“Cómo hacer para ser objetor de conciencia frente a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo es una de las primeras cosas que ves al entrar a la web del Colegio de Médicos del Distrito 1. Resaltan esa facilidad pero no dicen nada acerca de la implementación” dice Micaela Maggio que tiene 31 años y es médica psiquiatra en la ciudad de La Plata. Los Colegios de Médicos fueron creados a través de la Ley 5.413, en el año 1958. En la provincia de Buenos Aires existe un Consejo Superior que regula los diez colegios que hace más de sesenta años tienen una enorme cantidad de facultades para regular el ejercicio de la medicina. Cada Colegio está compuesto por un Consejo y una Comisión Directiva. Micaela es parte del “Colegio Joven”, una de las tres listas opositoras al oficialismo que dirige el Colegio del Distrito 1 (La Plata, Berisso, Ensenada, Punta Indio, Brandsen y Magdalena) desde hace treinta años. Las elecciones fueron pospuestas hace dos semanas debido a las restricciones por la Covid-19.
La particularidad de este llamado a elección -en el que votan médiques con matrícula- es que por primera vez las tres listas opositoras están encabezadas por mujeres. Como si estuviésemos en la escena de 1893 en la que Marie Curie se enfrentaba al consejo directivo de la Facultad de Ciencias de París porque la dejaban sin laboratorio por ser mujer, la Comisión Directiva actual está compuesta por varones que vienen sosteniendo una estructura de hierro que tiene sus pilares en la Facultad de Medicina y en una profesión llena de machismo y misoginia.
“El tema es la representación femenina en el Colegio de Médicos y en todas las instituciones médicas. En la lista oficialista empiezan a aparecer mujeres en el puesto 14, es histórico que la conducción del Colegio haya estado compuesta por hombres. Hoy en la Comisión directiva hay una sola mujer. Pero también sucede en otras instituciones médicas: Yo hice ese trabajo de mirar una por una: en la Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires (FEMEBA) hay una mujer entre 8, en Médicos Municipales hay 3 mujeres y 10 varones; y en la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA) el 10 % son mujeres. Es decir, esa representación no tiene nada que ver con el 60 % de profesionales médicas que hay en la provincia ni con el 70 % de estudiantes médicas”, explica Elisa Estenssoro, ex presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva. Ella tiene 65 años y encabeza la lista de “Cambio, otro colegio es posible”. En el 2018 desde el Colegio de Médicos la invitaron a una mesa redonda. Fue la época en que los senadores impidieron que se promulgara la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo hoy vigente. En ese entonces Elisa, como intensivista, veía morir mujeres en el Hospital por aborto séptico: “En la mesa eran todos hombres y yo la única mujer. Uno de ellos era el arzobispo de la ciudad de La Plata Héctor Aguer, no solo estaba en contra del aborto sino que venía de la rama más ultraconservadora de la iglesia. En ese momento sentía que había que dar pelea en todos lados, muchas no querían sentarse a debatir con Aguer”, explica Estenssoro. Finalmente la mesa se suspendió porque el Colegio de Médicos consideró que “no se podía garantizar la libertad de expresión” (del referente eclesiástico).
De los 14 Hospitales que hay en la Ciudad de La Plata, 11 están dirigidos por mujeres. Graciela Ramos es una de ellas, directora ejecutiva del Hospital San Martín, el más grande de la provincia de Buenos Aires. Graciela forma parte de la lista “Trabajadoras y Trabajadores esenciales”, ella cuenta que no comenzaron a reunirse ahora para armar la lista de oposición: “Las directoras de hospitales ya no veníamos juntando, esto de la pandemia nos ha unido más que nunca. Entre nosotras nos ayudamos mucho en estos tiempos tan difíciles. Esa unión a las que nos llevó la pandemia de alguna manera también nos impulsó a conformar estas listas”, explica Graciela en diálogo con Las12.
Sus ideas apuntan a mover la tierra dentro de un ente bien arraigado no solo a la medicina tradicional si no a un sistema individualista en donde los puestos van cambiando pero siempre son los mismos: “Trabajan de una manera corporativa, y no acompañan leyes que son fundamentales como la Ley de Derechos del Paciente, la Ley de Salud Mental, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la Ley de Parto Respetado o la Ley de Identidad de Género. Muchas de estas leyes ya tienen diez años de promulgadas y el Colegio de Médicos podría ser un espacio para promover que se cumplan”, dice Graciela Ramos, que llegó a la dirección del Hospital San Martín en febrero de este año: “En el San Martín, la atención para la IVE funcionaba a voluntarismo, ahora dispusimos de un consultorio específico todos los días, hay profesionales nombrados para esa tarea, acompañamos a través de una Asesoría Integral de la Salud y un equipo interdisciplinario. El consultorio tiene una demanda impresionante”, explica. Este tipo de iniciativas dentro de los hospitales públicos podría ser una de las políticas impulsada por el Colegio, que además -y esto no es un dato menor- es un organismo en el que el Estado delega las facultades para regular la matrícula. El Colegio funciona a través de comisiones, donde todavía brilla por su ausencia la comisión de género.
