Una enorme vampira de más de dos metros de altura, con pinta macabra, aires refinados y curvas XXL, se convirtió en el objeto fetiche, pop, artístico y sexual de la última temporada de los videojuegos. Resident Evil: Village, la octava edición de la saga de ¿zombies? más importante en la historia, nos pone otra vez en la piel de Ethan Winters, el protagonista de Biohazard, su antecesor. Pero algunos flejes se torcieron y la infinidad del Aleph internetero movió otras fichas.

En esta nueva entrega, Ethan tendrá que hacer una visita nada feliz a una aldea de la ruralidad rumana en la que Lady Dimitrescu, la sensual vampira en cuestión, es una de sus "regentas". En las venas abiertas de este tenebroso pueblito se ensancha un cóctel de buenas cinemáticas, espacialidad opresiva, la perspectiva inmersiva de la primera persona, y el corazón y las mecánicas del Resident Evil 4, uno de los mejores títulos de la franquicia.

Ahora bien, ¿cómo es que Resident Evil pasó de los muertos vivos, los experimentos en laboratorios, los cultos satánicos, los rednecks endemoniados y hasta el súper villano Némesis a enfocarse en una vampira clásica de corte BDSM? A la sazón, erguida en éxitos y fracasos, suertes y compases, Resident Evil sigue redefiniendo sus formas. Por eso, desde la aparición del tráiler, allá por septiembre de 2020, todo el fandom de Internet se detuvo por un segundo y dijo "no, no puede ser".

Con la tensión frecuente del juego, hubo un momento de confusión que se convirtió, en un periquete, en uno de fetichización. Resident Evil: Village, disponible para PlayStation 4/5, Xbox One y Series X/S y PC, comprime lo mejor de todos los extremos de sus títulos: pendula entre el terror sofocante y el mapa abierto, las distintas pieles del miedo y, por momentos, hasta coquetea con el ritmo de un Call of Duty.

Una Lady a la medida de internet

Así, sin solución de continuidad, en el pico de su pedo, llegaron los memes, los cosplays, los fan arts, los trending topics, las chanchadas varias (como este mod lleno de lencería roja) y las bizarreadas que le dan mil vueltas carnero a la imaginación (como ésta de Kratos vs. Lady Dimitrescu). Llegó el furor por Lady Dimitrescu, el verdadero personaje de la temporada.

Hasta Capcom se hizo cargo del asunto y, los hashtags oficiales del juego (#ResidentEvilVillage y #REVillage) vienen con su rostro. Pero todo se descontroló aún más. Y el asunto se fue realmente de cuadro. El hype por Lady Dimitrescu, un personaje que –pequeñísimo spoiler– "muere" literalmente en la primera parte del juego pero que tiene un universo que sobresale su propio arco narrativo, creció tanto que hasta "protagonizó" una publicidad de la cadena Domino's Pizza de Malasia, en la que muestra una caja humeante de mozzarella con pepperoni.

De pronto, como un cebo, todos los medios empezaron a nombrarla en los titulares. El cosmos de los videojuegos asumió que ahí, en esta nueva obsesión, había también un fenómeno efectivamente extrafichinero. Por eso, entre otras cosas, invitaron a Maggie Robertson, la actriz que interpretó a Lady Dimitrescu, a leer tuits "hornies” sobre su personaje. El resultado es hilarante.

Horror gótico, amor gótico

En la historia de Village, Lady D vive en su castillo junto a sus tres hijas, y forma parte del squad de bosses de la malvada y maquiavélica Madre Miranda, la jefa final. A medida que avanza el juego, Ethan va eliminando a sus hijas (Bela, Cassandra y Daniela), y Dimitrescu queda sumida en una cólera que va aumentando más y más, y que se demuestra en el ulular constante, invisible y amenazante por su mansión. Lady Dimitrescu es la primera de los jefes del juego, pero eso no impidió que se convirtiera en la cara del márketing, en su jugadora franquicia, en la verdadera MVP.

