Es viernes a mediodía y Omar camina el andén de la vieja estación de tren de Las Flores. Usa gorra de campo, bombacha y alpargatas. Vuelve al campo dice, y una sonrisa lo ilumina. Su hisopado es negativo. Acaban de realizarle el test en el Tren Sanitario dispuesto por la provincia de Buenos Aires junto al Ministerio de Transporte de la Nación, para acompañar en cada localidad del recorrido entre Cañuelas y Bahía Blanca, la prevención y detección de casos en torno de la pandemia de coronavirus.
En Las Flores, el tren atiende a los vecinos que llegan sin turno, solos o en familia. Vienen por hisopados por síntomas de coronavirus. Por vacunas contra gripe y neumonía. Y consultas generales, en niños, adultos o personas mayores, explica Carolina Guerrero, terapista ocupacional a cargo de la formación de vagones donde funcionan consultorios, sector de vacunas, farmacia, laboratorio y sector de hisopados.
El tren recorre la línea del ferrocarril Roca. Para un día o dos en cada una de las 14 estaciones que, hasta el momento, solo veían pasar largos trenes de carga (con piedras, líquidos de desechos, o tecnología), al menos una vez al día. Hoy, esa vía vuelve a tener pulso humano. Las personas llegan de a poco, no hay aglomeración. El dispositivo permite la paciente consulta del triage, para quienes llegan con síntomas, en busca del test. Hay un lugar de espera antes y después del hisopado. En otro, esperan quienes vienen por las vacunas obligatorias --muchas familias con niños--, y otro sector para las consultas generales. Todo al aire libre. “Y todos con barbijos”, señala Guerrero.
El vagón de hisopados es hermético. Está en constante actividad. La necesidad de contar con un lugar complementario al hospital local, para realizar los test, se hace evidente: en promedio, desde el inicio del recorrido, el 50 por ciento de los tests da positivo. En Las Flores, de 9 consultas por síntomas, al mediodía del viernes había 4 positivos. En Monte, “la parada anterior”, hubo 50 positivos de 100 testeos.
En Las Flores
La propuesta “descomprime el sistema local” confirma el director del hospital de Las Flores, Mauricio Alejandro. Si bien estas personas no necesitan internación, el equipo está integrado por enfermeras, médicas, promotoras de salud y personal de logística. Y se procura "la mayor contención en casos de resultado positivo” señala Guerrero.
La situación sanitaria para enfrentar la pandemia es atípica en Las Flores: por primera vez se intenta una maniobra conjunta público-privada, explica Alejandro, el director del hospital. “Hace una semana hicimos un acuerdo y derivamos la guardia de la maternidad y pediatría a un privado, esto nos permite tener unas 150 camas del hospital, para covid”, detalla. Allí se reciben pacientes de otras localidades, es un hospital zonal. Y no dan abasto.
En cada localidad, el Tren Sanitario es recibido por los vecinos y las autoridades con reconocimiento, cuentan sus profesionales. Su llegada anuncia una certeza, la de poder tener a mano, respecto a la pandemia, “un poco más control”, subraya Alejandro. “Es una ayuda, porque trabajamos en red”, añade el director médico.
“Nuestra tarea le da un respiro a la demanda local” confirma Patricia Invernizzi, promotora de salud del tren. “Acá se hisopa, y hay que estar preparados para lo que se viene” respecto al resultado. “Algunos vienen con miedo, por si dan positivo y viven con personas de riesgo, o por temor a perder el trabajo, porque están en negro. Tratamos de calmarlos, hay comprensión” reflexiona. Y añade: “No todos tenemos la suerte de tener un trabajo estable, está muy difícil este aspecto en la pandemia”.
El tren refuerza la atención comunitaria. El dispositivo no es nuevo. “Tiene tradición en la Argentina, la inició Ramón Carrillo en el primer gobierno de Perón” señala Guerrero, orgullosa de la formación. Los vagones fueron rescatados de un taller en Córdoba. Estaban abandonados --por la gestión macrista--, y hoy son “impecables consultorios móviles”. “Así, la salud pública llega a donde tiene que llegar, pero no somos un reemplazo de los actores locales --confirma la médica Valentina Rodríguez--, porque nosotros nos vamos”. Pero la colaboración en el control sanitario es un avance, sostiene. Rodríguez se recibió en pandemia. Y está feliz de cumplir el recorrido, de postas ferroviarias sanitarias. A pesar del esfuerzo que esto requiere.
