La producción de las pymes industriales registró en marzo una caída de 2,5 por ciento frente al mismo período del año pasado y acumula 18 meses consecutivos en baja. En marzo del año pasado, el nivel de actividad ya se había reducido en un 3,1 por ciento frente a 2015, lo que da una idea de la profundidad de la crisis pyme. Los datos fueron relevados por CAME, que plantea que si se hila más fino se puede percibir que hay sectores pyme que están empezando a mostrar algún dinamismo, fundamentalmente los vinculados al agro y la construcción. En cambio, sectores denominados “sensibles” por estar especialmente expuestos a la competencia importadora, como textil, calzado, madera y muebles, gráficos y marroquinería, siguen en caída libre.
La producción pyme viene en baja desde hace tiempo. En 2014, la reducción del nivel de producción de las pymes industriales fue del 5,5 por ciento, como consecuencia de la devaluación de comienzos de ese año. La actividad de las pequeñas empresas industriales cerró el 2015 con una merma del 3,6 por ciento. Las últimas subas interanuales se registraron en agosto y septiembre de 2015 y fueron del 1,1 y 0,2 por ciento, respectivamente. Desde ese momento, la producción industrial pyme no paró de caer. El peor momento de 2016 se verificó en el segundo semestre, con bajas por arriba de 6 por ciento y de 7,8 por ciento en agosto.
El mes pasado, la merma fue del 2,5 por ciento en la comparación anual. Frente a febrero, el índice registra una suba del 12,6 por ciento pero sin desestacionalizar, mientras que en el acumulado del año la baja es del 3,2 por ciento. La CAME confecciona su informe en función de una encuesta realizada a 250 pymes de todo el país. A nivel sectorial, en marzo los peores desempeños se registraron en maderas y muebles (-13 por ciento), productos textiles e indumentaria (-10,2), papel, cartón, edición e impresión (-9,7), calzado y marroquinería (-7,9), productos electro-mecánicos e informática (-4,7) y productos de caucho y plástico’ (-6,4 por ciento). Son los sectores afectados por el combo compuesto por la caída del consumo y la suba de importaciones.
Según las propias estadísticas de CAME, las ventas minoristas cayeron 4,1 por ciento en febrero y acumulan en el bimestre una merma de 3,3 por ciento. El año pasado, ese indicador cerró con una baja de 7 por ciento, dinámica asociada al deterioro del poder adquisitivo del salario, de las jubilaciones y de las asignaciones familiares. El achicamiento del mercado interno para las empresas nacionales a raíz de la caída de las ventas se profundizó por la suba de las importaciones que desplazan a la producción local. Según los datos del Indec, la importaciones de bienes de consumo aumentaron en el primer bimestre un 17,9 por ciento medidas en cantidades.
En marzo hubo una serie de sectores industriales pyme que registraron crecimiento. Material de transporte avanzó un 13,6 por ciento, productos de metal, maquinaria y equipo lo hizo en un 1,5 por ciento; productos químicos, un 1,2 por ciento; y alimentos y bebidas, un 1,1 por ciento. En el sector metalmecánico, la venta de maquinaria agrícola es uno de los pocos impulsos, apoyado en las expectativas del agro. “Estamos convencidos de que para la maquinaria agrícola, más allá de otras luces amarillas que se ven y, en algunos casos, luces rojas, el mercado interno va a ser bueno en general”, dijo Raúl Crucianelli, presidente de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA).
La encuesta de CAME registró que apenas el 18 por ciento de las empresas declara tener planes concretos de inversión para este año. Un 23 por ciento evalúa realizar inversiones, mientras que el 54 por ciento contestó que no planea invertir y el 5 por ciento que no lo sabe. Apenas el 9 por ciento de las empresas consultadas considera que el actual es un buen momento para invertir. Para el resto, el contexto es entre regular, malo y muy malo. De cara a las próximos meses, el 71 por ciento de los empresarios pyme no espera mejoras, mientras que el 29 por ciento espera aumentar su producción.