Con la pandemia, la mirada se volvió hacia los hospitales y sus salas de terapia intensiva. En la Ciudad, la desinversión de décadas en el sistema público de salud se nota a cada paso. Esto lo muestra --con fotos, incluso-- un informe que aprobó la Auditoría General de la Ciudad sobre el estado del Hospital Tornú. Paredes rotas o con humedad, cables expuestos, mal estado de los sanitarios, caños expuestos son algunas de las cosas que se encontraron. Si bien en informe es de años anteriores, el personal del hospital confirmó que la mayoría de las falencias que encontraron continúan hasta el día de hoy.
El informe de la Auditoría porteña, que conduce Mariana Gagliardi --y que fue votado por todos los auditores, incluidos los del PRO-- muestra un estado de desinversión y abandono del hospital de Parque Chas. La Auditoría siempre hace informes sobre años anteriores: la mayoría de los relevamientos se hicieron sobre el período 2017, aunque las fotos del informe son de 2019 y se hicieron tareas hasta el año pasado (la pandemia les impidió concluir algunas). No obstante, el informe fue aprobado este año y publicado.
El informe releva una larga cantidad de problemas de infraestructura y de seguridad eléctrica y contra incendios que provienen de una falta de mantenimiento de un hospital que fue fundado hace más de cien años. Entre otras cosas, el informe detalla la "la pérdida de camas de internación, la falta de insumos, de recursos. Quedó relevado el desprendimiento de mampostería, roturas en paredes, pisos, cielorrasos, humedad en los cimientos del hospital y el mal estado de los sanitarios con mobiliarios rotos, cables y caños expuestos".
Encontraron salidas de escape bloqueadas con una reja bajo llave, zonas sin salida de emergencia, problemas con los matafuegos (muchos vencidos, pero había zonas en las que directamente faltaban) y hasta el sistema antiincendios desactivado.
“El 89 por ciento de los matafuegos del hospital se encontraba sin carga o con el mantenimiento vencido, y varios puestos contra incendio vacíos -sin matafuego- en múltiples pabellones del hospital”, advirtió el auditor por el Frente de Todos Lisandro Teszkiewicz. En el informe, se ve que algunas de las zonas tenían cableados expuestos, además de humedad en las paredes.
Es curioso: tras la disputa pública por la vacunación con la titular del PAMI, Luana Volnovich, la Agencia de Control porteña fue a clausurar el Hospital Español, al que el PAMI deriva sus pacientes. El motivo fue la falta de obleas y luces de emergencia. ¿Qué tendrían que hacer los mismos inspectores si se dieran una vuelta por el Tornú?
“La falta de luces de emergencia o algo básico como puertas corta fuego están ausentes en al menos 4 puntos relevantes del Hospital. Lo mismo sucede en algunas salidas de emergencias que están bloqueadas. Si todo esto no parece lo suficientemente alarmante, agregó que el hospital de agudos tiene pérdidas de gas en algunos mecheros y la presencia de material combustible en dos pabellones”, describió el auditor. En terapia intensiva, una de las salas era usada como depósito.
Otras zonas tenían "falta de separación de área sucia y área limpia en Enfermería" o "carencia de campana de extracción de vapores, de campana con flujo laminar para solventes orgánicos, salida de aire con mal olor e inconvenientes con evaporación de líquidos". El informe muestra también tirantes de madera que estaban prácticamente comidos por los bichos taladro.
“La higiene tampoco parece uno de los fuertes de la gestión del gobierno de la Ciudad, lo que deriva en diversas plagas que pueden encontrarse al recorrer los edificios”, indicó Teszkiewicz. De hecho, uno de los vestuarios fotografiados por la Auditoría parece una imagen de posguerra.
Médicos del hospital confirmaron a este diario que buena parte de lo que se ve en el informe sigue en iguales condiciones. El Gobierno porteño está refaccionando áreas como el primer piso del pabellón 3 del hospital para garantizar camas de internación durante la pandemia. Pero hay salas como la de internación por tuberculosis que estuvieron una década cerradas y recién este año reabrirían. "En los subsuelos de citología o hemoterapia no hay salidas de emergencia. Cada vez que hay un simulacro de incendios, los resultados son fatales", indican. La ventilación es una falencia importante en muchas áreas, lo que se vuelve más apremiante en la pandemia.
No es que la situación no fuera advertida en el pasado: el Gobierno porteño tiene hasta fallos en contra por la situación del hospital. En 2016, el juez Andrés Gallardo llegó a imponer multas a la entonces ministra de Salud por no cumplir con una orden de garantizar que funcionara el servicio de pediatría del hospital.
Uno de los legisladores que viene siguiendo la situación de los hospitales, Santiago Roberto, planteó: "Hace unos días fuimos al Hospital Fernández y las trabajadoras y trabajadores nos contaban las condiciones en las que trabajan, ahora la Auditoria presenta un informe del Hospital Tornú donde se ve que desde hace años, aún antes de la pandemia, la desidia en el mantenimiento, la falta de seguridad extrema y el abandono son la política de Larreta y Quirós para los hospitales porteños, sobre eso tenemos el faltante de profesionales médicas y enfermeras y la falta de reconocimiento a la labor de enfermería, y todo esto se grava con la pandemia". "La verdad de que es hora que Larreta y Quirós se sienten a charlar con la oposición, nosotros tenemos propuestas de como mejorar esta gestión, hay recursos que se gastan en cosas prescindibles que se pueden destinar al sistema de salud, pero para eso necesitamos una mesa de dialogo sincera, y voluntad de trabajo", indicó.
“Lamentablemente, esta imagen que puede verse con detalle en el informe sobre el Tornú es la imagen de muchos hospitales públicos de la Ciudad. También es la imagen de empresas de mantenimiento que incumplen sus obligaciones, de un gobierno que mira hacia otro lado", consideró Teszkiewicz.