La TV abierta da pelea. Con sus herramientas, a su manera, transformándose en un medio casi pura y exclusivamente ligado al entretenimiento, la pantalla chica argentina no se resigna a perder pisada ante tanta plataforma de streaming millonaria que le compite con ficciones de aquí y allá a toda hora. El mes de mayo dejó una noticia que no debería pasar inadvertida: el encendido de la televisión abierta argentina creció en el quinto mes de 2021. No solo lo hizo respecto de abril, en una mejora que es habitual por cuestiones estacionales. El dato para celebrar es que el encendido de la TV abierta argentina se incrementó 3,3 puntos de rating en comparación con el mismo mes del 2020, revirtiendo una tendencia que algunos señalaban como inevitable. ¿Cuáles son las razones para entender ese aumento en la audiencia del medio audiovisual más masivo y tradicional?

Según los datos suministrados por la consultora Kantar Ibope Media, la única homologada por la industria, en mayo la suma de audiencia promedio de todos los canales de TV abierta fue de 21,8 puntos de rating. Ese acumulado significó un aumento de 3,3 puntos con respecto a un año atrás, cuando en mayo de 2020 la TV abierta había tenido un encendido de 18,5 puntos. De hecho, el encendido del mes que acaba de terminar es el más alto de los últimos 21 meses, lo que significa que no solo la TV abierta cortó la fuga de televidentes sino que recuperó parte de los que en algún momento se habían alejado. Esto es otra prueba de que el problema no es la TV abierta en sí sino los contenidos que se programan en ella. Hay mucho público dispuesto a ver contenidos, independientemente del lugar en el que se exhiban.

El incremento en el encendido televisivo tiene tantas razones como televidentes del otro lado de la pantalla. En principio, vale señalar que la pandemia sigue condicionando la vida social de un año a esta parte, con la diferencia de que más allá de lo determinado por los decretos de necesidad y urgencia, en la actualidad pareciera haber más movimiento social y comercial que en 2020 (a excepción de la noche). En tal sentido, el contexto social no parecería ser un factor crucial para comprender el aumento de audiencia en la TV abierta. Aunque no se puede dejar de lado que mayo tuvo semanas en las que parte del país se mantuvo en una Fase 1 “relajada”.

¿Cuál es la razón, entonces, que puede explicar el aumento en casi un 18 por ciento de la audiencia de la TV abierta entre un año y otro, tras años de caída? Un hecho que seguro está relacionado a tal evento tiene que ver con la misma oferta televisiva y el cambio en las preferencias de las audiencias. A esta altura del 2020, el interés social por todo lo relacionado con el coronavirus era alto, al punto que las señales informativas habían sumado audiencia y los canales de TV abierta habían hecho lo mismo, rediseñando sus programaciones hacia el eje informativo, con ciclos especiales u otros que se reformatearon hacia la información. Ese interés, un año después, parece haber decaído, ante el hartazgo de una pandemia que se extiende sin fecha de final. Lo que antes era atractivo, paulatinamente se transformó en un angustioso hastío.

En esa línea, los canales de TV argentina entendieron la demanda de entretenimiento y hacia allá fueron. Telefe, El Trece y Canal 9 estrenaron más y nuevos ciclos de entretenimientos, que son los que mejor funcionan. La gente quiere divertirse. Desde el fenómeno de la segunda temporada de Masterchef Celebrity (que aumenta su audiencia semana a semana) hasta el imparable éxito de la novela turca Doctor Milagro (a la que ni el partido de la Selección Nacional del jueves pudo quitarle audiencia), pasando por Pasapalabra, Bienvenidos a bordo, 100 argentinos dicen, Flor de equipo, Bendita, La hora exacta, La peña de morfi, o incluso un alicaído Showmatch, los programas de juego y humor son los elegidos por las audiencias que atraviesan la segunda ola del coronavirus. Incluso América TV, históricamente ligada a la información en vivo durante toda su programación, encontró en el show musical Los mammones al ciclo que mayor rating le da diariamente.

Basta recorrer las planillas de rating de mayo para corroborar esta idea: en todos los canales, los programas más vistos del mes fueron de entretenimiento. En Telefe, Masterchef Celebrity encabeza la tabla; en El Trece el más visto fue Showmatch, alcanzando su marca más alta con el ese pecios de humor de los viernes; en El Nueve se mantiene firme Bendita, con sus informes y análisis relajados sobre lo que pasa en los medios; en América TV empatan en el liderazgo Los mamones y la versión lúdica de Intrusos; y en la TV Pública arrasan las transmisiones del TC. Por otro lado, la pantalla que tiene más entretenimiento es la que también lidera el rating general con holgura: Telefe midió 10,1 puntos en mayo, imponiéndose a El Trece por una diferencia de 3,5 puntos. El tercer lugar fue para Canal 9 (2,3 puntos), superando a América (2), un canal con un perfil más periodístico. Detrás de ellos se ubicaron la TV Pública (0,5) y Net TV (0,3).

En afán de comprender el aumento de audiencia de la TV argentina, no se puede soslayar que aún cuando las plataformas de streaming fueron las más favorecidas durante la pandemia en el mercado audiovisual, incrementando sus suscriptores, estas sufrieron la paralización casi total de la producción mundial. En ese aspecto, la renovación de sus catálogos no fue todo lo dinámico que la demanda exige, provocando tal vez un hastío entre algunos usuarios. No por nada Netflix, por ejemplo, impuso la nueva función de reproducción aleatoria de una serie, como resultado de una investigación que demostró que los usuarios pierden cada vez más tiempo buscando qué ver, y muchas veces cierran la sesión sin visualizar ningún contenido. Esa saturación o cansancio digital pudo haber producido que parte de los usuarios se rindan a la programación lineal y pasiva de la TV abierta.

Razones artísticas y sociales de por medio, lo cierto es que mayo puede servir de prueba de que la pantalla chica local puede seguir atrayendo audiencia aún ante una diversificada y cada vez más accesible oferta audiovisual. Será cuestión, entonces, de que quienes la hacen sepan leer las demandas de las audiencias y animarse a producir contenidos nuevos y de calidad. El público está ahí afuera.