Un pase de esos que se hacen con ojos en la nuca fue una de las hermosas joyas de La Pulga Rodríguez. La pelota que le puso a Alexis Castro para que Santiago Pierotti haga el segundo gol de Colón, ante Independiente, en la semifinal de la Copa de Liga Profesional, fue una genialidad. Antes, de penal, había puesto el 1 a 0. Pudo hacer otro cuando sacó un disparo que dio en el palo del arquero rojo, Sebastián Sosa. Este viernes, ante Racing, ya era en la previa el jugador al que miraban todos. En el partido en sí volvió a demostrar su importancia en un equipo que jugó muy bien. Colón borró a Racing de entrada. La diferencia entre ambos es tremenda y va más allá del 3 a 0.
La Pulga convirtió 8 goles en el torneo. Uno de ellos, a Estudiantes de La Plata, que fue un golazo. El campeón tuvo 10 triunfos, 5 empates y 3 derrotas (Argentinos Juniors, River y Racing). Todo en un campeonato de mediocre para abajo. Qué bien jugó La Pulga como para destacarse entre otros compañeros brillantes, como Rodrigo Aliendro, Christian Bernardi o el mencionado Castro.
No se sabe qué será de la vida de La Pulga tras esta final. El 30 de junio vence su contrato. Varios equipos lo sondean. Se dice que Estudiantes y Gimnasia y Esgrima La Plata. Tal vez siga en Santa Fe, donde se convirtió en ídolo y símbolo. Aunque a sus 36 años y con Colón campeón sería difícil que se vaya. Aunque nunca se sabe: siempre le tiró Atlético de Tucumán, el equipo del que es hincha e ícono. Quién sabe, tal vez su Simoca natal lo llame. Una vez, en charla con quien escribe estas líneas, contó que le gustaba Simoca porque “era uno más entre 10 mil vecinos”.
Medio Santa Fe lo idolatra. La otra mitad debería, al menos, respetarlo. La Pulga es de esos pocos jugadores que parecen de potrero sin resignar profesionalismo en medio de un fútbol argentino en decadencia. La llegada a la final del equipo de Eduardo Domínguez se debe en gran parte a Rodríguez.
Marcela Sanvido es de esas hinchas que siguen a Colón por todas las canchas. Sufrió cuando perdió la Sudamericana ante Independiente del Valle, en Paraguay, a donde viajó para ser testigo. “El Pulga es de esos jugadores extraordinarios dentro y fuera de la cancha. Imposible no quererlo ni admirarlo. Desde los más grandes a los más chicos lo admiran y se emocionan al verlo jugar. Hasta mi nieto de 3 años (Jeremías) llora cuando lo ve caído o cuando le pegan en la cancha”, resume en diálogo con Líbero.
“La Pulga es todo para el hincha de Colón”, le dice a este diario Maximiliano Lantieri, otro hincha de Colón. Y agrega: “Es el jugador distinto, el que sabe esperar. Es el cerebro del equipo, el eje para que el equipo juegue, el que aguanta la pelota, el que sabe hacer la pausa”, enlista. Luego: “Salvando las distancias, es como el mejor Iniesta del Barcelona. No hay reemplazo para él. La final de la Sudamericana y ésta del torneo local fueron gracias a La Pulga”.
Otro hincha, Lucas Bieri, arranca con una comparación: “Para Nosotros El Pulga es como Messi para los catalanes o Maradona para los napolitanos. Este viernes rindió su tesis para recibirse de ídolo. Y se recibió, no más”. “Tengo tres hijos. Si les preguntás a quién prefieren para que use la 10 de Colón entre Messi y El Pulga, te contestan que El Pulga. Y sin dudar, eh”. Para Bieri, la conmoción futbolera que se vivió ante la final acaparó incluso el ámbito social: “Hay mucha gente pasándola mal y salir campeones fue una gran inyección anímica para todo el pueblo sabalero. Lamentablemente, como en el resto del país, la gente vive de lo que le cuentan los medios y sabemos que los medios, en gran parte, crean pánico... Sacar a la gente de estas preocupaciones por un ratito fue algo hermoso. Para nosotros era una final del mundo”.
María Flor Salas, activa sabalera en redes sociales, viene celebrando desde el lunes, cuando el equipo se aseguró un lugar en la final tras ganarle a Independiente. En sus posteos destacó la figura de La Pulga. “Es de esos ídolos humildes que tiene un club, de esos que se comprometen con la gente, con el hincha. Un referente fuera y dentro de la cancha. Hoy en día es un jugador muy importante para el hincha de Colón, dado que desde que llegó nos dió muchas alegrías. Mi hijo lo admira, y tiene tan solo 3 años. Imaginate lo que sentimos cada vez que lo vemos con la roja y negra”, invita a pensar.
Imaginen, entonces, lo que deben sentir ahora que Colón fue campeón por primera vez en su historia. Y con La Pulga como bandera.
Pasado de albañil y pintor
Los hinchas del sabalero consultados por Líbero destacaron su humildad entre sus cualidades. Seguramente originada en esa infancia de pobreza y trabajo. Fue albañil y pintor para ayudar a sus padres a sostener una familia numerosa. Eran nueve hermanos pero uno falleció. Pocholo, su papá, tuvo que esforzarse demasiado para hacerle el regalo de cumpleaños soñado: un par de botines. “Cuando estaba por cumplir 11, no sé cómo, pero me los pudieron comprar. Porque económicamente la familia estaba muy mal en ese momento. Había un solo par de botines y me quedaban chicos. Yo sabía que mientras pudiera jugar con ésos, tenía que hacerlo. A pesar de que me apretaban los pies. Por eso a veces me los tenía que sacar. Anduve así como cinco meses. Las ganas que tenía de conseguir un nuevo par de botines, más cómodos, de mi número, eran impresionantes. No me olvido más de eso. Aquello me marcó tanto que ahora, cada vez que compro zapatillas, me acuerdo de aquello”, le recordó a este cronista una noche de concentración futbolera en Buenos Aires.
A la Selección con Maradona
Fue una de las apuestas de Diego Maradona cuando dirigía a la Selección. “Fue lo más maravilloso”, resumió. Y alguna vez casi abandona el fútbol de tan enojado que estaba con el entorno. A los 17 años vivió una mala experiencia por un representante que le prometió un contrato en Rumania. Llegó y no había nada. Tuvo que quedarse en una estación sin dinero ni comida y con el desconocimiento del idioma. Cuando volvió a Tucumán le dijo a su madre que abandonaba. Uno de sus hermanos, Walter, lo convenció para que siga. Primero en Racing de Córdoba, en el Argentino A, que fue su reconstrucción personal. Después otros equipos de liga y luego Atlético y Newell’s.
El mejor de los momentos en cada partido lo vive cuando hace goles, pero nunca se olvida que tras su calidad para anotar hay un grupo de compañeros. De hecho, el renovado plantel de Colón cuenta con muchos jugadores de las inferiores. Son pibes que tienen a La Pulga como referente en la cancha y fuera de ella.
Antes de llegar a Newell´s y Colón, la carrera de La Pulga pudo haber seguido en el exterior. Pero los dirigentes de Atlético Tucumán le pidieron que siga con ellos. Las cosas no terminaron del todo bien y entonces se fue a Rosario, primero, y a Santa Fe, después.