué estás mirando? ¿Qué ves?” “Lo veo a Carlos Gardel” le respondo. Después no sentí más nada.
Aníbal Brizuela por sí mismo
Nací en el Hospital Duran. Me quedó en la mente un negrito vestido de a cuadritos. De chico viví en Lanús. Me gustaba jugar al fútbol. A veces recuerdo y a veces no. Había una casa de inquilinato pero ellos le decían conventillo. Había una canchita del viejo gol.
Empecé a escribir cuando llegué al pabellón.
¿Qué encontraron en Francia?
Una plaqueta de oro.
¿Dónde hay una puerta?
Arriba.
*GUAU! es el nombre del taller de escritura del Centro Cultural “Nise” que funciona en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros. Quienes hacemos GUAU! creemos que la escritura es una vía generadora de salud. Posibilita crear y poner en el mundo nuevos sentidos y así nombrarnos, decirnos desde lugares singulares y propios. Desde 2007 a la fecha hemos realizado encuentros de lectura, intercambios con otros espacios de producción y editado de manera independiente, zines y libros de autoría individual y colectiva. Asimismo, publicamos las producciones del taller en nuestro blog: www.guaurevista.blogspot.com. Hernán Camoletto, Coordinador.