De regreso en Argentina, el presidente Mauricio Macri continuó obnubilado con la catarata de halagos, buenos augurios y promesas que recogió tras su encuentro con el presidente Donald Trump en los Estados Unidos, donde no obtuvo ningún anuncio oficial con beneficios para el país. “Todos me dijeron queremos acompañarlos, queremos ayudarlos”, les contó a un grupo de jubilados en el distrito bonaerense de Pilar. “Le dije que queríamos mandarle los limones y me dijo que sí, que lo van a arreglar, el tema de los limones”, relató Macri ante el auditorio en el centro de jubilados Santa Rosa en relación a su diálogo con Trump sobre uno de los ejes que motorizaron su visita a Washington, luego que la administración del propio presidente republicano decidió mantener la clausura de la importación de los cítricos argentinos.
Como en un diario de viajero, Macri volvió una y otra vez sobre su breve gira estadounidense ante los jubilados que escuchan a su alrededor. “A cada lugar que fui, no solo con Trump, en todos lados, lo que recibí fueron muestras de afecto por la Argentina, muchas ganas de ayudarnos, felicitándonos de lo que hemos empezado a hacer en este año y medio”, insistió el Presidente, según sus voceros, ya que la prensa no tuvo acceso al encuentro con los jubilados.
El Presidente también se extendió en detalle sobre el tema de los limones. Recordó que “la empresa que más compra concentrado de limón que hacemos los argentinos es Coca Cola” y que Argentina “es uno de los países productores más importantes del mundo”. Aunque ahora con menos mercado externo por decisión de Trump. El mandatario contó que en su mensaje a la dirigencia política y empresaria estadounidense transmitió que “esta transición ha sido dura” pero afirmó que comenzaron a darse “los pasos que corresponden para el desarrollo del país”. Luego marcó su mensaje de alineamiento y subordinación ante el mundo financiero internacional: “Hemos cambiado, hemos aprendido, los compromisos que asumamos los vamos a cumplir”.
“Y la verdad que todos me dijeron: ‘queremos acompañar a la Argentina, creemos en Argentina’”, contó Macri sobre la respuesta que habría recibido de los empresarios estadounidenses.
Macri dedicó al segunda parte del acto al motivo que lo llevó hasta el centro de jubilados de Pilar: celebrar la incorporación –según el Gobierno– de un millón de jubilados a la cuestionada “reparación histórica” de haberes, tras renunciar a un imprescriptible reclamo judicial.
“Estamos acá para festejar el jubilado un millón que entró en la reparación histórica”, sostuvo Macri antes de presentar a María, la beneficiaria, con quien mantuvo un breve intercambio de palabras. La jubilada se definió como “joven por dentro y esqueleto viejo por fuera”, coincidió con el mandatario la importancia de “no quejarse” en la vida y en la importancia de “hacer lío bueno”, como dijo el papa Francisco. “Estoy de acuerdo con eso”, respondió el Presidente entre risas.