El padre de una alumna de 13 años denunció por "abuso y corrupción de menores" a las autoridades de un colegio religioso de Rosario de Lerma, Salta, por dictar los contenidos de Educación Sexual Integral (ESI) correspondientes a las normativas vigentes para garantizar el derecho a la ESI. Ralph Calatayud, el denunciante, aseguró que tomó la medida porque los responsables del colegio no le dieron explicaciones sobre la forma en que se dictarían los contenidos y porque considera que su hija tiene que ser formada en esos asuntos por su propia madre.
Calatayud presentó la denuncia contra los directivos del Instituto Secundario Rosario de Lerma en la Comisaría N° 14 de esa ciudad. Lo hizo días después de haberle impedido a su hija que siguiera asistiendo a clases tras enterarse de que estaba recibiendo contenidos de ESI. "Ellos no me dan ninguna garantía, ni ninguna seguridad, ni ninguna información", afirmó Calatayud en declaraciones públicas.
"Desde el punto de vista formal existe una ley nacional y diseños curriculares con contenidos que el Estado prescribe. Salta tuvo algunas demoras en la implementación, pero desde hace tiempo que está adherida a la ley y en la web del Ministerio de Educación provincial es muy fácil acceder a la información relacionada a los objetivos de la ESI", dijo a Página/12 Lucía Schiariti, docente especialista en ESI.
La Ley nacional 26.150 establece que todos los estudiantes “tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal”. Aunque la ESI es obligatoria en todos los niveles escolares, Calatayud dijo que se "sorprendió" cuando, hace poco menos de un mes, advirtió que en una materia interrogaban a su hija "sobre sus intimidades sexuales y las de su familia”.
"Cómo vas a poner a tu hija con un grupo de gente que no sabes quiénes son, cuáles son las calificaciones que tienen, si están preparados para lo que ellos quieren enseñar a los niños y si ese es un ámbito en el cual se debe enseñar a los niños sobre sus condiciones sexuales o sobre los problemas que ellos puedan tener", sostuvo en declaraciones al medio El Tribuno de Salta. Además, indicó que su hija “pedirá ayuda a un médico o a su madre, pero no a un extraño que no sabemos si está preparado para interrogar a un adolescente sobre su vida privada y menos sexual”.
"Es una visión de la escuela centrada en los contenidos conceptuales, una visión de otra época, evidentemente aún hay familias que no quieren habilitar esos espacios de reflexión y que les preocupa seguir teniendo el control sobre cierta información que se habilita", señaló Schiariti en este sentido y agregó que "en otras materias no aparecen estos reclamos, nadie deja de mandar a un hijo a la escuela porque le enseñen otros temas".
Antes de la denuncia, cuando el hombre impidió que su hija continuara yendo a clases, el colegio lo intimó formalmente para que justificara la inasistencia y Calatayud se negó a recibir la notificación. Ahora, la dirección del establecimiento decidió darle el pase a la alumna para que pueda seguir sus estudios en otro colegio.
"Quienes trabajamos en ESI entendemos que se trata de un paradigma desde el cual llevar adelante la tarea, se trabajan cuestiones estructurales, que los chicos conozcan sus derechos, que sepan que hay alguien que los escucha. La ESI habilitó conocer situaciones de abuso o de violencia en las que se pudo intervenir, no acceden solo a información sino también a espacios de reflexión en torno a lo que les pasa", subrayó Schiariti.
Además, la especialista consideró que esos espacios de reflexión deben estar abiertos también a los adultos. "Creo que los colegios tienen pocos espacios destinados a hacer un trabajo con la familia desde principio de año: explicitar qué es ESI, qué entendemos con ESI, qué trabajamos en ESI. No convocarlos para pedirles permiso, ni contar uno por uno los contenidos, pero sí para explicar un poco desde dónde se va a trabajar", concluyó.