El fútbol suele encontrar el desequilibrio por los costados de la cancha, tanto por la derecha como por la izquierda, y ese desnivel encuentra posteriormente la resolución por la zona interna. La Selección Argentina presentó dos hombres clave ante Colombia, que no habían estado frente a los chilenos, para lograr esa opción táctica.
El entrenador Lionel Scaloni aprovechó que Gonzalo Montiel pudo viajar a Barranquilla y lo ubicó en su lugar natural, de lateral derecho; y también decidió el ingreso de Marcos Acuña por la otra franja, en reemplazo de Nicolás Tagliafico.
Las dos incorporaciones le brindaron al seleccionado no sólo la seguridad en la marca, sino que a eso le agregaron salidas claras desde el fondo, para llegar hasta el área de enfrente y participar del circuito de ataque. Montiel y Acuña fueron los encargados de trasladar la pelota por sus respectivos lugares hasta el campo rival, algo que no había sucedido en Santiago del Estero.
Juan Foyth, marcador central, fue el que se desempeñó como marcador de punta ante Chile, y más allá de que cumplió en el momento de recuperar la pelota, no le aportó nada al equipo de la mitad de cancha hacia adelante. Tagliafico es más propenso a incursionar en el campo adversario, pero tampoco había sido efectivo.
El primer tiempo de Argentina ante Colombia rozó la brillantez, y para que ello ocurra Montiel y Acuña fueron actores principales. La participación que tuvieron ambos con sus compañeros del mediocampo fue vital, y también fueron importantes cuando se asociaron con los atacantes.
El empate final terminó desluciendo lo que hizo Argentina en ese primer tiempo, y también lo que generaron los laterales en Colombia. Pero sin duda, lo que exhibieron Montiel y Acuña es el camino a tomar.