El papa Francisco ofreció la mediación del Vaticano en el conflicto social y político que vive Venezuela, pero advirtió que parte de la oposición al gobierno de Nicolás Maduro está dividida y que hay sectores que no aceptan las prerrogativas recomendadas para las negociaciones. En este sentido, Jorge Bergoglio remarcó que para que el Vaticano vuelva a facilitar el diálogo tienen que establecerse antes “condiciones muy claras”.
"Todos sabemos acerca de la difícil situación de Venezuela, un país que quiero mucho", subrayó el Papa durante su viaje de regreso a Roma tras la visita pastoral a Egipto. Allí, ante un grupo de periodistas admitió estar al tanto de hay quienes “están insistiendo” para que la Iglesia Católica intervenga en el conflicto. No sería la primera vez que lo haría.
El año pasado “hubo una intervención bajo pedido fuerte de cuatro presidentes”, dijo el pontífice en alusión a los ex mandatarios José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana), Martín Torrijos (Panamá) y Ernesto Samper (Colombia). Sin embargo, agregó, “la cosa no resultó, quedó ahí” porque “las propuestas no eran aceptadas o se diluían. Eran un sí sí, pero no no".
Algunas de las condiciones fueron la fijación de un calendario electoral, la liberación de dirigentes presos, la autorización de asistencia sanitaria internacional y la restitución de las prerrogativas del Parlamento.
"Parte de la oposición no quiere esto", aseveró el Papa. "Es curioso –agregó-, la oposición está dividida y los conflictos se agudizan cada vez más."
No obstante, no descartó la posibilidad de que la Iglesia pueda ser facilitadora para la creación de una mesa de negociaciones entre la oposición de derecha y el gobierno bolivariano. “Yo creo que tiene que ser con condiciones, condiciones muy claras", indicó.
"Todo lo que se pueda hacer por Venezuela, hay que hacerlo pero con las garantías necesarias. Si no, jugamos al pim pim pirulero (sic)", concluyó.