La inflación este año se ubicará entre 35 y 40 por ciento, lejos de la pauta del 29 por ciento que figura en la ley de presupuesto, pero también distante del 48,2 que proyectan consultores y bancos en la encuesta del Banco Central. Junio será el primer mes en que el índice de precios al consumidor comience con 2, luego de ocho meses consecutivos, desde octubre del año pasado, que arranca con 3 o con 4. Así lo considera el gabinete económico, y lo fundamenta con las siguientes previsiones:
* Inflación importada en baja: La presión que ejercieron los precios internacionales de las materias primas e insumos industriales en esos ocho meses va quedando atrás. El girasol, por ejemplo, subió 120 por ciento en dólares en el período. El mineral de hierro aumentó 99 por ciento, el caucho lo hizo un 67 por ciento y el aluminio, un 50. La disparada formó parte del descalabro económico mundial por la pandemia y golpeó sobre los índices de inflación en la mayoría de los países. Para Argentina el impacto fue especialmente intenso. Hacia adelante, sostienen los funcionarios, los valores podrán mantenerse altos e incluso trepar algún escalón, pero ya no tendrán esa variación desestabilizante del último trimestre de 2020 y la primera mitad de 2021.
* El ancla del dólar: la ventaja de precios internacionales tan altos en soja y demás commodities agrícolas es que el Banco Central está pudiendo captar dólares como nunca. La liquidación de divisas por exportaciones es record desde 2003 y los controles de capitales le ponen un tapón a la fuga. En lo que va del año, la autoridad monetaria ya compró 6100 millones de dólares. La cosecha seguirá algunas semanas más. En el balance anual, las autoridades del BCRA estiman que quedarán con un saldo a favor de 5500 millones, luego de las ventas que deberán realizar en el segundo semestre por razones estacionales y la presión de la pulseada electoral. La recomposición de los depósitos en dólares, de 1700 millones desde la corrida de octubre pasado, es otro elemento que ayuda a mejorar las expectativas. Martín Guzmán había anticipado a comienzos de año que el dólar subiría más en el primer cuatrimestre y luego iría pisando el freno. Es lo que está ocurriendo. En enero el dólar mayorista registró un alza del 3,1 por ciento, en febrero fue del 2,5; en marzo, del 3,6; en abril, del 1,7, y en mayo, del 1,2. La desaceleración del dólar repercute sobre bienes importados e insumos para la producción, generando un clima de mayor estabilidad.
* Tarifas en pausa: la luz, el gas, las prepagas, las telecomunicaciones, los colegios privados y los combustibles no volverán a aumentar o lo harán leventemente en algún caso en lo que resta del año. Es un motor que estuvo activo en el primer semestre y que de ahora en más dejará de empujar la inflación. La aprobación de la ley de zona fría, por otra parte, producirá una rebaja en las tarifas de gas para 3 millones de argentinos. El Poder Ejecutivo y el oficialismo en el Congreso, además, trabajan en otro proyecto de ley que, de concretarse, también será resonante: declarar servicio público a la provisión de garrafas y regular sus precios en todo el país.
* Ordenamiento en carnes y lácteos: el próximo jueves terminan los treinta días de suspensión transitoria de las exportaciones de carne. El Gobierno considera que podrá alcanzar un acuerdo con exportadores y frigoríficos que atienden el mercado interno para garantizar el abastecimiento de una decena de cortes populares –asado, vacío, matambre, tapa de asado, falda, cuadrada, paleta, roast beef, carne picada y espinazo- a precios accesibles. El optimismo radica más en que en este conflicto el Estado tiene poder de fuego para forzar el entendimiento, antes que en la marcha de las negociaciones hasta el momento. El cierre de las exportaciones es una medida de impacto sobre el sector que ayuda a reducir los precios internos. “Si no quieren acordar, se prorrogará la suspensión de exportaciones”, transmiten los funcionarios. El punto que genera mayor controversia es que más allá del compromiso que asuman los privados, el Gobierno se plantó en que fijará cupos de exportación para asegurar que esos diez cortes estén disponibles para los consumidores de todo el país. Las fiscalizaciones de AFIP y Comercio Interior sobre matarifes y demás actores de la industria de la carne exponen la decisión política de terminar con la escalada de precios que se produjo desde el año pasado. El alza en promedio fue del 76,2 por ciento en los últimos doce meses, con picos del 95,8 en el caso del asado. En cuanto a los lácteos, el acuerdo entre los ministerios de Desarrollo Productivo y Agricultura con la industria para sumar productos en Precios Cuidados y moderar los aumentos de acá en más, en el marco de una mesa de trabajo que esta semana tuvo una nueva reunión, diluirá otro factor de presión inflacionaria.
