Con un ojo puesto en la vacunación y el otro en la reactivación de la economía, el oficialismo comenzó a dar los primeros pasos hacia las elecciones legislativas. En noviembre, la Cámara de Diputados renueva la mitad de sus bancas y el Senado un tercio de los escaños. El objetivo del Frente de Todos es recuperar la mayoría parlamentaria en la Cámara Baja para no depender, sesión a sesión, de acuerdos políticos cada vez más volátiles y complejos. Juntos Por el Cambio, por su parte, pone en juego su mejor elección nacional, la del 2017, con una ruidosa interna que amenaza con terminar definiéndose en las PASO. La batalla decisiva se dará en la Provincia de Buenos Aires, territorio que ha probado ser complicado para el kirchnerismo en las elecciones de medio término.
Lo que está en juego
Aprobada y promulgada la ley que posterga por cinco semanas el calendario electoral, el 12 de septiembre tendrán lugar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), en donde se seleccionarán las listas y candidatos que competirán el 14 de noviembre. La Cámara de Diputados renovará 127 bancas, de las cuales 60 son de Juntos Por el Cambio y 51 del Frente de Todos. Más allá de los nombres propios, en la Cámara Baja se dará una batalla política por el quórum y las mayorías, en la que el oficialismo buscará superar el condicionamiento al que estuvo sometido durante el último año y medio, tiempo durante el cual la dupla Sergio Massa-Máximo Kirchner, titular del cuerpo y presidente del bloque oficialista respectivamente, han tenido que extremar esfuerzos para lograr la sanción de leyes.
El Senado, por otro lado, pone en juego un tercio de los escaños, 24 para ser precisos. Son ocho las provincias que deberán renovar sus tres bancas en las elecciones de este año y el objetivo del oficialismo allí es mantener las mayorías que le permitieron aprobar sin problema los proyectos enviados por el Ejecutivo, así como los decretos presidenciales.
Los nombres en danza
"Nosotros no estamos en campaña electoral, estamos en campaña de vacunación", insisten desde la jefatura del bloque del Frente de Todos. Ya sea en el Congreso, Casa Rosada o La Plata, el oficialismo coincide en que la cabeza de les votantes no está puesta en las elecciones, sino en la pandemia y la difícil situación económica, por lo que hacía allí tienen que estar dirigidos los esfuerzos.
Sin embargo, de a poco, las fichas del tablero político comenzaron a moverse, con reuniones semanales en la capital bonaerense, y son varios los nombres que ya se están barajando: Victoria Tolosa Paz, Daniel Scioli, Malena Galmarini, Fernanda Raverta, Gabriel Katopodis. "Todavía no está dado el clima, pero en unas semanas todo va a empezar a activarse más", indicó un diputado del oficialismo, que se mostró confiado en que este año el Frente de Todos tendrá una buena elección y podrá sumar nuevas bancas en la Cámara de Diputados que le permitan agilizar el tratamiento de proyectos que se encuentran trabados debido a la falta de acuerdos.
Años confrontativos
La necesidad de robustecer las filas parlamentarias tiene que ver también con la relación de fuerzas que indefectiblemente variará durante los próximos dos años. Los gobernadores opositores, que desde el principio del gobierno del Frente de Todos apoyaron algunas leyes clave, ya no estarán tan proclives a los consensos. Por caso, Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, buscará dar pelea por la candidatura presidencial, lo que lo pondrá en las antípodas del oficialismo.
No habrá sorpresas por el endurecimiento del sector más dialoguista de la oposición. Se sabe que luego de las elecciones de medio término, y con las presidenciales a la vista, la arena política sube su temperatura. Así las cosas, la búsqueda de una mayoría propia no tiene solo que ver con los proyecto pendientes, sino también con la gobernabilidad futura.
"Hay muchos proyectos que nunca se presentaron porque no tenemos la mayoría para impulsarlos. Temas que planteó el presidente en el Congreso, como la reforma judicial y la reforma del Ministerio Público Fiscal, pero también hay muchos otros que están pendientes", explicó el diputado del Frente de Todos. En efecto, durante el último año y medio, el Frente de Todos logró aprobar algunas leyes a fuerza de negociar (y hacer concesiones) con bloques opositores minoritarios, como Consenso Federal, que responde al lavagnismo, y Córdoba Federal, que responde al gobernador Juan Schiaretti. "Esta metodología de ir negociando ley por ley es muy desgastante", se quejan desde el oficialismo.
La vereda opositora
Juntos Por el Cambio, por otro lado, arriesga su mejor elección, en la cual Esteban Bullrich logró vencer a Cristina Fernández en la Provincia de Buenos Aires. La coalición opositora renueva más de la mitad de las 115 bancas que tiene actualmente y, faltando casi dos meses para el cierre de listas, las internas están a flor de piel.
La principal disputa se da en la Ciudad de Buenos Aires, bastión electoral del PR, en donde Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich compiten por quien encabezará la lista. La presidenta del PRO tiene decidido ser candidata, pero el jefe de gobierno porteño la quiere a María Eugenia Vidal. En la Provincia de Buenos Aires se da una situación similar, en donde Larreta quiere impulsar la candidatura de su vice Diego Santilli, pero enfrenta la resistencia de los intendentes bonaerenses del PRO.
La batalla decisiva se dará en la Provincia de Buenos Aires, en donde se renuevan 35 de las bancas. El kirchnerismo ha tenido problemas con las elecciones de medio término en la Provincia en el pasado: en el 2017 perdió frente a la fórmula de JxC, en el 2013 contra Massa y en el 2009 contra De Narváez. Esta vez, sin embargo, el peronismo no irá dividido y puede ser que la alianza tejida entre kirchnerismo, albertismo y massismo rompa con esta tradición.