El presidente del Colegio de Magistrados, Eduardo Barrionuevo, planteó a los diputados que la postura de ese organismo es bastante negativa con respecto al proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo para crear un Fuero Especializado en Violencia Familiar y de Género, que estará compuesto por seis juzgados Integrales de Primera Instancia Especializados en la temática.
Dicha iniciativa fue anunciada por el gobernador Gustavo Sáenz en la apertura de sesiones de este año, y desde hace unos días las comisiones de Justicia y Legislación General de la Cámara Baja comenzaron a trabajar con el proyecto organizando una serie de reuniones, en primer lugar con funcionarios provinciales, el miércoles último con el Colegio de Magistrados y el viernes con miembros de la Corte de Justicia.
El principal cuestionamiento señalado por Barrionuevo radica en la dificultad que tendrán esos seis jueces para poder abordar la diversidad de fueros, ya que tendrán competencia en materia civil, de personas, de familia y penal, pero en su mayoría los magistrados no tienen el nivel de especialización necesario en tantos ámbitos.
“En el proyecto solo se plantea la capacitación en perspectiva de género, pero eso ya sucede con la Ley Micaela, lo que los jueces necesitan es capacitación en por ejemplo teoría del delito penal, que se les explique las reglas del proceso", indicó.
Además remarcó que uno los principales puntos a cambiar es que se debe diferenciar violencia de género de la familiar, “porque si bien las mujeres son generalmente víctimas en ambas, se deben trabajar por separado, porque es muy diferente”.
Y solicitó que la creación de los juzgados debe venir acompañada de una dinámica procesal diferente que permita a un juez tomar decisiones iniciales relevantes en materia penal y civil. “Hay esbozo en la Ley 7848, cuando da la posibilidad de que las medidas de prevención las tome un juez de garantías o de violencia”, expresó.
Para Barrionuevo solamente seis juzgados pueden ser escaso, ya que los casos de violencia que se registran mensualmente son muchos y los jueces van a tener que hacer completa la parte de garantías, sacar adopción, divorcio, etc. Además será un juez con dos modelos de gestión y con tiempos diferentes, y es escéptico a como se pueda compatibilizar lo Civil de lo Penal, “porque en esto último las pruebas la genera el fiscal, mientras que en Civil son las partes”.
“Nos encantaría decir que cambiando un par de artículos la ley puede salir, pero está complicado y son varios los puntos a modificar”, señaló Barrionuevo.
Igual el magistrado remarcó dos artículos que sí considera útil. El décimo crea “El Registro de Actuaciones por infracción a la Ley de Violencia Familiar y de Género”, en el que los operadores judiciales deberán remitir inmediatamente de conocido un hecho de violencia familiar y de género, un informe especificando, como mínimo edad, estado civil, profesión u ocupación de la persona que padece violencia, así como del agresor; vínculo con el agresor, naturaleza de los hechos, medidas adoptadas y sus resultados, así como las sanciones impuestas al agresor.
Mientras que el artículo 11 refiere a un “Sistema de comunicación”, mediante el cual los Juzgados Integrales deberán establecer mecanismos y circuitos de trabajo que aseguren una rápida, coordinada y especializada gestión de los casos de violencias por motivos de género en el ámbito de sus respectivas incumbencias y en especial, a notificar a los poderes ejecutivos provinciales de las medidas de protección dictadas en procesos judiciales.
“Consideramos que esas dos medidas si repercutirán en mejoras y más velocidad”, indicó.
El juez Barrionuevo señaló que como alternativa planteó que en la Legislatura existe un proyecto de modificación del Código Procesal Civil y Comercial, que sientan la bases en procesos por audiencias orales y no por escrito: “es un gran avance”
“Una audiencia oral permite concentrar el conocimiento y la decisión. Todos los métodos de los procesos están virando a la oralidad”. Pero advirtió que ese proyecto está pensado con la cantidad de jueces civiles que hay hoy, y se le quita calidad si se saca un juzgado.
Esta advertencia la realizó en base a que los seis juzgados saldrán de los actuales Juzgados de Primera Instancia de Violencia Familiar y de Género de Primera, Segunda y Tercera Nominación.
El actual Juzgado de Garantías de Quinta Nominación se transformará en Juzgado Integral Especializado en Violencia Familiar y de Género de Cuarta Nominación.
Y el actual Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Segunda Nominación se transformará en Juzgado Integral Especializado en Violencia Familiar y de Género de Quinta Nominación.
Aunque Barrionuevo fue en representación de todos los magistrados, la interna también ahí existe, y mientras que hay algunos que quieren evitar que se apruebe el proyecto, hay otros que adhieren.
En una reunión anterior el Secretario de Justicia, Diego Pérez, manifestó que el proyecto plasma la necesidad de transformar una apremiante realidad por la que atraviesan las mujeres en Salta.
“Este proyecto es el resultado de un acuerdo con muchas organizaciones vinculadas a la temática, de la Justicia salteña, y otros actores, con los que coincidimos en la necesidad de unificación de fueros, por lo que creemos en el avance de este tipo de proyectos”, sostuvo el funcionario.
Políticas públicas
Barrionuevo advirtió que ya le plantearon al ministro de Gobierno, Ricardo Villada, la necesidad de políticas públicas para prevenir los casos de violencia de género. Su razonamiento parte de que en primer lugar solo llega a judicializarse solo un porcentaje menor, cercano al 30 por ciento, de mujeres que sufren violencia. Por eso para él, seguir modificando el sistema judicial no impide que suceda la situación de violencia ya que no actúa en la prevención.
Además remarcó que no se trabaja con el agresor para cambiarle la actitud, cuando la Justicia actúa protegiendo a la víctima el violento se enoja más “lo ve como ataques, porque por ejemplo un juez dispone sacarlo del hogar, entonces su reacción es responder con más violencia si no se le enseña a controlar esa frustración”.