Más de 800 personas fueron detenidas este martes en un gigantesco operativo contra el crimen organizado. El anuncio de la redada global se hizo en La Haya. Tras haber descifrado comunicaciones entre delincuentes que usaron, sin saberlo, teléfonos distribuidos por el FBI, de manera de posibilitar las detenciones.
"Estas informaciones condujeron durante la semana pasada a cientos de operativos policiales a una escala mundial desde Nueva Zelanda y Australia a Europa y Estados Unidos", explicó el vicedirector de operaciones de Europol, Jean-Philippe Lecouffe, sobre un operativo que, además de las detenciones, incluyó la requisa de más de 700 lugares y el decomiso de unas ocho toneladas de cocaína.
Los teléfonos repartidos (unos 11.800) comenzaron a circular hace tres años, sobre todo en Australia, España, Alemania y Holanda. En un comienzo, eran para que personas vinculadas a la mafia pudieran pasar desapercibidas, en el marco de una operación que el FBI bautizó "Escudo de Troya". Así, las autoridades recibieron unos 20 millones de mensajes a través de aparatos encriptados con el sistema AN0M. Según Calvin Shiversa, director adjunto del FBI, el operativo permitió salvar "más de cien" vidas amenazadas.
El FBI infiltró los sistemas Sky Global y Phantom Secure, lo cual permitió acceder a las comunicaciones de los sospechos de estar en la mafia. "El cierre de esas dos plataformas cifradas de comunicación creó un vacío importante en el mercado de las comunicaciones encriptadas", detalló la policía de Nueva Zelanda.
A su vez, el FBI trabajó con personas que conocían esos ambientes para desarrollar y distribuir los aparatos AN0M a través de la red "Phantom Secure" mediante la difusión de 50 teléfonos, sobre todo en Australia. La policía de ese país informó que allí hubo 224 arrestos, se se cerraron seis laboratorios de drogas y se incautaron armas y dinero por 35 millones de dólares. El primer ministro australiano, Scott Morrison, manifestó que la operación "asestó un fuerte golpe al crimen organizado, no solo en este país, sino que repercutirá en el crimen organizado de todo el mundo".
¿Qué característica tenían los celulares? Carecían de correo electrónico y GPS, y se podían adquirir en el mercado negro por 2 mil dólares. Además, para activarse precisaban un código enviado por otro usuario de AN0X. "Los criminales tenían que conocer a otro criminal para conseguir un aparato", detalló la policía australiana en un comunicado.
Para difundir los dispositivos, la fuerza de seguridad australiana se apoyó en personas que tenían influencia en los círculos criminales, entre ellos un capo de la droga huido en Turquía. "Los aparatos circulaban orgánicamente y se volvieron populares entre los criminales, que confiaban en la legitimidad de la aplicación porque figuras reconocidas del crimen organizado los defendían", agregó la policía de Australia. Los criminales influyentes "pusieron a la policía federal australiana en el bolsillo" de cientos de presuntos criminales, dijo el jefe de la fuerza, Reece Kershaw.
En Nueva Zelanda se produjeron 35 detenciones, en su mayoría por tráfico de drogas y blanqueo de dinero. Allí indicaron que se trató de "la acción policial contra el crimen organizado más compleja del mundo hasta la fecha".
Al mismo tiempo, se difundieron rumores sobre la presunta vulnerabilidad de un sistema rival bautizado "Ciphr". En marzo de 2021 un bloguero detalló las fallas de seguridad de AN0M, presentado como un dispositivo vinculado a Australia, a Estados Unidos y a los otros miembros de la alianza FiveEyes. La publicación fue suprimida.