¿Qué conmueve de ese horizonte en donde el miedo al contagio se diluye por un rato? Vacunas circulando por el mundo, en algunas geografías con más caudal que en otras. Este verano en el hemisferio norte se pretende estimular la vacunación convirtiéndola en un atributo atractivo en el quimérico mundo de las apps de citas. Para ello, el gobierno yanqui ofreció incentivos a empresas como Tinder, OkCupid o Bumble para que puedan otorgarles beneficios a les vacunades. ¿Cómo se verifica el atributo de vacunade? Esa pregunta todavía está verde pero el match entre Biden y las apps de citas es un simple disparador para ver que pasa a nivel local con quienes ya se dieron la vacuna e hicieron piel una sensualidad sin precedentes.
“La piel sigue intacta”, dice Mercedes. Tiene 70 años y no está hablando de cómo le quedó el brazo después de vacunarse con la primera dosis de Sputnik, sino de un romance que se vio interrumpido allá por Marzo de 2020. Fue cuando se decretó el primer ASPO de la saga Covid19. El 16 de marzo -3 días antes del decreto- Mercedes se reencontró con Ruben (65) de casualidad en el microcentro. Se conocían desde finales de los 90, habían tenido un romance clandestino en la provincia de San Luis y la cosa no había avanzado. Pero el 2020 traía nuevos aires a esta historia de amor y luego de ese encuentro fortuito fijaron una cita para ponerse al día y ver que onda al fin de semana siguiente.
Resulta bastante sencillo recordar aquel jueves 19 de marzo del año 2020, la puerta a un confinamiento total en donde la vacuna estaba en otra galaxia. Mercedes recuerda aquellos días: “En ese momento no me hice mucho problema, nadie sabía lo que se venía y no sé si había espacio para lamentarme por una cita fallida”. Ruben tiene valvulopatía, una enfermedad coronaria que lo puso rápidamente del lado de las personas de riesgo. Durante el transcurso del año pasado se comunicaron a través del teléfono y la computadora: chats larguísimos, videollamadas y hasta un vínculo epistolar por correo electrónico.
“Hasta que no nos vacunen no nos podemos ver” dice Mercedes. Para ella, la vacuna no es solo una promesa de vida si no también de placer y encuentro cuerpo a cuerpo con Ruben. Están entre las casi 7 millones de personas mayores de 60 que se han aplicado al menos la primera dosis en nuestro país. ¿Será que por fin la balanza de la eroticidad longeva ganará terreno? ¿Son estos meses un lapso poco común en donde lxs mayores de 60 pueden seducir por ahí y ganarse unos cuantos likes?
Helen Mirren (75), la actriz de The Queen y una MILF de podio, fue la protagonista del videoclip de un cantante italiano en el que ella muestra su brazo vacunado para conquistar al viajero -interpretado por el cantante italiano Checco Zalone- que pasa frente a su casa en una campiña de la Toscana: “Como me gusta bailar con la muchacha inmunizada” versa la letra de “La Vacinada” -vale la pena clickear en el link-, que en su estreno hace algunas semanas tuvo millones de visitas en Youtube.
“Me dijo que, apenas tuviera la segunda dosis, le mandara una foto de los dos puntitos en el brazo y que caería rendido a mis pies” dice Rosa que ya pasó los 70 y también espera su segunda dosis y un polvo. Ella y su amante se conocieron a través de Facebook en junio del año pasado: “La propuesta es cumplir con todo lo que nos prometimos por Whatsapp y Messenger, con las descripciones de lo que haríamos durante el primer encuentro real. Las fantasías que nos envolvieron en madrugadas de confesiones y esa loca manera de amarnos con palabras, fotos y delirios de besos reprimidos”.
Rosa es poeta y se reconoce como una calentona, quiere encontrarse para tocar y para que le toquen esos dos puntitos. Fantasea con una cita en un café que pueda devenir en un hotel transitorio. Su apuesta es alta y ¿cómo no serlo? : “Siento que puedo usar la vacuna como un arma de seducción, después de un año vamos a concertar una cita como prometimos hace tiempo: cuando hayamos alcanzado cierta inmunidad”, dice. También cuenta que se siente contenta, antes de que la llamaran para la primera dosis miraba la app de vacunación un montón de veces al día: “El día que me llegó el turno le mandé la captura de pantalla y una lenguita”.
Ahora Mercedes cuenta su historia de amor más relajada porque se acaba de dar la vacuna y le queda menos de un mes para la segunda dosis. A Ruben le dan la segunda dosis la semana que viene: “Vamos a esperar que pasen los días después de la segunda dosis y nos vamos a encontrar. Parece mentira encontrarnos en este mundo pandémico después de casi 20 años”. Es que a este romance no sólo le vino a contrapelo la Covid19.
A finales de los '90 Mecedes se fue a vivir a San Luis. Se había separado de su segundo marido, tenía 50 años, hijxs grandes y nada que la hiciera permanecer en la Ciudad de Buenos Aires. A Rubén lo conoció en el diario puntano donde los dos trabajaban. El depósito del edificio en donde se archivaban los ejemplares del periódico en papel fue su escenario favorito. Ruben estaba casado. Un año después de esos encuentros clandestinos decidió continuar en una relación monogámica con su esposa. Dejó en trabajo en San Luis y se mudó a La Plata. Mercedes supo algo de él por colegas en común pero no volvieron a contactarse.
Con casi 70 años, Mercedes regresó a su departamento en Buenos Aires, ya jubilada. Una tarde de trámites en el microcentro encontró a Rubén esperando el 129. Estuvieron charlando un rato en la parada y acordaron la cita para el fin de semana siguiente. La cita se pospuso 15 meses. Mercedes dice que al próximo encuentro lo fantasea físico pero también espiritual: “Sabemos que ninguno de los dos tiene la intención de compartir convivencia ni de crear un vínculo tradicional. En esta etapa de la vida nos queremos y punto. Todo lo demás son convencionalismos que ya vivimos, matrimonio, hijxs, trabajo. Con nada de eso nos queremos enganchar ni por casualidad”.
La inmunidad se presta al juego de seducción entre quienes recibieron o están a punto de recibir la vacuna por estos lares. Una razón más para mirar el cielo y adivinar la estela de los aviones que las traen de otros territorios. Cuerpos considerados frágiles -porque tenían enfermedades previas, porque pasaron los 60- o fuera del mercado del deseo ahora pueden bailar con Helen Mirren, gozar de un beso con toda la lengua, sentir muy cerca el olor de otra piel sin miedo. A pesar del frío, hay hombros al aire libre con dos puntitos seductores.