Amada y deseada, Lady Dimitrescu es el icono de Internet del momento. "Todos los días me sorprende la recepción que han tenido este personaje y este juego, y me siento increíblemente agradecida por haber sido parte de ello. Nunca esperé que ocurriera algo así", le dijo Robertson en exclusiva a El NO. Ella también siente curiosidad por el boom de su personaje: "Es increíble cómo ha sido capaz de impregnar la cultura pop y entrar en el mainstream de esta manera", sigue.

"Resident Evil: Village ha cambiado mi vida y me acompañará el resto de mis días", reconoce la actriz que, por añadidura, se convirtió también en una celebridad buscada por todos los medios especializados. Lo mismo le sucedió a la modelo Helena Mankowska, la actriz que le puso rostro a Lady D.

Nueva celebridad

Robertson, que trabajó con Capcom en largas jornadas de captura de movimiento, es una reconocida actriz de voz y motion capture recibida de actuación clásica en la Academia de Música y Arte Dramático de Londres (LAMDA). Tras graduarse, Maggie se trasladó a Los Ángeles y, desde entonces, apareció en varias películas independientes.

"Ha sido un inmenso honor trabajar en Resident Evil: Village. Toda esta experiencia ha sido mucho más de lo que jamás podría haber imaginado. Es una gran lección de humildad formar parte de algo de esta envergadura y magnitud. Este juego tiene un alcance global y es muy especial recibir mensajes de gente de todo el mundo diciéndome cómo este juego y este personaje han impactado en sus vidas."

Entre las deformidades favoritas que surgieron a partir de su personaje, Robertson destaca un mod de Lady Dimitrescu con la cabeza de Tomás el Tren cuyo resultado es inquietante. Por caso, también celebra el mod del sombrero, en el que Lady D modela todo tipo de gorros de diversos tamaños. "Me encanta ver cómo brilla la creatividad de todos cuando se trata de Lady Dimitrescu. He visto fan arts de ella como una variedad de animales diferentes: gato, cisne... hampón. He visto muñecos de crochet, figuras de acción y mucho, mucho más", confiesa.

Arranca mil urras: ¡Viva Lady Dimitrescu!

Aprovechando el voleo, por estos días, Capcom lanzó un espectáculo de marionetas ("Una absoluta delicia para ver, que me hizo reír todo el tiempo", dice la actriz) y hasta una toalla de dos metros de largo ("Definitivamente quiero una"). A propósito de este fenómeno, Robertson afirma que lo que más le gusta de Lady D es su "vibe". En sus palabras: "Cuenta una historia visual muy clara incluso antes de abrir la boca. Si además le añadís un personaje dinámico y multidimensional, tenés un icono en ciernes".

Y esta noción de icono exprés se ve entronizada en el impulso de la diversidad y el de la nueva representación de los cuerpos en el universo de la comunicación y los videojuegos. Su figura no canónica, su belleza amazónica y su estampa kinky la ponen instantáneamente en un lugar interesante frente a los prototipos lánguidos y sensuales de Lara Croft de Tomb Raider, 2B de NieR: Automata o Lightning de Final Fantasy XIII.

"Nunca antes habíamos visto a nadie como ella. Y lo más emocionante de Lady D es que la increíble aceptación que tuvo demuestra que el público está ahí. La gente quiere ver personajes diferentes e interesantes en la pantalla y creo que ella es un gran paso en la dirección correcta", afirma Robertson, enfatizando en el perfil empoderado de su personaje.

--¿Ves posible la vuelta de tu personaje a la saga Resident Evil?

--Estoy muy agradecida por haber participado en este juego y confío plenamente en Capcom. Me encanta Lady D y podría interpretarla por siempre. La gente sigue preguntando por posibles DLC. No tengo idea de si eso va a ocurrir, pero me encantaría saber más sobre su transformación y sobre cómo se "crearon" las hijas. Me encanta el hecho de que sea madre y que se haya esforzado por formar una familia, así que me fascinaría saber más sobre esa decisión, y sobre por qué decidió ser madre. Es un personaje realmente muy interesante y apenas hemos arañado la superficie con Resident Evil: Village.