"Los países que más necesitan asistencia financiera tendrán que pagar 4 mil millones de dólares en cargos adicionales al FMI desde el comienzo de la crisis de la pandemia hasta finales de 2022. Estos cargos adicionales son la mayor fuente de ingresos del Fondo y representan casi la mitad de sus ingresos durante 2020-2022", advirtió Juan Pablo Bohoslavsky, ex Experto Independiente de las Naciones Unidas en deuda externa y derechos humanos entre 2014-2020. La cuestión de las sobretasas también es un pedido de parte del gobierno argentino al organismo internacional.
En una carta pública que cuenta con el apoyo de una serie de organizaciones especializadas en temas de deuda, desarrollo y equidad, Bohoslavsky resume que "tratar de ayudar a los países mientras se los penaliza por su necesidad no es una estrategia coherente y es incompatible con los deberes de derechos humanos".
Los cargos adicionales del FMI operan como una sobretasa de interés en función del tamaño y la extensión del crédito. Son de 200 puntos (2 puntos porcentuales) sobre el crédito todavía no pago siempre que éste supere el 187,5 por ciento de la cuota que paga cada país. Si el monto del crédito se mantiene por encima de esa proporción después de tres años se agrega una sobretasa de otros 100 puntos básicos.
"La práctica del FMI de agregar recargos del 2 al 3 por ciento en base a cuánto tiempo están atrasados los pagos puede triplicar los costos del endeudamiento. Es un modelo de negocios lucrativo para una organización sin fines de lucro. No son una herramienta para acelerar el pago, sino que actúan como una sanción por ser pobres, lo que lleva a estos países deudores a endeudarse aún más. En el contexto actual de pandemia, los recargos agravan las vulnerabilidades financieras que llevan precisamente a esos mismos países a solicitar asistencia financiera al FMI", dice Bohoslavsky.
El tema es muy relevante para la Argentina porque el costo del crédito obtenido del FMI está a punto de subir otros 100 puntos básicos a causa de la sobretasa, hasta un total del 4,05 por ciento. Esos 3 puntos adicionales por año sobre el crédito de 44 mil millones de dólares equivalen a un dineral: 1320 millones de dólares al año.
"Espero que en el board de octubre el FMI lo trate y de una vez por todas lo elimine", pidió el presidente Alberto Fernández en su última gira Europea. En este tema, el mandatario obtuvo apoyo explícito de parte sus pares de España e Italia.
"El FMI argumenta que los recargos le permiten desempeñar el papel de prestamista mundial de último recurso en tiempos de crisis, fortaleciendo la capacidad financiera de la institución. Este es un reconocimiento de que los países prestatarios de ingresos medios, que están pagando la mayor parte de los recargos y que se han quedado sin medidas para mitigar las dificultades de deuda, están, de hecho, financiando las operaciones del FMI para ayudar a los países de ingresos bajos", analiza Bohoslavsky.
La carta de Bohoslavsky cuenta con el apoyo de Jason Braganza (African Forum y de la Network on Debt and Development); Sharan Burrow, (Confederación Sindical Internacional); Nadia Daar (Oxfam International); Kevin Gallagher (Global Development Policy Center, Boston University); Jayati Ghosh (Centre for Economic Studies and Planning, Jawaharlal Nehru University, New Delhi.); Yuefen Li (Experta Independiente de las Naciones Unidas en deuda externa y derechos humanos); Alfredo Saad-Filho (King’s College London); Ignacio Saiz (Center for Economic and Social Rights); Jean Saldanha (European Network on Debt and Development) y Luiz Vieira (Bretton Woods Project).