De acuerdo a cálculos de la UMET, la inflación se ubicó en el 3,7 por ciento en mayo, 0,4 puntos por debajo del registro de abril. El informe del Instituto Estadístico de los Trabajadores de dicha universidad indica que el índice de precios que elaboran acumuló un 20,9 por ciento en lo que va del año y 49,4 por ciento en los últimos doce meses, lo cual representa un incremento de casi 15 puntos porcentuales respecto de la medición de noviembre pasado.
La inflación de mayo estuvo motorizada en primer lugar por vivienda (+5,2 por ciento), en un mes en donde se produjeron aumentos de electricidad promedio del 9 por ciento en zonas como el Área Metropolitana de Buenos Aires. En segundo lugar, el rubro de comunicaciones se encareció 4,5 por ciento, explicado por subas en servicios de telefonía celular de la misma magnitud. El segmento de salud trepó 4,0 por ciento a raíz de nuevas subas de las prepagas.
Alimentos y bebidas creció en línea a la media, con el 3,8 por ciento. Dentro de este capítulo, las mayores subas se produjeron en verduras (7,3 por ciento), en gran medida por la suba del tomate (27,2) y la lechuga (11,1). Las infusiones treparon 5,7 por ciento a raíz de la evolución de la yerba (5,2) y el té (6,5).
"A nivel mundial, los precios de los alimentos vienen siendo impulsores de la inflación en diversos países. De acuerdo a la FAO, el índice de precios internacionales de alimentos -que incluye carnes, cereales, lácteos, aceites y azúcar- trepó 4,8 por ciento en mayo y 39,7 por ciento interanual", explica el informe del IET.
Mayo se caracterizó a nivel nacional por el cierre de las exportaciones de carne vacuna, cuya inflación en moneda doméstica fue del 74,1 por ciento interanual. El mes pasado, el aumento mensual de la carne vacuna fue de un 3 por ciento. "Más allá de la coyuntura en donde incide un gran aumento de la demanda china sobre una producción que creció moderadamente en los últimos tres años, en el largo plazo el precio doméstico de la carne viene subiendo muy por encima del resto de los precios. El kilo de asado se multiplicó por más de 180 veces desde fines de 2001, casi el doble que lo que subió el dólar, y muy por encima de otras proteínas como la aviar y la porcina", explica el informe.
A raíz de la dinámica de los precios y de la crisis, en 2020 el consumo per cápita de carne vacuna fue el menor desde 1920. Sin embargo, sumadas las carnes bovina, aviar y porcina, el consumo per cápita de 2020 llegó a los 112 kilos, bastante por encima de lo registrado en los años ’90 (cuando osciló entre 90 y 100) pero inferior al récord de 2015 (116 kilos).
Por debajo del nivel general de alimentos y bebidas quedó recreación y cultura, que trepó 3,5 por ciento impulsado por alimentos para mascotas, rubro que subió por encima del 20 por ciento por segundo mes consecutivo. En tanto, otros bienes y servicios se encarecieron 3,4 por ciento traccionado por pañales para bebés (11,4). Equipamiento y mantenimiento del hogar avanzó 3,4 y transporte lo hizo en un 3,3 por ciento a causa del alza del precio de las naftas (5,1 por ciento).