La Jefatura de Gabinete publicó un informe sobre la evolución de las 42 empresas controladas por el Estado donde celebra la reducción del déficit operativo y las menores transferencias realizadas desde el Tesoro hacia firmas. La devaluación, la recesión y los aumentos en las tarifas son algunos de los elementos que validaron las “mejoras” en materia de eficiencia en empresas estatales de servicios públicos y transporte. El informe sostiene que el año pasado las compañías registraron una reducción de “tan solo” 2199 puestos de trabajo, el 2 por ciento del total, en las firmas controladas por el Estado como Fabricaciones Militares, Sofse, Lotería Nacional, Educar, Tandanor, Yacimiento Carboníferos de Rio Turbio.
La misiva titulada “Empresas públicas para el crecimiento” sostiene que el año pasado se registró un incremento del 60 por ciento en las inversiones realizadas por las empresas estatales sobre el que no ofrece precisiones. La retórica del área encabezada por Marcos Peña contrasta con la situación en firmas que forman parte del grupo analizado como YPF que redujo sus inversiones en exploración o Arsat que metió en el freezer el plan satelital y comenzó a buscar socios extranjeros. Una situación similar registraron empresas como Nucleoeléctrica Argentina SA que postergó la construcción de Atucha III. La intención del Ministerio de Defensa de paralizar la remotorización de los aviones Pucará a cargo de FAdeA y el paralizado Plan Belgrano Cargas se insertan en la misma lógica.
En el caso de Enarsa el déficit operativo se redujo 71 por ciento y las transferencias estatales cedieron 55 por ciento. Ese resultado no expresa una mejora administración de la firma sino el impacto que tuvieron los aumentos de tarifas y la recesión sobre la demanda de energía. La empresa, explica el documento de Jefatura de Gabinete, “bajó un 86 por ciento el gasto en los generadores móviles que se usan desde 2011 para compensar los picos de consumo eléctrico gracias a una mayor competencia y mejor planificación”. En otras firmas como Intercargo, la encargada de ofrecer el servicio de rampas en los aeropuertos, la mejora en el resultado operativo fue significativa: pasó de un déficit de 19 millones de pesos a un superávit de 92 millones equivalente a una variación favorable del 581 por ciento. Sin embargo, esa mejora no responde a una extensión de los servicios prestados por la empresa en los aeropuertos sino a que sus tarifas están dolarizadas. El impulso en el balance que dio la devaluación no estuvo acompañado por aumentos de precios ya que la empresa, por ejemplo, los montos cobrados a LAN retrocedieron.
“Con la estatización regresaron muchos de los problemas tradicionales de la gestión empresaria del Estado argentino: administración inexperta e improvisada, empresas sin rumbo, déficits crecientes y, en ocasiones, como en Casa de la Moneda, Fabricaciones Militares o Enarsa, empresas aprovechadas para usos políticos y carcomidas por la corrupción”, sostiene el texto de la Jefatura de Gabinete que, sin embargo, no propone volver a privatizarlas.