“Van cambiando pero siempre son los mismos, el que es presidente pasa a tesorero, el tesorero a secretario y así”, dice Liliana Fishkel, médica generalista y Directora Ejecutiva del Hospital Zonal Especializado Dr. Noel Sbarra. Ella encabeza la Lista 17 de “Trabajadores y Trabajadoras esenciales”: “No es la primera vez que nos presentamos, incluso tenemos consejeros ingresados en las dos anteriores elecciones. Sin embargo, la apuesta es lograr la representatividad de las mujeres”, explica. El oficialismo que “gobierna” el Colegio de Médicos presenta para estas elecciones una sola lista llamada “Consenso Médico”: “Con las que se olvidaron de consensuar hace años es con nosotras”,bromea Liliana, que además tiene un cargo docente en la Facultad de Medicina de la Ciudad de La Plata. “Tenemos 27 años de una facultad que forma ese tipo de profesionales que hoy dirigen el Colegio” añade. En esa Facultad se formó su generación y varias otras. Se trata de la gestión de “Hoja De Roble”, restrictiva y elitista, que después de casi tres décadas fue desplazada en el 2018. Esa gestión fue la que estableció el ingreso eliminatorio tras asumir en 1993, y los datos marcan, por ejemplo, que en febrero de 1998 de las 1.727 personas anotadas nadie aprobó la evaluación, o que en 2003 ingresó el 38 % de quienes se habían anotado: esa vez, de 1.255 que rindieron las pruebas, aprobaron 487. “El hijo de un zapatero no puede ser médico”, se sinceró el decano Demetrio Mateo Martínez en 2011 frente a la prensa. Hace diez años al decano ni se le ocurría hablar de “hijas de zapateras”.
La Lista 73 “Colegio Joven”, encabezada por Micaela Maggio, se presenta por primera vez, no solo discuten la poca representatividad de mujeres sino también de les jóvenes. En el ámbito de la medicina el machismo sigue allí entre sueros y guardias, residencias y “bautismos”, algo que parece de otro tiempo pero no lo es: “Tratamos de combatir la violencia en el marco de las residencias, está la cuestión del “bautismo” para quienes se especializan en cirugía. Se lo hacen tanto a hombres como a mujeres, pero con las mujeres está bien ligado a la misoginia. A un médico que realiza su primera cirugía le pueden tirar suero en la cabeza y mojarlo. A una médica tal vez la forma de celebración sea bajarle los pantalones para que realice la operación en bombacha” relata Micaela.
Con la pandemia hay cierta tensión que está exacerbada, la exigencia y competencia que existe en el ambiente de la medicina también se intensifica. Las mujeres médicas también tienen a su cargo las tareas de cuidado por fuera de lo que es el ámbito laboral formal, y, según explica Micaela, eso siempre es señalado por los médicos. Hay especialidades dentro de la medicina donde las mujeres son minoría, también porque históricamente se dijo que no eran especialidades para mujeres. Hoy ocupan esos espacios pero tienen que hacer un sobreesfuerzo para ganarse el respeto: “Por ejemplo en traumatología son mayoría varones y es constante que les digan ‘vos no podés hacer traumatología porque no tenés fuerza, cómo vas a hacer una tracción o cómo vas a hacer tal maniobra´”.
Micaela ha estado frente a los directivos del Colegio, y la escena vuelve a tener similitudes con las reuniones de Madame Curie con los varones que estaban a cargo de las Universidades de la Soborna: “En las oportunidades que hemos estado en el Colegio te tratan de ‘mi amor` o ‘querida`, en esos términos nos dirigen la palabra: `somos colegas, no soy tu amor`, rebate ella. “Es fundamental poder intervenir desde el trato con la otra persona hasta poder dar discusiones que se están dando en la sociedad y que en esos ámbitos están en cero. Entonces el ingreso de mujeres que no naturalizamos estas prácticas y queremos combatirlas va a poner en agenda en el Colegio de Médicos discusiones en materia de derechos y de salud pública. Puede ser la IVE pero también la Ley de Identidad de Género que hoy está a años luz de poder discutirse en un ente como el Colegio de Médicos”, dice Micaela, y agrega: "La Ley de Parto Respetado no se implementa porque la autoridad del médico no se pone en discusión, se considera a la persona gestante como alguien a quien hay que indicarle lo que hay que hacer y esa persona tiene que hacer lo que el médico indica. Lo hemos escuchado en su momento en la facultad y hoy son esas mismas personas las que por ejemplo, están al frente de esta entidad”.
En la medicina ser mujer, ser mujer joven, ser madre o ser madre soltera es una tarea titánica, más aún en estos tiempos. Discutir autonomía y jerarquías en los consultorios, erradicar los sistemas de violencias puestos al servicio de rituales de iniciación, pregnar de los debates impulsados por los feminismos en la última década, es la propuesta. El punto de partida es ir hacia un bastión anquilosado en las próximas elecciones que aún no tienen fecha definida. Lo que las ocupa además de poder sumar representatividad tiene que ver con un trabajo más desde los cimientos, donde el Colegio de Médicos, un espacio expulsivo que compone un armado históricamente patriarcal y machista, hoy tiene la hegemonía.