En la obra de Femimutancia hay una incomodidad constitutiva que la convierte en una de las voces más interesantes de la nueva historieta argentina. Se mueve y publica, es cierto, en el ambiente del cómic feminista y el circuito under de las viñetas, de modo que su llegada no es al público habitual de la disciplina. Pero su impacto se empieza a ver lentamente en sus colegas que -quieran o no- empiezan a ser marcadas y marcados por los cuerpos sobre los que cuenta. Banzai, lanzamiento debut del sello Feminismo Gráfico, puede entenderse como la continuación simbólica y hasta literal de Alienígena, su anterior (y muy celebrado) libro. En Alienígena la incomodidad de su protagonista con el propio cuerpo era el quid del relato. Ser extranjero en el propio cuerpo, esa no correspondencia, articulaba la psiquis del personaje principal. En Banzai ese conflicto parecería estar saldado, pero el dibujo de Femimutancia sugiere que quizás no sea un proceso tan lineal.
Femimutancia compone cada viñeta de un modo sutil. Su protagonista, nuevamente, tiene un cuerpo no hegemónico, más voluminoso que los que suelen dibujarse y que no busca tampoco la caricatura. Lo notable es que el entorno que le acompaña no se adapta al personaje. Al contrario, sigue habiendo un desajuste en la medida del dibujo que no es inmediatamente obvia, pero que termina calando en la acumulación de páginas, aunque el texto busque develarlo desde antes. En esa desmesura, Femimutancia sigue manifestando para sus personajes una incomodidad que si antes era personal, ahora es social. Si antes estaba en juego el pacto de convivencia con la propia mirada, ahora el conflicto se genera desde un afuera que no comprende o no sabe muy bien cómo tratarle.
En esa búsqueda, que no es de la aceptación ajena, sino del saber tratar con el juicio de los demás, transcurre sutilmente Banzai, que opera aquí no como grito guerrero, sino como voz de ánimo para lanzarse a las aguas turbulentas. Porque además, cuando su protagonista sueña, sueña con un barco, el agua y un universo simbólico en el que ser “el raro” (sea un personaje secundario de Akira o una ovejita cíclope) vale. En el libro hay una línea clave que permite interpretar el universo simbólico de su protagonista. Cuando la oveja cíclope le dice que no quiere pensar en su futuro, le responde “Perdón, no quise molestar con esa pregunta”. Y ahí reaparece, nuevamente, la situación de incomodidad ante la mirada y la inquietud ajena, esta vez provocada por el personaje central del relato, que inmediatamente empatiza con la oveja.
Así, Banzai no sólo es una notable profundización en el universo simbólico y estético de su autora, también es una buena carta de presentación para el proyecto editorial que la cobija.
Lanzamientos
La pandemia de mi vida (Ernán Cirianni / LocoRabia)
De los varios intentos de hacer llevadera la vida en cuarentena, probablemente el de Cirianni sea el más delirante y, también, uno de los más ajustados a los altibajos emocionales que experimentó toda la población mundial. Cirianni invita a un recorrido hilarante por las distintas etapas del encierro doméstico, de diálogos demenciales con su gato y el trato con su hijo. Desde lo gráfico, se afirma en su feísmo y sigue concitando desde esta estética la potencia de su propuesta.
El Campito (Diego Agrimbau y Hernán Gutiérrez / Historieteca)
Esta reedición del libro llega diez años después que la primera y, muchos más años después que su concepción original. Sus primeros méritos siguen vigentes: es un notable retrato de la vida preadolescente en la década del ochenta, en un barrio porteño alejado del centro. Al mismo tiempo, y quizás por esa misma fidelidad, es un retrato al que el espíritu de época de hoy probablemente impondría algunos cambios. Con todo, su lectura y su(s) dramatismo(s) aún se sostienen con solidez.
Deathwest (Luis Santamarina / Rabdomantes)
Un hombre muere en el preciso instante en que estalla un conflicto gremial para las parcas. Y en ese hiato, termina involucrándose con peleas sindicales luctuosas y una serie de personajes cargados de humor negro. La Muerte que arrastra al protagonisita, por caso, es tan jodona como desvergonzada (y ahí están las mejores líneas de diálogo), y en ese tono la novela gráfica encuentra también una estética –algo en la línea del semi-funny, pero con un aire 8 bits- que le calza muy bien.
Lo que ya pasó (Brian Jánchez y Pablo D’Alio / Deriva Editorial)
En esta serie de historias cortas Jánchez se corre del lugar de autor integral y pone su escritura a disposición de D’Alio, que trabaja con aguadas y acuarelas sobre tinta. Con esa base, lanzan un conjunto de relatos donde el pasado impone su presencia mientras los protagonistas se lanzan –con más ganas que seguridades- al futuro. Los silencios, una constante en el trabajo de Jánchez, aquí aparecen, aunque con menos fuerza, y su humor ácido da paso aquí a instancias más reflexivas.
Viñetas
Dark Horse levanta la apuesta
El sello Dark Horse, uno de los más importantes entre los especializados del mercado norteamericano y casa de títulos como Hellboy, Sin City o The Umbrella Academy, anunció el lanzamiento de su división digital y lúdica “Dark Horse Games”. En el mismo acto también informó que están “en tratativas con varias compañías de videojuegos AAA (la categoría más importante)” para el desarrollo de productos a partir de sus licencias. Pero antes de que los fans se ilusionen con ver a Hellboy y al resto sus estrellas al alcance de su consola, desde la compañía advierten que el objetivo está puesto en abrevar en “sus propiedades intelectuales más viejas y menos establecidas”. Estas buscarían así ser primero videojuegos, luego cómics. Además, aunque los videojuegos serán el epicentro de su desarrollo comercial, la nueva división también trabajará animé y webtoons, entre otros productos.
Heavy Metal, digital
La mítica revista de historietas Heavy Metal llegará a los streamings comiqueros en breve de la mano de la plataforma GlobalComix. Con la suscripción (8 dólares mensuales), los lectores accederán al catálogo entero de la revista, además de la oferta general del sitio. La movida de Heavy Metal es esperable en un mercado como el norteamericano que atraviesa enormes cambios en su esquema de distribución de sus títulos en papel y donde más allá de las grandes ciudades, done la vacunación avanzó, el covid sigue siendo una preocupación que mantiene a la gente en sus hogares. “GlobalComix representa una vuelta de tuerca innovadora en el espacio del cómic book”, declaró el CEO de la revista, quien además señaló que el portal “demostró en poco tiempo un gran entendimiento de las dificultades que enfrentan las pequeñas editoriales y los creadores independientes, y ofrece atractivas soluciones para un crecimiento sustentable en el mercado digital”.