El juez federal Julián Ercolini autorizó este martes el traslado del represor pinochetista Walther Klug Rivera a Chile. Detenido el sábado en Buenos Aires, el ministerio del Interior --que conduce Eduardo "Wado" de Pedro-- ya había anunciado la decisión del gobierno de Alberto Fernández de expulsarlo del país.

En la audiencia del lunes ante el magistrado, Klug Rivera pidió ser extraditado a Chile lo antes posible, desde donde se fugó en las últimas semanas y adonde había llegado extraditado desde Italia en febrero de 2020 tras una primera fuga más exitosa a Europa. Allí debe purgar una condena por las desapariciones y asesinatos de 23 trabajadores y afrontar una investigación por la desaparición de un estudiante secundario.

"Conforme dan cuenta las constancias incorporadas a los presentes actuados, Klug ingresó en forma irregular al país. Esto sentado y dado el consentimiento prestado por el requerido, quien además solicitó que se proceda a su envío a ese país lo antes posible, habré de autorizar su traslado a la República de Chile sin espera alguna, conforme lo dispuesto en la normativa aplicable", dice la resolución a la que accedió Página|12.

La detención de Klug Rivera se produjo el sábado a las 12.50 por parte del departamento Interpol de la Policía Federal Argentina (PFA) y como parte de un trabajo conjunto con la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Según informaron desde el juzgado, Klug Rivera estaba hospedado en un hotel de la zona de Moreno al 3000, en la Ciudad de Buenos Aires.

El 1 de junio, Klug Rivera intentó salir del país con su pasaporte alemán. Allí, las autoridades de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) advirtieron que no tenía registrado su ingreso al país y que en el sistema estaba cargada una alerta de información, pero no de detención. Por la demora que se produjo, el militar terminó perdiendo el avión. Tenía destino a España para seguir luego hacia Alemania, desde donde se podría garantizar que no lo devolvieran a Chile. Klug dejó el aeropuerto, pero comenzaron las tareas para dar con su paradero. 

Las órdenes de detención de Klug Rivera llegaron desde Chile entre el 9 y el 10 de junio, según consta en el expediente. Más de una semana después de que las autoridades argentinas detectaran su presencia en el país y después de que el espacio de memorias Londres 38 denunciara que se había ausentado gracias a la falta de controles de la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile. El sábado 12, la PFA lo arrestó. La detención llegó antes de que pudiera usar el pasaje que había sacado para el 20 de junio con igual destino: España-Alemania. Ese mismo día, la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, firmó una disposición para expulsar del país al represor chileno.

El traslado de Klug Rivera se terminará de definir en las próximas horas. El juez remitió todo el expediente a la Cancillería para que se proceda con la expulsión del coronel retirado. Allí, Felipe Solá está trabajando en estas horas en la resolución para resolver su extradición y, a partir de ese momento, se podrá coordinar la búsqueda de Klug con Chile, confirmaron fuentes de ese ministerio.


Los crímenes

Klug Rivera ingresó al Ejército chileno en 1966 y se formó en la Escuela de las Américas, desde donde Estados Unidos irradiaba su influencia entre los militares de la región. Para el momento del golpe de Estado con el que Augusto Pinochet derrocó al presidente Salvador Allende, Klug Rivera era oficial del Regimiento 17 de Infantería Reforzada de Los Ángeles, en la región del Biobío.

Desde el 11 de septiembre de 1973 y hasta el 31 de marzo de 1974, se produjeron secuestros, desapariciones y asesinatos de 23 trabajadores de las centrales hidroeléctricas de El Toro y El Abanico, que pertenecían a la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA). Fueron llevados al regimiento de Los Ángeles o a reparticiones que dependían de éste. Klug fue responsable del centro clandestino que se montó en las caballerizas del regimiento. Por el caso ENDESA, Klug fue condenado en 2014 por la Corte de Apelaciones de Santiago a la pena de diez años y un día. Ni ese día pasó en prisión.

Al momento de su segundo escape, Klug estaba siendo investigado por el secuestro de Luis Cornejo Fernández, un estudiante de la Universidad de Concepción. El 18 de septiembre de 1973, carabineros y militares se llevaron al muchacho primero a la comisaría de la zona de Los Ángeles y luego al regimiento, donde puesto a disposición del sector de inteligencia, que integraba Klug y en el que sobresalía como un interrogador sádico y brutal. Nunca más se supo de Luis Cornejo. Quizá tras su segunda fuga fallida, Klug finalmente tenga que responder por estos hechos.