El gobierno nacional concretó este martes un zoom con funcionarios de alto rango de la Casa Blanca y laboratorios norteamericanos para coordinar los detalles de una donación de dos o tres millones de vacunas Pfizer, Moderna, Novamax y Janssen. Los obstáculos que surgieron son dos: las garantías y la aprobación de la Anmat.

Hubo un principio de acuerdo sobre las garantías que se cursarían a través del programa Covax de la Organización Mundial de la Salud, es decir que los laboratorios norteamericanos aceptarían la indemnidad que la Argentina ya le dio a Covax. La cuestión de la Anmat está avanzada en el caso de Moderna y se aceleraría con Novamax y Janssen. Pfizer está aprobada desde hace meses en la Argentina. 

En paralelo, la Casa Blanca se comprometió a acelerar la aprobación en USA de la vacuna de Oxfod/AstraZeneca, con lo que se liberarían -para comprarlas- 60 millones de dosis almacenadas en el país del norte. La Argentina accedería a varios millones de esas vacunas. 

El zoom por las vacunas estadounidenses

En el zoom participaron, por el lado argentino, la ministra Carla Vizzotti, la asesora presidencial, Cecilia Nicolini y el embajador en Washington, Jorge Argüello. Del lado norteamericano hubo funcionarios de la Casa Blanca y representantes de los laboratorios con sede en Estados Undios. El clima fue de concordia y los hombres de Biden insistieron en que el presidente quiere que todo se concrete, por lo que le pidió a los laboratorios que flexibilicen sus exigencias.

El antecedente obvio fue el desacuerdo con Pfizer, empresa con la que se está avanzando en las negociaciones. Todo gira alrededor de los juicios que se podrían entablar si, por ejemplo, alguien muere por la vacuna. De eso se cubren los laboratorios. Y si no se trata de una persona sino de cientos o de miles, se empieza a hablar de miles de millones de dólares. La ley argentina, votada por oficialismo y oposición, le da indemnidad al laboratorio por las circunstancias de emergencia, pero no lo cubre en caso de que, por ejemplo, la vacuna haya sufrido una contaminación por negligencia del laboratorio. Esa sería la negligencia frente a la cual el laboratorio debería responder legalmente, algo que Pfizer no acepta.

El gobierno argentino le había propuesto a Pfizer un seguro de caución a contratar en Estados Unidos, pero el laboratorio sostuvo que eso derivaba tarde o temprano en un engorroso juicio para cobrar el seguro. Pfizer pidió entonces -como lo hizo en Brasil- que la garantía fueran bienes del estado. En ese punto ahora se están buscando los acuerdos con Vilma Ibarra, secretaria Legal y Técnica de la presidencia, al frente del diálogo. En Estados Unidos lo que existe es un fondo de garantía del gobierno para todas las vacunas, incluyendo las de la gripe. 

En el zoom de este martes, ante la presión de la Casa Blanca, se barajó una solución para que se pueda concretar la entrega de las vacunas de los laboratorios norteamericanos. Se haría a través de uno de los mecanismos que tiene el programa Covax. En este caso, la Argentina hará explícito que quiere las vacunas de esos laboratorios y, por lo tanto, acepta las responsabilidades de esa elección. En ese marco, entraría a regir un acuerdo de indemnidad que el país tiene con Covax y los laboratorios lo aceptarían. Además habría un acuerdo extracontractual adicional. Es un mecanismo distinto al que hubo cuando Covax le ofreció a la Argentina las vacunas de Pfizer: en ese caso primaba la voluntad de Covax. Nada está del todo resuelto, pero se están dando pasos hacia adelante. 

La aprobación de la Anmat

Respecto de las autorizaciones de la Anmat, los trascendidos son que el visto bueno para la vacuna de Moderna es inminente y las otras dos -Janssen y Novamax- se gestionarían rápido. Como se sabe, Pfizer está aprobada por la Anmat desde el principio. 

Vacunas de Astrazeneca

En paralelo, durante la reunión virtual con la Casa Blanca, los funcionarios de Biden se comprometieron a aprobar rápidamente la vacuna de Oxford/AstraZeneca lo que permitiría liberar 60 millones de dosis que están depositadas en Estados Unidos y que no se pueden sacar del país porque el país del norte no permite la exportación de vacunas no autorizadas. 

La cuestión es de importancia para la Argentina -incluso de más importancia que la donación norteamericana-  porque de esos 60 millones de dosis, que son para toda América Latina, se podrían comprar seguramente cuatro o cinco millones. E incluso podrían ser todavía más.