Un proyecto de ley busca promover el desarrollo del cáñamo de cannabis para fabricar autopartes, en el marco del paquete de iniciativas presentadas este miércoles por el Gobierno Nacional que tienen como objetivo darle distintos usos a la planta.
La autora del proyecto, la diputada nacional del Frente de Todos (FdT) Mara Brawer, precisó que “la fibra que se genera del cáñamo es una fibra que genera bio-plástico. Puede reemplazar al plástico” y brindó como ejemplo a empresas como BMW, Audi o Mercedes Benz que “fabrican autopartes con el cáñamo”.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, presentó este miércoles un proyecto para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial, y explicó que la iniciativa apunta a generar un “mejor acceso a la salud” con una “oferta nacional de un producto de calidad y validado” de fuerte impacto social y económico.
Brawer señaló que el cáñamo es una de las variedades del cannabis que, debido a su composición genética, produce menos del 1% de THC, es decir, que no posee ningún principio psicoactivo, por lo que varios países europeos y China ya comenzaran a producirlo.
Siguiendo esta línea, la diputada indicó que en la Argentina el cáñamo se desarrolló hasta la década del 70, pero luego la dictadura lo prohibió. Gracias al desarrollo de esta variedad del cannabis, la algodonera de Villa Flandria, situada en el partido bonaerense de Luján, llegó a generar 3 mil puestos de trabajo, construyó escuelas y centros culturales.
La funcionaria resaltó a su vez que el cáñamo sirve para la industria alimenticia, ya que su semilla posee aminoácidos, es decir, proteínas necesarias para la vida humana, de modo que “se pueden hacer suplementos dietarios para personas desnutridas” y su aceite “no produce colesterol”.
En este sentido, aseguró que se puede cultivar en cualquier parte del país y no perjudica al medio ambiente porque “las plantas del cannabis tienen una utilidad para recuperar suelos, absorbe los metales pesados, y toda la cadena productiva tiene huella de carbono negativa”.
Brawer también remarcó en diálogo con Radio Urbana Play que la ley actual de cannabis medicinal es “solo para investigación y producción pública”, y que no existe la producción industrial. Debido a esto, con el nuevo proyecto se podría crear un marco regulatorio similar a Uruguay, estableciendo una agencia compuesta por varios ministerios (producción, salud, agricultura) que sería la encargada de entregar los permisos y todo lo que tiene que ver con la cadena productiva.
En cuanto al debate sobre la despenalización de la producción de cannabis con fines recreativos, planteó que se trata de una problemática distinta, ya que en este proyecto se prioriza la industria y que “no se puede debatir el fin del cannabis medicinal que ayuda a un chico con epilepsia o la construcción de autopartes con el cannabis recreativo, porque es la misma planta pero son usos absolutamente diferentes”.