Tardó, fue por una tasa menor a la esperada, pero finalmente se dio el primer paso para que las empresas transnacionales, incluidos los gigantes de Internet, tengan que pagar impuestos. Los ministros de finanzas del G7, que reúne a las economías más poderosas de Occidente, llegaron a un acuerdo, que calificaron de “histórico”, que obligaría a esas compañías a pagar una tasa corporativa de al menos 15 por ciento en los lugares donde realizan sus ventas.

La iniciativa busca evitar la competencia impositiva “a la baja” entre los países y complicar la estrategia de las principales empresas de no tributar donde consiguen sus ingresos sino en los llamados “paraísos fiscales”.

El papel de Joe Biden

Después de años de hablar del tema sin mayores resultados, resultó decisivo el impulso que le dio Joe Biden al tema. En realidad, el sucesor de Donald Trump proponía una tasa del 21 por ciento y tuvo que ceder a la de 15 para lograr el acuerdo. Igualmente, el texto elegido fue de “al menos” 15 por ciento, lo que podría derivar en tasas más altas en el futuro.

La medida apunta principalmente a las grandes empresas tecnológicas, muchas de ellas estadounidenses, que pagan impuestos irrisorios a pesar de obtener beneficios de decenas o incluso cientos de miles de millones de dólares, gracias a qué están domiciliadas en países donde la tasa del impuesto de sociedades es muy baja o incluso nula.

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, saludó este "compromiso sin precedentes" que según ella "acabará con la espiral descendente de la fiscalidad de las empresas, y aportará justicia a la clase media y a los trabajadores en Estados Unidos y en todo el mundo".

Bueno, pero poco

"Ya era hora de que algunas de las economías más poderosas del mundo obligaran a las multinacionales, incluidos los gigantes tecnológicos y farmacéuticos, a pagar su parte de impuestos. Sin embargo, fijar una tasa mínima global del impuesto de sociedades de solo el 15% es demasiado bajo", reaccionó Gabriela Bucher, de la oenegé Oxfam.

El G7 agrupa a Canadá, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña. Los ministros europeos firmaron un texto que asegura que "el dumping fiscal no puede ser una opción en ningún país del mundo. Esta práctica solo llevaría a una caída aún mayor de la recaudación del impuesto sobre sociedades, más desigualdad y la imposibilidad de financiar los servicios públicos básicos".

Esto recién empieza

Los especialistas creen que los gigantes informáticos como Amazon, Google y Facebook serán las más afectadas, ya que ahora legalmente pueden tributar en un país con condiciones fiscales ventajosas las ganancias que generan en otros países.

La decisión puede parecer auspiciosa, pero puede demorar en ponerse en práctica. Todavía falta que sea aprobado en la cumbre del G7 que se hará el próximo 11 de junio en Cornualles, Gran Bretaña, y si eso ocurre habrá que esperar a que el acuerdo se traslade la G20 y la OCDE, ya que el G7 no tiene un papel formal en el proceso de discusión de la nueva fiscalidad internacional.