La sala I de la Cámara de Casación Penal otorgó la prisión domiciliaria al represor Miguel Etchecolatz. La decisión del tribunal no se hará efectiva todavía, ya que el ex director de Investigaciones de la policía bonaerense durante la dictadura posee otras causas pendientes por las que permanece bajo arresto en el penal de Ezeiza.
La decisión fue tomada en el marco de la causa denominada Pozo de Banfield. La jueza Ana María Figueroa votó en contra de otorgarle el beneficio mientras que sus colegas Liliana Catucci y Eduardo Riggi aceptaron el planteo de los defensores del represor. El expediente pasará nuevamente al juez de primera instancia, Eduardo Kreplac. De todas formas, Etchecolatz deberá continuar detenido ya que el 20 de abril, otra sala, la número 4, de la Cámara de Casación, le denegó la prisión domiciliaria en el marco de la causa por el centro clandestino de detención Infierno, ubicado en Avellaneda.
"Vamos en camino a la domiciliaria de todos los represores después del fallo de la Corte Suprema de hace dos semanas, con el aval que le dieron a las Cámaras de Casación. Sólo es cuestión de tiempo. No va a ser masiva de una sola vez sino que va a ser por goteo", advirtió la abogada Guadalupe Godoy, querellante en causas de derechos humanos. "Esto tiene claramente el aval político del Gobierno y el consentimiento judicial que como vemos estaba esperando ese aval", aseguró la abogada, integrante de la Liga Argentina por los Derechos Humanos.
En el mismo sentido, Emanuel Lovelli, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo sostuvo que la resolución de los magistrados es "un reflejo evidente" de la decisión de la Corte, que coincide con la prisión domiciliaria otorgada también al represor Jaime Smart. "Ya hay una flexibilización absoluta de la prisión domiciliaria. Aún siendo casos emblemáticos como el de Etchecolatz", remató Lovelli.
El tribubunal presidido por Ricardo Lorenzetti había decidido el 18 de abril avalar el arresto domiciliario del represor condenado Felipe Jorge Alespeiti, de 85 años.