E. Martínez (6): No tuvo demasiado trabajo en la primera parte, pero respondió bien cuando fue necesario. Se acopló, en alguna ocasión del primer tiempo, a la buena circulación que mostró la Selección y devolvió por abajo para darle continuidad al funcionamiento nacional. Le atajó el penal a Arturo Vidal y no tuvo responsabilidad en el gol tras el rebote, que lo encontró sin mucho que hacer tras haberse estirado para contener el remate del hombre del Inter.
Montiel (6): El planteo de Scaloni lo requirió siempre proyectado en ofensiva y el de River cumplió. Asistió con precisión a Lautaro Martínez luego de un pase de Messi, pero el atacante le pifió a la pelota. Bien.
Otamendi (6): Fue el más firme de la dupla de centrales. Anticipó y resolvió bien en los intentos ofensivos de Chile. Cumplió con lo requerido de él en un planteo que les exigía junto a Martínez Quarta un mayor despliegue dada la proyección de Montiel y Tagliafico.
Martínez Quarta (4): El más flojo de la defensa. A destiempo, con saldo negativo en los anticipos y con muchas faltas a cuestas, se lo notó sin la confianza que el planteo de Scaloni exigía para su tarea. Tuvo responsabilidad en la jugada que devino en el penal de Chile: salió lejos y dejó expuesto el fondo.
Tagliafico (5): La profundidad que Argentina consiguió en sus ataques, sobre todo en la primera mitad, lo tuvo como animador en algunas ofensivas en las que subió y participó en la generación de peligro. Fue imprudente en su intento de despejar ante Arturo Vidal y terminó haciéndole penal al jugador del Inter.
De Paul (5): No se asoció demasiado con Messi, quien lo había definido como uno de sus socios más importantes en la construcción del juego de Argentina. Aunque estuvo mejor en el primer tiempo que en el segundo y se hizo cargo del equilibrio en el mediocampo argentino, no ofreció demasiada firmeza en defensa ni aportó a la ofensiva.
Paredes (5): Otro de los que tuvo mejor actuación en la primera parte que en la segunda, síntoma del decaimiento general del equipo argentino. No llegó a acomodarse luego del entretiempo y, a los 20 minutos, el entrenador optó por sacarlo del campo de juego.
Lo Celso (7): Fue el mejor de Argentina, junto a Messi. También el que más brilló en el primer tiempo en el que la Selección ofreció un juego veloz, preciso y vertical. El volante del Tottenham comandó las ofensivas y resolvió con rapidez y calidad. Las más claras de los 45 minutos iniciales llegaron desde sus pies: entre los 10 y los 20 minutos, ofreció tres asistencias de lujo que ni Lautaro Martínez ni Nicolás González pudieron aprovechar para poner a Argentina en ventaja. A los 11, levantó la cabeza y descubrió a Martínez, a quien le inventó un pase cruzado que dejó solo al del Inter, quien desperdició la clarísima oportunidad luego de haberle ganado la posición a Maripán. A los 15, resolvió con un lujoso taco en el área, luego de un pase de Tagliafico, para asistir a González, quien exigió a Bravo. A los 17, filtró un impecable pase que dejó atrás a Pulgar y a Medel para que González quedara solo otra vez frente al arquero chileno. Además de precisión y peligro, guió el ritmo de los ataques y, al recibir o recuperar, aceleró con inteligencia para darle vértigo a las ofensivas y dejar mal parado a Chile. Estuvo indescifrable para los dirigidos por Lasarte y fue el generador del tiro libre que Messi convirtió en el 1-0, luego de que Pulgar lo derribara por la medialuna del área. El segundo tiempo no lo arrancó con la misma intensidad y el DT lo reemplazó a los 20 minutos.
Messi (8): Repitió sus buenas actuaciones de las últimas presentaciones y demostró por qué sigue siendo el mejor y el más desequilibrante. Arrancó más adelantado y comenzó a bajar para arrastrar al mediocampo chileno detrás suyo y generar más espacios en la ofensiva. Luego de las atajadas con las que Bravo le ganó el duelo de pelota parada en Santiago del Estero, el rosarino se despachó finalmente a los 32 minutos con un golazo de tiro libre. Se hizo cargo de la pelota cuando el juego de Argentina se hizo confuso o se empezó a diluir. En la primera parte, un jugadón suyo por la derecha encarando hacia el área, arrastró marcas y liberó a Montiel y Martínez, aunque finalmente el ex Racing se perdió el gol. En el segundo tiempo, le puso un centro exquisito en la cabeza a González para que definiera en soledad ante Bravo. Y volvió a demostrar que, aunque el funcionamiento del equipo muestra sus destellos por momentos, Argentina sigue necesitando de él para abrir el marcador.
L. Martínez (4): El atacante del Inter no tuvo un buen partido. Resolvió mal dos ofensivas clarísimas en la primera mitad, luego de pases de Montiel y Lo Celso que lo dejaron en posición de vulnerar a Bravo. El más flojo de la ofensiva argentina.
N. González (6): Al igual que Martínez, no estuvo certero de cara al arco luego de tres chances concretas de mover el marcador en favor de la Selección. En el primer tiempo, Bravo le sacó un tiro esquinado abajo tras un taco de Lo Celso y, luego, resolvió apurado y mal, de derecha, luego de un pase entre líneas del futbolista del Tottenham. En la segunda mitad tuvo la otra: no logró darle dirección a un cabezazo tras un centro que Messi le puso en la cabeza. Más allá de eso, tuvo mucha movilidad y siempre fue un último pase claro para sus compañeros.
Di María (-): Ingresó a los 67 minutos junto a Exequiel Palacios. Se ubicó por el costado derecho: participó en algunas acciones pero no aportó demasiado.
Palacios (-): Trató de ser una salida clara en el mediocampo, en un pasaje en el que Argentina no encontraba orden ni juego. Lo logró a medias.
Agüero (-): Entró a falta de diez minutos, junto a Joaquín Correa, cuando el equipo ya estaba desordenado e intentaba con más ambición que volumen de juego. No tuvo mucha participación.
Correa (-): No intervino demasiado. La Selección, puro ímpetu a esa altura, no lo pudo aprovechar.
Molina (-): Reemplazó a Montiel a falta de cinco minutos para el final.