La municipalidad de San Martín le está comprando a cooperativas sus insumos de pandemia --.alimentos, barbijos, alcohol en gel, elementos de limpieza, servicios de sanitización--. Se trata de una política de orientación del Compre Estatal que ya tiene camino hecho, cierto recorrido: en 2019, las cooperativas proveyeron a la intendencia del 40 por ciento de estos insumos, y en lo que va de este año están llegando al 60 por ciento. Ahora, un grupo de municipios acordó ampliar la experiencia. El INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) les está dando una línea de créditos no bancarios para que puedan sostener el proceso.
Gualeguaychú, Tigre, Coronel Pringles, Empalme Villa Constitución son algunas de las ciudades que acordaron, junto con San Martín, implementar el Compre Estatal a cooperativas, tanto a nivel local como de municipio a municipio. Sus intendentes participaron días atrás --algunos presencialmente y otros vía zoom-- de un encuentro sobre el tema, al que también se sumaron trabajadores y el titular del INAES, Alex Roig. Esta nota toma lo que se dijo en ese encuentro y le agrega algunas entrevistas para contar los resultados de esta política y el proyecto de extenderla.
Qué compran
Oscar Minteguía es secretario de Desarrollo Social de San Martín. “Compramos, sobre todo alimentos, cada vez más porque vamos encontrando más productores cooperativizados. Té, mate cocido, leche, yerba, arroz, fideos, harina; el aceite viene de una recuperada de La Matanza, la gelatina es de una recuperada local, al alcohol en gel lo elabora una cooperativa del Frente Darío Santillán. También hay cooperativas que nos proveen de servicios: por ejemplo de fletes y de sanitización”, contó a PáginaI12.
La asistencia alimentaria, con la covid, es una política imprescindible en todos los municipios. En San Martín ya venían comprándole a la economía popular para abastecer a sus comedores y merenderos, pero con la pandemia aumentó el volumen de alimentos demandado. Por otra parte, la economía popular está ampliándose hacia la prestación de servicios. El de sanitización, vinculado a la limpieza de espacios de uso común, por ejemplo cuando en un comedor es detectado un contagio, no es tan novedoso, pero sí lo es la formación de cooperativas para el cuidado de personas. “Debido a la covid, en nuestros hogares geriátricos tenemos un alto número de personas con carpeta médica, o que tienen que quedarse en casa por enfermedades preexistentes. Desde hace tres años veníamos haciendo capacitación en cuidado de personas a través de una cooperativa. Eso nos permitió pedirle reemplazos”, señaló Minteguía. Otros casos son de recuperadas que reorientaron actividades. Por ejemplo, los trabajadores de una empresa metalmecánica, que hacían repuestos para autos, trabajaron en la reparación de los pisos de camionetas de la municipalidad.
Financiamiento
El intendente de San Martín, Fernando Moreira, habló de las prevenciones que aparecen cuando Estado decide comprarle a las cooperativas. La duda más frecuente, indicó, es si van a tener la capacidad de producción necesaria. “En esto vemos un tema clave en el financiamiento. Las cooperativas necesitan de un capital inicial cuando las compras tienen volumen, para poder adquirir los insumos o para equiparse y entregar la producción en tiempo y forma, que es lo que espera el municipio”.
El gobierno local trabajó primero con un presupuesto propio para solucionar el tema dándoles crédito. Después, con el INAES, creó un fondo de financiamiento no bancario. El sistema funciona con los siguientes pasos: la municipalidad emite la orden de compra, que es utilizada como garantía para que el INAES otorgue el crédito a la cooperativa. En el caso de San Martín, el fondo es administrado por Fecootra, la federación de cooperativas de trabajo.
Moreira explicó que “es algo seguro, porque la municipalidad ya emitió la orden de compra, y se otorga sin demora”, es decir mucho más rápido que los tiempos que suele tener el Estado, obligado a cumplir con una serie de pasos y controles antes de concretar un pago.
El fondo es rotatorio, a medida que las cooperativas lo van pagando el dinero vuelve a ser prestado. “Como el reembolso es rápido, circula con mucha velocidad y avanza de una manera virtuosa. Es una experiencia muy productiva, que además de favorecer a las cooperativas, abarata los costos al municipio”.
Un Estado
El año pasado, el INAES destinó 10 millones de pesos a este fondo de financiamiento, que ahora va a ampliarse en número de municipios --firmaron el convenio para sumarse al sistema siete intendencias-- , y en cantidad de presupuesto.
Para Alex Roig, titular del Instituto e integrante además integrantes del Movimiento Evita, este tipo de intervención del Estado “le da encarnadura a la idea de la centralidad del trabajo y de la producción en la vida política. Lo realiza”.
"Cuando uno mira un proceso de compra estatal, puede verlo como algo técnico, pero se trata en realidad de la concreción del Estado que produce, porque la compra es para la sociedad. Es una forma de producción donde en el Estado tiene un poder central y que nos permite producir la vida en común. Por esto estamos en el corazón de la realización de un proyecto nacional, que se expresa en el territorio, en el municipio”, apuntó Roig a los intendentes.
Consideró también que en el país “tenemos un montón de cooperativas que trabajan, y lo hacen bien pero no tienen acceso al capital, y por eso no pueden entrar al circuito. Con lo cual, un fondo así lo que permite es equilibrar la cancha”.
Municipios cooperativos
Vinculado al Compre Estatal a cooperativas también se hizo un acuerdo entre municipios para realizar ventas cruzadas. Por ejemplo, Gualeguaychú va a comprar cuadernos Norte y botines CUC (la ex Adidas), que son fabricados por dos recuperadas de San Martín. A su vez, San Martín va a comprarle a Gualeguaychú frazadas para proveer a los Hogares de niños del distrito. El objetivo es, en este caso, abrirle otros mercados a los productores locales.
Los intendentes hablaron de las actividades que en sus ciudades son de gestión cooperativa: en muchos casos los servicios públicos, como la provisión de electricidad o agua potable, un clásico en el interior. Como tendencia actual, prácticamente todos están buscando la producción local de verduras, lo que los enfrenta al problema del acceso a la tierra y la posibilidad que el Estado le habilite el uso de predios fiscales para la producción agroecológica. En Tigre desarrollan con el Conicet y cooperativas de las Islas un proyecto de cultivo de cannabis para uso medicinal, otra novedad. La mirada compartida es que el compre estatal puede ser clave para ayudar a los trabajadores cooperativos -a la economía popular-, en el sostenimiento del trabajo, un bien social escaso. También que beneficia a los vecinos, ya que las cooperativas, al aumentar sus niveles de producción, pueden dar la pelea en el mercado minorista, -a muchas les resulta caro poner a funcionar las máquinas sólo para el barrio o la feria, pero una vez en marcha abren la venta al barrio-. Los municipios por su parte, muestran sus propios logros: defienden el empleo local y al mismo tiempo consiguen mejores precios.