Las cuatro sedes para la Copa América -Brasilia, Cuiabá, Goiania y Río de Janeiro- tienen sus hospitales en situación crítica para pacientes con Covid-19 y son consideradas bastiones donde el presidente Jair Bolsonaro ganó por amplia mayoría en las elecciones de 2018.
Salvo Río de Janeiro, ninguna ciudad con poderío futbolístico cedió sus instalaciones para el certamen, como es el caso de San Pablo, Belo Horizonte, Porto Alegre, Curitiba, Salvador, Recife o Fortaleza. Esta vez sin público, las sedes serán en lugares gobernados por aliados, Brasilia, y el cinturón sojero de Goiania, capital de Goiás, y Cuiabá, capital de Mato Grosso. En relación a la pandemia, las ciudades sede tienen más de tres cuartos de ocupación hospitalaria para pacientes con coronavirus.
De acuerdo a un relevamiento hecho por CNN Brasil, la ciudad de Río de Janeiro tiene un 95% de las camas de los hospitales del municipio ocupadas para pacientes con Covid-19. El estado de Río de Janeiro es el segundo en muertes del país, superando los 50.000 decesos de los 465.199 que tiene Brasil hasta hoy. La estadística no tiene en cuenta clínicas privadas o hospitales federales, apenas los municipales.
Trinchera electoral de la familia Bolsonaro, que vive en el barrio de Barra de Tijuca, la ciudad es gobernada por el derechista Eduardo Paes, un crítico del Presidente, pero posee un electorado que le dio al mandatario en 2018 una victoria histórica sobre Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT). Bolsonaro obtuvo el 66,3% en la segunda vuelta de 2018 en Río, la 'ciudad maravillosa' donde su hijo Carlos es concejal y su hijo Flávio representa al estado como senador federal. El legendario estadio Maracaná no tendrá público, según lo anticipado por el jefe de Gabinete, general Luiz Eduardo Ramos.
La capital del país, Brasilia, es gobernada por Ibaneis Rocha, un conservador del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB) que es cercano al Gobierno federal. En Brasilia, Bolsonaro venció en 2018 con el 69% de los votos. Centro administrativo nacional con el mayor índice de salarios del país empujada por el sector público, la ciudad verde construida por las curvas, avenidas futuristas y el concreto de Oscar Niemeyer acumula más de 8.500 muertes por la Covid-19.
Brasilia estuvo en colapso sanitario entre marzo y abril pasado, en la segunda ola de la pandemia empujada por la variante de Manaos o variante P1. La ocupación hospitalaria en Brasilia es del 87,55% pero logísticamente es considerada de fácil acceso porque la zona hotelera donde pueden albergarse delegaciones queda a pocos centenares de metros del estadio Mané Garrincha. Ese escenario guarda buenos recuerdos para la Argentina, ya que en esa cancha derrotó 1-0 a Bélgica por los cuartos de final del Mundial 2014.
Al lado de Brasilia se encuentra Goiás, cuya capital es Goiania. El estado es gobernado por Ronaldo Caiado, del partido derechista Demócratas, aliado del plan económico de Bolsonaro. Caiado fue el máximo dirigente ruralista del país y mantiene divergencias dialécticas en la pandemia con el Presidente, debido a que el Gobernador, además de productor rural, es médico y defiende las cuarentenas. El estadio Serra Dourada, donde juega Atlético Goianense, nunca fue mundialista pero es habitual escenario de la Copa Sudamericana, principal torneo de los equipos goianos a nivel internacional.
Goiania tiene el 77,95% de ocupación hospitalaria para pacientes con coronavirus. Estado agrícola y de 'nuevos ricos' del campo (llamados "agroboys") a raíz de la soja y el boom del ganado, Goiás le dio a Bolsonaro la presidencia en 2018 con el 65% de los votos.
La ciudad por el momento más confortable en términos hospitalarios es Cuiabá, la capital del principal motor sojero de Brasil, el estado de Mato Grosso, que posee el estadio Arena Pantanal. Allí se juega la liga de fútbol pero también sirve para una pasión local fuera del contexto brasileño, el fútbol americano.
Con una ruta que la une a Perú y a la salida al Pacífico, Cuiabá tiene alta temperaturas y es la entrada del Pantanal, uno de los biomas más afectados por los incendios forestales de los cuales fue responsabilizado el Gobierno en 2019 y 2020. Bolsonaro, en la capital de Mato Grosso, que también sufrió colapso hospitalario en marzo, ganó por el 66% de los votos.
El mandatario elogia a los estados agrícolas brasileños habitualmente en sus discursos porque sostiene que la actividad agrícola no se ha frenado por la pandemia. "Ustedes no se quedaron en casa como los de las ciudades", dice Bolsonaro en sus discursos diarios elogiando a los productores rurales, uno de sus electoradoros más fieles. El peso del agronegocio subió de 5% a 7% en el PBI brasileño.
La economía brasileña, según publicó el martes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), creció 1,2% en el primer trimestre comparado con el último de 2020, más de lo esperado por el mercado. El motor del crecimiento del país -con la caída en el sector servicios y en el consumo de las familias- fue el sector agropecuario, que aumentó 5,7%, confirmando la apuesta de Bolsonaro por las regiones más beneficiadas del actual nuevo boom de precios de las commodities agrícolas.