Una investigación de la Universidad de California llegó a la conclusión de que un ejemplar joven de Tiranosaurio Rex tenía una potencia de mordida similar a la de un cocodrilo moderno. Esta potencia era solamente la sexta parte de la fuerza de un ejemplar adulto de esta especie de dinosaurio.
El estudio, liderado por Jack Tseng y Joseph Peterson, se basó en el reciente hallazgo de huesos de dinosaurios fosilizados que tenían marcas de dientes de un Tyrannosaurus Rex juvenil. Los expertos decidieron replicar las marcas de mordeduras y medir la fuerza con la que esa especie podría morder.
El año pasado, Tseng y Peterson hicieron una réplica de metal de un diente en forma de un Tiranosaurio de 13 años, lo montaron en un marco de prueba mecánico que se suele utilizar en ingeniería y ciencia de materiales, y trataron de romper una pierna de vaca con la réplica.
Siguiendo esta línea, efectuaron 17 intentos que lograron igualar la profundidad y la forma de las marcas de mordedura en los fósiles. De este modo, determinaron que un Tiranosaurio joven podría haber ejercido hasta 5.641 newtons de fuerza, lo que puede compararse con la potencia de la mandíbula de una hiena o un cocodrilo.
Los hallazgos también permitieron comparar esta fuerza con la mordedura de un Tiranosaurio Rex adulto, que ronda los 35.000 newtons, y con la de los humanos, que promedia los 300 newtons.
Los especialistas aclararon a su vez que estas estimaciones de la fuerza de mordida para los Tiranosaurios jóvenes, basadas en la reconstrucción de los músculos de la mandíbula o en la reducción matemática de la fuerza de mordida de los Tiranosaurios adultos, fueron considerablemente menores: alrededor de 4.000 newtons.
Las mediciones de la fuerza de la mordedura pueden ayudar a los paleontólogos a comprender el ecosistema en el que vivían los dinosaurios, o cualquier animal extinto, qué depredadores eran lo suficientemente poderosos como para comer qué presa y con qué otros depredadores competían.
“Si tiene hasta casi 6.000 newtons de fuerza de mordida, eso los coloca en una categoría de peso ligeramente diferente”, señaló en un comunicado Tseng, profesor asistente de biología integrativa de la Universidad de California.
“Al refinar realmente nuestras estimaciones de la fuerza de mordedura de los Tyrannosaurus Rex jóvenes, podemos ubicarlos de manera más sucinta en una parte de la red alimentaria y pensar en cómo pueden haber desempeñado el papel de un tipo de depredador diferente al de sus padres adultos más grandes”, agregó.
La investigación también reveló que si bien los Tiranosaurios Rex juveniles todavía no podían aplastar huesos como sus padres de 30 o 40 años, sí estaban desarrollando sus técnicas de mordida y fortaleciendo los músculos de la mandíbula para poder hacerlo una vez que les salieran los dientes adultos.