Estela, Taty, Lita, Charly y el ex preso político en Jujuy Iván Altamirano compartieron anoche la misma mesa. Fue en el auditorio de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA donde confluyeron Carlotto, Almeida, Boitano, Pisoni y referentes de la agrupación Tupac Amaru, para abrir el Foro por la Libertad y la Democracia que elaborará un documento unificado con el detalle de las violaciones a los derechos humanos en Argentina. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, junto a Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S y otros organismos entregarán el informe a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que visitará el país el 22 de mayo. “Tenemos que pelear por la libertad de Milagro Sala y sus compañeros, ella no va a perder su coraje como no lo perdimos nosotras cuando nos atacaron diciendo que hacíamos negocios y que no fueron 30 mil, tengamos confianza en nuestra juventud porque es como aquella de los 70 que dio la vida sin más interés que la justicia social”, dijo Carlotto y agregó: “Hay relevo, los nietos son parte de nuestra comisión directiva, el día que no estemos estarán ellos”.
La presidenta de Abuelas miró hacia su derecha y dijo: “Voy a dar un ejemplo que lo tengo acá al lado, Carlos Pisoni estuvo en la única audiencia que nos dio el presidente Macri y cuando dio una respuesta absurda sobre el encarcelamiento de Sala, él le contestó ‘si usted dice eso tendría que estar preso y no siendo un presidente’, se lo dijo en la cara”. Luego de los aplausos de un auditorio colmado, Carlotto enfatizó que “no nos van a derrotar, no pudo Videla menos va a poder este hombre, usamos bastón porque nunca nos arrodillamos”.
Poco antes había hablado Altamirano, quien estuvo nueve meses detenido en una comisaría de Jujuy. “Este gobierno de Morales tiene la justicia comprada pero vamos a seguir peleando de pie, los políticos no quieren que surjamos porque demostramos que podemos transformar la realidad, terminar la primaria, construir barrios y piletas, y eso nos lo dio Milagro, nos dio dignidad”, dijo. El acto había comenzado con las palabras del decano de Sociales, Glenn Postolski, quien destacó que “acá no cambiamos, seguimos estando a favor de libertad de los luchadores sociales”. Tras la exhibición de un video que reflejó sucesivas represiones del macrismo a manifestaciones de protesta, Alejandro Garfagnini, de la Tupac Amaru, recordó que fue Carlotto quien luego del reciente aniversario del golpe de Estado de 1976 los interrogó sobre cómo seguir. “Hay que dar una respuesta a todos los atropellos que venimos sufriendo, somos más de 100 organizaciones que proponemos una gran movilización cuando venga la CIDH, porque Argentina va a repetir la foto que vivió en 1979”, cuando el organismo internacional visitó el país en plena dictadura.
Junto a Madres, Abuelas e H.I.J.O.S estuvieron anoche la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y el Serpaj, entre otras agrupaciones, que también rindieron un minuto de aplauso en homenaje a Marcela Bordenave y Carlos Slepoy, fallecidos recientemente.
Almeida señaló sendas sillas vacías en la primera fila con los nombres de Milagro Sala y Nélida Rojas, detenida de la Tupac en Mendoza, y se dirigió al Gobierno de Cambiemos. “Dejen de violar los derechos humanos”, exigió.
El relato del abogado Alfredo Guevara, que representa a los detenidos de Mendoza, sobre el hostigamiento que padecen conmovió al enérgico público militante. “Es constante, el hijo de Rojas duerme con la puerta abierta porque siempre lo allanan y ya no quiere que le rompan la cerradura, fueron a donar guardapolvos y la directora de un colegio los sacó con la policía, el barrio de la Tupac vive un estado de excepción”.
Algunos estudiantes tomaron nota como si fuera una clase. “No es que seamos un ejemplo las Madres y las Abuelas pero tenemos la persistencia del amor y la seguridad del derecho que tenemos de seguir buscando lo que la dictadura nos robó, hijos y nietos. Esa convicción hizo que nos uniéramos hace ya cuarenta años porque cuando hay un objetivo común las diferencias no existen”, podía leerse en el cuaderno de una chica ubicada casi en la última fila. Lo había dicho Estela Carlotto.