Con un abrazo a la escuela en la que daba clases, en el barrio de Nueva Pompeya, los docentes hicieron un homenaje a Mario Sandoval, que murió por Covid este miércoles. El maestro, de 53 años, tenía a su cargo el 6to y 7mo grado de la escuela 6. Sus compañeros contaron que se contagió en el aula, donde primero fue detectado un caso sospechoso que obligó al cierre de una burbuja. Ya aislado, comenzó a tener síntomas; luego se agravó y en el hospital se enteró de que sufría de diabetes. Pasó 20 días internado, con cuidados especiales, pero no logró recuperarse.
La escuela donde trabajaba está ubicada a pocos metros del Puente Alsina, en el límite sur de la Ciudad. “No podemos dejar de pensar que si él hubiera estado a otro lado, y son apenas unos pasos los que nos separan de la provincia, si hubiera estado en una escuela bonaerense quizás estaría vivo y dando clases de manera virtual”, señaló allí Emanuel Fariña, docente del mismo distrito.
Hasta el año pasado, Sandoval se había desempeñado en otro colegio del mismo barrio, del que se fue para tomar un cargo de jornada completa. “Fuimos compañeros de trabajo. Era un docente súper comprometido, que se jugaba por los chicos”, contó Gabriela Franco, profesora de Inglés. “Ponía mucho de sí. Le tocó, por ejemplo, un cuarto grado que era tremendamente difícil de llevar, con pibes que venían de historias muy duras. Él armó un proyecto de radio y dio vuelta la situación: Los chicos lo adoraban. Se involucraba con cada uno de ellos”.
Sandoval había perdido hace poco tiempo a su papá, también por covid. “Por eso tenía mucho miedo. Nos pedía que nos cuidáramos, estaba preocupado. Hace poco nos dijo “ojalá que terminemos todos juntos el año”, recordó la profesora.
El clima entre sus compañeros es de bronca, de estar siendo víctimas de una injusticia. Es que hasta el día del fallecimiento del maestro, aseguran, la Ciudad no había vacunado a ninguno de los trabajadores de las dos escuelas donde se desempeñó. Recién ayer --cuando ya se conocía el fallecimiento-- les empezaron a llegar, milagrosamente, las primeras notificaciones con turnos para vacunarse.
“Este año, en mi escuela, armamos tres burbujas para cuidar a los chicos. Vino (Fabián) Capponi y nos planteó que teníamos que hacer solamente dos. Fue una discusión terrible, a los funcionarios (de la Ciudad) no les importa qué pueda pasarnos. A esta escuela vienen muchos alumnos de la provincia, viajando en colectivos llenos, abarrotados”. El funcionario mencionado es el director general de Educación de Gestión Estatal del Gobierno de la Ciudad. El año pasado se hizo viral un video que lo tuvo de protagonista, en el que se lo vio bailando y a los abrazos, sin barbijo ni distanciamiento, en la sede del Ministerio de Educación porteño.
“Queremos que esto se termine”, finalizó la profesora. “Para la Ciudad es más fácil mandarnos a morir que comprar las computadoras que los chicos necesitan para tener clases virtuales”.
La escuela suspendió las clases por duelo. El miércoles fue cerrada por completo, mientras que hoy sólo asistirán sus trabajadores docentes para elaborar lo sucedido. Para el viernes, los alumnos anunciaron que harán su homenaje.
En el abrazo, la Unión de Trabajadores de la Educación insistió en el reclamo de suspensión de la presencialidad. “Queremos dar clases sin enfermar o morir. Reclamamos al gobierno de Larreta que escuche a la comunidad educativa y que se adopte la modalidad virtual para garantizar la salud y la vida como también la continuidad pedagógica de cada estudiante”.