¿La Berlinale en verano, cuando es un festival históricamente asociado a la nieve y el frío? La pandemia lo hizo posible. Desde ayer miércoles y hasta el 20 de junio se lleva a cabo en la capital alemana el Berlinale Summer Special, una edición del festival de cine pensada únicamente para berlineses –no habrá prensa internacional ni acreditados, apenas los “talents” de las 126 películas programadas- en espacios al aire libre, empezando por una sala a cielo abierto construida especialmente en la hermosa Isla de los Museos. La Berlinale había tenido a comienzos de marzo una edición virtual solamente para profesionales y ahora esa misma selección será pública y presencial para todas las secciones: Competencia Oficial, Panorama, Forum y Generation, donde la película Una escuela en Cerro Hueso, opera prima de la santafecina Betania Cappato, obtuvo una mención especial.
La buena noticia para el público que está lejos de Berlín es que el Forum del Cine Joven –donde Esquí, debut en el largometraje del barilochense Manque La Banca, obtuvo en marzo el premio de la crítica internacional- ha organizado, al margen de su sección oficial, un programa paralelo, que se podrá ver en línea en gran parte del mundo, Argentina incluida.
Se trata de “Fiktionsbescheinigung”, que en esa lengua inhumana que para los latinos es el alemán significa literalmente “certificado de ficción”. Créase o no, se trata de una expresión oficial de la jerga burocrática migratoria que se refiere a un derecho de residencia temporal. Y el Forum se apropió de ese término para titular un ciclo constituido íntegramente por películas realizadas en Alemania por cineastas inmigrantes y curado por un equipo de residentes alemanes de distintos orígenes vinculados al cine y al activismo cultural.
En palabras de los propios curadores, “el ciclo Fiktionsbescheinigung plantea la pregunta: ¿quién puede entrar en la historia cultural alemana, en las salas de cine y en el canon cinematográfico y quién se queda fuera? ¿Quién determina lo que se muestra?” Para ello, han seleccionado 16 títulos de largo y cortometraje, de ficción, animación o documental, que van desde la caída del Muro de Berlín hasta la actualidad más candente. Por caso, el documental Bruderland ist abgebrannt (La patria hermana está en llamas), realizado en 1992 por Angelika Nguyen, da cuenta del grado de orfandad e indefensión en que quedaron las decenas de miles de hombres y mujeres vietnamitas que trabajaban en la República Democrática Alemana y que, con la reunificación, quedaron de un día para el otro sin techo y sin trabajo, intentando regresar a un país al que ya no pertenecían, o construir una vida nueva con reglas completamente diferentes, que incluían en algunos casos sufrir las agresiones neonazis.
Ese costado del problema está muy desarrollado en otro documental, Der zweite Anschlag (El segundo ataque, 2018), concentrado en los relatos de víctimas –turcas, asiáticas- de agrupaciones clandestinas racistas. Para que los crímenes que ellos y sus familias sufrieron no queden impunes han constituido sus propios tribunales populares, donde desenmascaran lo que llaman “el segundo ataque”: la inacción del Estado, la lentitud del sistema judicial, el silencio de los grandes medios. Allí denuncian no solamente a los grupos neonazis que perpetran sus ataques en la sombra sino también al partido AfD (Alternative für Deutschland), su brazo político, que a pesar de su ideología fascista tiene una representación regional y parlamentaria que ronda el 13 por ciento promedio.
“Cada una de las películas funciona como una sugerencia de cómo la mirada blanca alemana puede contrarrestarse con perspectivas diversas e interseccionales, y todas ellas tienen una cosa en común: su propia práctica visual y textual del testimonio desde dentro, no desde los márgenes”, expresan los seleccionadores, Enoka Ayemba, Karina Griffith, Jacqueline Nsiah, Biene Pilavci y Can Sungu. A su vez, para Cristina Nord, directora del Forum y promotora de la iniciativa, la importancia de llevar a cabo este programa en este momento en particular, tiene sus razones: “Porque la sociedad alemana, la sociedad berlinesa ya no son (y creo que nunca lo fueron) homogéneas. El sector cultural debe aprender de una sociedad cuyo rasgo fundamental es la heterogeneidad. No es suficiente invitar a cineastas internacionales, es importante enterarse de lo que está pasando aquí mismo y de abrir un espacio para que se exprese”.
Nord tiene las ideas muy claras al respecto: “A pesar de ser cinéfila y de tener un conocimiento profundo del cine, ignoré muchas obras que están en este programa. ¿Por qué? ¿Por qué no conozco una belleza como Auslandstournee (Gira internacional, 2000)? ¿Por qué no se exhiben esas películas, por qué no circulan en los festivales? ¿Puede ser que el sector cultural sea marcado por estrategias de discriminación? Y si este es el caso, ¿el Forum quiere ser parte de ese proceso de exclusión y marginalización? Mi respuesta es: No, más vale intentar otra cosa”.
Justamente, Fiktionsbescheinigung anima a los espectadores a preguntarse dónde se han escondido estas películas anteriormente y por qué la mayoría de ellas no han sido accesibles a un público más amplio. La serie ofrece así una base de debate para que la exclusión y la discriminación delante y detrás de la cámara, en festivales, en los procesos de archivo y canonización y en la distribución y recepción de películas en Alemania se pueda hablar adecuadamente. Esta discusión se extenderá en un programa de panel de tres días que tendrá lugar virtualmente para presentar las diversas perspectivas que pueden señalar el camino para el cine alemán y mostrar cómo se puede lidiar con el racismo en el cine.
Para Nord, la relación que tiene este programa con la historia del Forum es evidente: “En algunas películas –las que tienen un toque experimental como Ziyaret, Visit o Die Türhüter (Los porteros)– se ve una sensibilidad estética que es propia del Forum. En otras, el vínculo tiene que ver con un anhelo del Forum: explorar constelaciones sociales buscando las estrategias estéticas adecuadas. Es decir: no se trata de un cine de mensaje político, se trata más bien de la búsqueda constante de formas y expresiones y de una reflexión sobre el cine mismo. A la vez, creo que es un proceso en el cual se debe reflexionar sobre los gustos y las ideas de calidad: ¿Cuáles son los conceptos de calidad estética que un@ tiene? Tal vez esas ideas vanguardia, de estéticas avanzadas de vez en cuando requieren una revisión”.
Las películas estarán accesibles (con subtítulos en inglés) hasta el 30 de junio en la sala 3 del Arsenal, que es el complemento virtual de las salas 1 y 2 del Arsenal – Institute for Film and Video Art, en Potsdamer Platz, legendario archivo, distribuidora y sala de repertorio que desde hace medio siglo organiza el Berlinale Forum.