En tiempos de hiperoferta virtual, la televisión abierta redobla la apuesta y renueva su grilla pensando en los más chiquitos. En ese marco, en la pantalla de El Nueve se luce TAF, Taller Fantástico, una propuesta conducida por Florencia Otero y Hugo Figueras que combina entretenimiento con aprendizaje, y que puede verse todos los sábados y domingos a las 10.
En cada programa, y durante media hora, se ofrecen secciones de experimentos científicos, canciones, baile, adivinanzas, chistes, cuentos y otras curiosidades de la mano de Pali (Otero) y Hugo (Figueras), una científica y un músico muy particulares. Aunque no están solos en su tarea de jugar y aprender, porque el equipo se completa con diferentes personajes animados como Keloké, Carrobum y Yamai. En la web de El Nueve pueden verse todos los episodios emitidos hasta el momento: elnueve.com.ar/page/2/?s=taller+fant%C3%A1stico. Además, parte del contenido también puede disfrutarse en Instagram (@taftvok) y en YouTube.
Coproducido por la Universidad de la Matanza, Aleph Media, Tronera y Grupo Octubre, TAF está pensado para chicos y chicas de 6 a 10 años, pero los protagonistas advierten que el programa es “para quien lo quiera ver”. “Es algo lindo para ver en familia. El foco está puesto en los más chicos, pero lo que hacemos intenta ser divertido para todas las edades”, coinciden Otero y Figueras.
Ambos se visten con mamelucos de trabajo de colores (después de todo la mayoría de sus aventuras transcurren en un taller) y se ríen de sus diferencias. Es que Pali sabe mucho de ciencia y ama compartir su conocimiento en las redes sociales, mientras que su mejor amigo Hugo es un músico alejado de las tecnologías y que ama la vida natural.
“Mi personaje es bastante parecido a mí”, cuenta el músico, que además ejerce como docente y director de coro y orquesta. “No me dedico a la actuación, pero soy caradura y entonces me animo a actuar. Tampoco soy un artista de la televisión. A mí me gustan los shows en vivo y frente a los chicos me siento cómodo. Extraño poder encontrarme con ellos”, agrega Figueras, compositor de todas las canciones que se bailan y se escuchan en TAF.
Con experiencia también en el rubro infantil, como actriz y cantante, Otero describe a Pali como una “chica súper deconstruida”. “Ella se ríe del mundo antiguo en el que vive Hugo y por eso busca enseñarle cosas nuevas. Aunque ella también disfruta que sea así, porque él le muestra costumbres y tradiciones de una época que ella no vivió. Y esa es una linda combinación en la amistad que tienen. Pali es una persona re contra libre y abierta, pero con una profesión estructurada, en cambio Hugo es alguien muy conservador en varios aspectos, pero que elige para su vida lo más libre del mundo que es el arte”. En ese cruce de profesiones, precisamente, radica la esencia del taller fantástico que ambos comparten. Y aunque nunca habían trabajado juntos, aseguran que lograron formar “un equipo muy divertido”.
En un contexto de sobresaturación mediática, hacer televisión para un público infantil parece ser un desafío. “El proyecto fue concebido no para competir con otros sino para ofrecer una propuesta distinta”, opina al respecto la actriz. “Es muy difícil hoy escaparle a la tecnología y a las redes. Por eso creo que la mejor opción es tener todo eso a nuestro favor. Si los chicos van a estar inevitablemente cerca de una pantalla, tenemos que acercarles un buen producto, donde haya aprendizaje, arte y ciencia también, como es el caso de TAF, y un contenido que los acompañe y les haga bien”.
En esa línea, Figueras aporta que desde el programa buscan estimular actividades que favorezcan el encuentro y el juego, para contrarrestar el exceso de virtualidad. “Buscamos hacer algo que sea lo más atractivo posible, con una dinámica ágil. Y a veces, también, damos alguna pista como para que las familias salgan un poco de la pantalla. Por eso, en un capítulo ocurre que se corta la luz y Pali dice: 'No podemos usar el celular ni la computadora. ¿Qué vamos a hacer? Nos vamos a morir de aburrimiento'. Pero después terminamos jugando a la payana, al elástico y a los juegos que jugábamos en los recreos de la escuela”. En ese sentido, otro de los platos fuertes que suman a esa dimensión lúdica son los experimentos en los que se la puede ver a Pali, asistida por Hugo, construyendo un tambor, un telescopio o figuras de plástico casero, entre otros inventos.
La primera temporada consta de 24 episodios. Pero la dupla busca poder seguir al aire, y hasta anticipan la posibilidad de trascender la pantalla chica y llevar TAF al escenario. “Nos gustaría poder concretar todo lo que imaginamos con el programa, y que podamos hacer teatro, cantar las canciones en vivo y poder encontrarnos con los chicos y las chicas para hacer experimentos juntos. Estamos deseando que llegue ese momento”.