* Súper Cerca: el acuerdo con 24 empresas líderes de consumo masivo para mantener congelados 70 productos hasta fin de año, con los precios impresos en los paquetes, empezará a hacerse efectivo esta semana. Los primeros artículos que llegarán a las góndolas serán los lácteos y en los próximos quince días se sumarán los demás. Más de la mitad de los alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza incluidos en Súper Cerca tienen la distribución garantizada por las propias industrias. Para el resto, el convenio ya estableció los márgenes que pueden cargar mayoristas y minoristas, a fin de garantizar que se respeten los precios convenidos.
El Gobierno nacional transmitió a provincias y municipios, en especial del conurbano bonaerense, que se comprometan en la fiscalización, para lo cual también habrá un trabajo de la militancia del Frente de Todos. Los precios pactados son 7 por ciento más bajos que los que rigen en los comercios de proximidad hasta el momento, que a su vez son 27 por ciento más caros en promedio a los de las grandes cadenas.
Antes de empezar las negociaciones, Comercio Interior hizo un amplio relevamiento en supermercados chinos y autoservicios para verificar dos cosas: que las marcas incluidas sean las que ya están vendiendo, a fin de facilitar el abastecimiento y la logística, y cuáles eran los precios a los que vendían. De ese modo, se determinó, por ejemplo, que en promedio los Spaghetti Favorita se estaban comercializando a 53 pesos y en Súper Cerca estarán a 50 pesos; el arroz largo fino Lucchetti salía 72 pesos y ahora se ofrecerá a 65; el pan rallado Favorita bajará de 75 pesos a 65; las tapas de empanadas de la misma marca lo harán de 89 a 78 pesos; el sachet de leche La Martona retrocederá de 84 a 74 pesos; el puré de tomate Marolio bajará de 55 a 49 pesos; la mermelada Noel, de 121 a 108, y la Pepsi Black, de 188 a 185 pesos en los envases de 2,25 litros. Las disminuciones más importantes serán las del alcohol en gel de Unilever, de 125 a 77 pesos (-38 por ciento), y el desodorante Rexona, de 179 a 140 pesos (-22 por ciento). De los 70 productos, 40 tendrán precios más bajos, 23 permanecerán sin cambios y 7 subirán entre 2 y 3 por ciento. La comparación, como se indicó, es con los valores de supermercados chinos y autoservicios.
* Acuerdos de precios: Súper Cerca será una forma de establecer una canasta de productos esenciales para los comercios de proximidad, en la línea de Precios Cuidados para las grandes cadenas, que abastecen a un 33 por ciento del mercado interno. Este último programa se amplió a 670 productos. La puesta en marcha de la ley de Góndolas y el fortalecimiento del Mercado Federal Ambulante apuntan en la misma dirección de acercar a productores y consumidores y generar una oferta de bienes de la canasta básica a precios más convenientes.
* Estabilización macro: el paulatino ordenamiento de las cuentas fiscales, la estabilidad de la tasa de interés, la oferta de crédito subsidiado para la producción y los avances en las negociaciones con el FMI y el Club de París, sostienen en el gabinete económico, son también factores que mejoran las perspectivas y ayudarán a desacelerar la inflación.