El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, exigió este viernes que la Iglesia Católica y el papa Francisco se disculpen públicamente por los abusos que sufrieron numerosos niños indígenas en las escuelas de su país, luego de que la semana pasada se hallara una fosa común con restos de 215 alumnos en la Kamloops Indian Residential School, situada en Columbia Británica, oeste de Canadá.
“Como católico estoy profundamente decepcionado por la posición de la Iglesia Católica”, expresó Trudeau y recordó que hace algunos años le pidió personalmente al papa durante un viaje al Vaticano que se “disculpara y pidiera perdón” por lo que sucedió en este tipo de instituciones educativas.
“Encuentro muy difícil que la Iglesia Católica siga rehusando disculparse y participar en este importante proceso”, remarcó el primer ministro en conferencia de prensa.
Cabe resaltar que el gobierno de Canadá también posee responsabilidad sobre este tema debido a que fue el que estableció este sistema de residencias escolares entre 1890 y 1996 y le otorgó su gestión a diferentes grupos religiosos con el objetivo de “integrar” a los pueblos originarios del país.
La ONU pide una investigación
Un equipo de especialistas en derechos humanos de la ONU le reclamó este viernes a Canadá y al Vaticano que inicien una investigación sobre la fosa común con los restos de 215 niños indígenas en la residencia escolar de Kamloops.
Los expertos indicaron en un comunicado que la investigación debería incluir “exámenes forenses de los restos y la identificación y registro de los niños desaparecidos”, al tiempo que tiene que abarcar no solo el centro de Kamloops, sino también otros antiguos internados para indígenas.
A su vez, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) puntualizó este jueves que el organismo “podría ser relevante” a la hora de proporcionar ayuda técnica en la tarea de investigar las residencias escolares.
A pesar de esto, Trudeau se mostró reacio a esta propuesta y opinó que “no es la decisión de organismos internacionales decidir si vienen aquí, aunque serían bienvenidos”.
La fosa encontrada en la Kamloops Indian Residential School
Rosanne Casimir, líder de la comunidad indígena tk'emlúps te secwépemc, situada en la provincia de la Columbia Británica, exigió este sábado en conferencia de prensa una “disculpa pública” de la Iglesia Católica por el rol que tuvo en relación a la fosa común descubierta la semana pasada. “No sólo para nosotros, sino para todo el mundo”, subrayó Casimir.
El instituto de Kamloops, que durante más de 80 años formó parte del sistema de 130 residencias escolares implementadas por el gobierno de Canadá, estuvo gestionado por los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Este grupo religioso llegó a ocuparse de casi la mitad de estas instituciones educativas para indígenas.
Se estima que unos 150.000 niños indígenas pasaron por estas instituciones y que al menos 4.000 murieron durante su estancia.
El resto de las residencias escolares, donde los menores sufrieron abusos físicos, psicológicos y sexuales de forma sistemática, fueron administradas por otros grupos cristianos o directamente por funcionarios del gobierno canadiense.
Documentos ocultos
Trudeau también acusó a la Iglesia Católica en Canadá de no querer poner a disposición de la población indígena del país el registro de los niños que fueron internados a la fuerza en la residencias escolares, ni tampoco información adicional sobre su funcionamiento.
No obstante, varios grupos indígenas y expertos aseguraron que el gobierno canadiense también tiene responsabilidad sobre estos registros, ya que no sob públicos precisamente porque Ottawa recurrió a los tribunales para mantenerlos bajo llave.
Por otra parte, el primer ministro afirmó que su gestión está manteniendo “conversaciones” con los grupos indígenas para determinar la compensación que recibirán las víctimas de las residencias escolares.
Varias personas que sobrevivieron al internado de St. Anne's reclamaron a los tribunales que Ottawa haga público los 12.300 documentos que detallan abusos físicos y sexuales en este centro, que también fue gestionado por los Misioneros Oblatos entre 1902 y 1976, aunque el gobierno canadiense hace años que se muestra reacio a cumplir con esta demanda.