En el segundo partido de Dinamarca en la Eurocopa, que finalmente fue derrota por 2-1 ante Bélgica por el Grupo B, hubo un momento de especial emoción en el estadio de Copenhague. Promediando los 10 minutos de juego -en honor, justamente, al dorsal que lleva en su camiseta- desde las tribunas bajó un homenaje hacia el danés Christian Eriksen, en la primera presentación de sus compañeros tras su colapso cardíaco, tributo que se materializó sobre el verde césped también, dado que ambos seleccionados y también el árbitro pausaron el juego durante ese minuto para aplaudir al hombre que tuvo al mundo en vilo y todavía se encuentra internado en un hospital de la ciudad.
La ovación, que unió en el Parken Stadion a todos los actores que animan al fútbol, no fue, sin embargo, el único hecho que buscó rendirle homenaje al futbolista del Inter. Entre otras muestras de empatía, luego de que Eriksen sufriera un paro cardíaco el sábado pasado en pleno partido ante Finlandia, el combinado rival le hizo su ofrenda: una camiseta belga, con su número y nombre en la espalda y el deseo de una "buena recuperación", firmada por todo el plantel conducido por Roberto Martínez. A Romelu Lukaku, compañero suyo en el equipo italiano, se lo vio además especialmente conmovido durante el aplauso masivo que resonó en el estadio. Antes del partido, una casaca danesa gigante con el apellido de su 10 recorrió el campo de juego para sumarse al tributo.
Kevin De Bruyne, por su parte, la gran figura de la remontada belga sobre los daneses -que vencían desde los dos minutos, con tanto de Yussuf Poulsen-, eligió no festejar tras lo sucedido con Eriksen. "No quise gritar el gol por respeto a los daneses. Marqué, pero no quería celebrar ese gol. Tengo demasiado respeto por los aficionados", declaró el jugador del Manchester City a la televisión belga (RTBF).
El mediocampista, que no estuvo en el debut porque aún no se recuperaba del golpe sufrido en la final de la Champions League, ingresó para el segundo tiempo y ofreció una actuación brillante: dio la asistencia en el empate que anotó Thorgan Hazard, a los 55 minutos, y marcó el gol del triunfo, a los 70, para que Bélgica se asegurase el pase a los octavos de final de la Euro 2020.
En cuanto al danés Eriksen, este jueves se conoció que deberá ser operado en los próximos días con el fin de colocarle un desfibrilador automático en su corazón, como prevención luego de su episodio en pleno partido. El jugador del Inter recibió la sugerencia de los médicos especialistas en el tema y del propio responsable de la Federación Danesa, Morten Boesen, antes de tomar la decisión junto a su familia, que se mantiene acompañándolo en su internación en el Rigshospitalet de Copenhague.
"Instamos a todo el mundo a darle paz y privacidad a Christian y a su familia por un tiempo", indicó sobre el final el reporte de la Federación danesa de fútbol sobre la cirugía y los que serán los pasos a seguir en la vida del futbolista.
En las últimas horas, además, también habló el doctor Jens Kleinefeld, médico de la UEFA, quien detalló cuáles fueron sus primeras palabras luego de recuperar la conciencia, todavía en el estadio. "Cerca de treinta segundos después, abrió los ojos y pude hablarle directamente. Fue un momento muy emotivo ya que en ese tipo de urgencias, en la vida cotidiana, las opciones de éxito son bastante menores", afirmó.
En la charla con un medio alemán, Kleinefeld reveló que le preguntó: "¿Estás de regreso entre nosotros?". A su consulta, el emblema de Dinamarca le respondió: "Sí, estoy de regreso". "Por Dios, sólo tengo 29 años", recordó también que le dijo Eriksen, instantes después, lo que le permitió establecer que su cerebro "no había sufrido daños y que había regresado por completo". El mediocampista respondió correctamente a todas las preguntas y estaba plenamente consciente en el estadio, pero se necesitó tiempo para instalar el operativo médico necesario para su traslado al hospital, según informó Kleinefeld respecto de la demora.