Periodistas de Argentina y de la región se solidarizaron a través de un pronunciamiento con seis colegas que fueron atacades por redes sociales y amenazades por teléfono tras publicar la investigació “La reacción conservadora” sobre una “red internacional asociada a la alt-right o derecha desdemocratizadora”. Según denunciaron, el ataque también incluyó la difusión de los datos personales de Ingrid Beck, Florencia Alcaraz, Paula Hernández, Soledad Vallejos (periodista de PáginaI12), Paula Rodríguez y Juan Elman, y un hackeo al sitio donde se publicó el trabajo.
En un comunicado titulado “La reacción conservadora contra el derecho a la información”, que ya recolectaba más de 900 firmas, periodistas de Argentina, México, Chile, Ecuador, Uruguay y El Salvador expresaron su preocupación ante el “hostigamiento desatado por hacer periodismo”, en un momento en que el oficio está en crisis y “se ve tironeado por las operaciones de empresas de medios, cuyos contenidos muchas veces no cuentan con rigor informativo y sí con intereses corporativos”.
Según explicaron, la investigación que fue motivo de ataque fue llevada adelante con los recursos del periodismo de datos y la finalidad de “democratizar la información sobre un movimiento relativamente nuevo en el país, que recurre a estrategias políticas también novedosas”.
“Nuestrxs colegas investigaron esta red internacional asociada a la alt-right o derecha desdemocratizadora. El solo hecho de revelar el mapa de articulaciones, sus dinámicas, sus organizaciones de apoyo y sus protagonistas les valió un amedrentamiento pocas veces visto en redes y hasta la condena de un partido político (Juntos por el Cambio), algunos de sus integrantes investigados por espionaje ilegal desde el Estado”, denunciaron.
El hostigamiento que ejercen “es una verdadera expresión de lo que opinan sobre la libertad de prensa”, continuaron, al tiempo que recordaron que “todo lo publicado es información de acceso público, documentada, sobre eventos que sucedieron y se pueden chequear”.
“Nos llama la atención también que algunxs colegas no quieran entender la diferencia entre vigilancia y datos abiertos y que caigan en la reproducción del marco que estas ideologías de derecha le dan a la investigación: no son listas, es un sociograma; no es espionaje, es periodismo; no está hecho desde el Estado, sino desde el oficio de investigar”, finaliza el pronunciamiento.