Arriba del tren
Cecilia Vilela y Doris Velázquez son vacunadoras del tren. Enfermeras profesionales, fueron voluntarias del plan Detectar. Aquí vacunan contra gripe y neumonía. Tanto adultos como niños. “Es una gran oportunidad como agentes de salud, poder estar cerca de la gente y formar parte de esta unidad sanitaria” dice Cecilia. “Lo vimos desde su nacimiento” suma Doris, antes de volver al box a vacunar a una mujer y a su hija. “Algunas familias vienen solo por las vacunas obligatorias, o incluso a sacarse fotos --apunta Guerrero--, y hay niños que se vacunan con tal de subir por primera vez a un tren”, sonríe la terapista, que conduce al equipo del tren.
Enfundada bajo el rigor del protocolo anticovid, otra enfermera, Marisa Vilches, está encargada de los hisopados. Tuvieron capacitación, cuenta, y participa de los testeos desde junio del año pasado. “La gente está agradecida --comparte--, porque en algunos lugares no tienen acceso al test, no hay turnos, y cuando se los dan ya pasaron muchos días” lamenta. “También vienen a darse las vacunas del calendario, es la mejor parte, que se cuide la salud como algo normal, y el tren ayuda en ese sentido”, aporta.
“El derecho a la salud es vida”, les han escrito a mano en un papel pegado en una puerta del tren. “¡Gracias!”, dice otro mensaje. “Estamos con gente del campo y con gente que vive en la ciudad, y de todas las clases sociales, hay de todo, y de todas las edades” describe Patricia Invernizzi. Ella hace las entrevistas a los que van llegando. El famoso triage en los casos sospechosos.
“Hay mucho miedo, las personas llegan preocupadas y cualquier síntoma les parece covid, es lógico”, afirma Alonso, el médico que atiene el consultorio. Nicolás Alonso nació en Tandil, y se especializa en medicina general. Aquí resuelve consultas. Ve los resultados de estudios de personas que, por la pandemia, no volvieron a sus médicos. Indica tratamientos de afecciones simples. Realiza un panorama sanitario de la zona. Y sobre todo “charlamos con los pacientes, porque necesitan un intercambio que los tranquilice”, acierta, con firmeza.
Unas 1500 personas ya pasaron por la atención de esta unidad móvil. Algunas familias piden consulta por temas generales, antes de vacunarse contra la gripe o la neumonía. Otras simplemente buscan información de prevención ante la covid. La familia Bubatti-Rodríguez baja del vagón de vacunas. Vinieron en grupo: papá, mamá y los dos hijos, de 11 y 14 años. Los hijos se vacunaron. Los padres acompañan. Se los ve contentos. Se cruzan con Omar en el andén, que está llegando.
Omar viene preocupado, se nota. Camina despacio, su mirar es esquivo. Se acerca al lugar de las entrevistas, y espera. Allí puede ser que lo atiendan Carla o Patricia. Les contará sus síntomas, su temor: dolor de cabeza, dolor de estómago, refrío y mareos. Omar trabaja en un campo, es peón. “Criamos vacas”, dice. El miércoles sintió síntomas, sacó turno “en un privado”. Y como “no podía esperar”, alguien le dijo “que estaba el tren en la estación y vine, para aprovechar el tren”, dirá luego, al despedirse, con una sonrisa. Con la emoción de la noticia del resultado negativo, olvidó de ponerse barbijo.
“Las políticas conjuntas mejoran la salud”
La cantidad de personas vacunadas contra covid y la disminución de la letalidad a partir de esa vacunación forma parte de la conversación que antecede a las palabras formales con que el intendente de Las Flores Alberto Genelé (FdT), reconoce el aporte del tren al sistema de salud local. A su lado, Juan Riera, director provincial de Hospitales --junto al director municipal de Salud, Juan Tibiletti, y a Mauricio Alejandro, director del Hospital zonal--, agradece la colaboración de todos. “Porque cuando confluyen las políticas, el impacto sobre la salud de la población mejora”, define Riera.
“Un sistema que ofrece salud en forma equitativa, para aquellas poblaciones que están invisibilidadas es importante para todos los bonaerenses --sostiene Riera sobre las poblaciones rurales--, y nos abre un camino a seguir”. Se habla de sumar consultas oftalmológicas y odontológicas. “Sería importante también la atención en salud mental”, aporta una de las médicas del equipo. El trabajo comunitario, con perfil interdisciplinario, guía la propuesta. Centrada hoy en el control de la pandemia “pero con un perfil de trabajo responsable, que nos habla de una política pública, que llegó para quedarse” confirma Riera.