Colombia no pudo sacar ventaja de un equipo debilitado como Venezuela, que llegó a esta Copa América diezmado por más de una docena de casos de coronavirus, pero al que le alcanzó con el entusiasmo de sus juveniles para llevarse un muy celebrado empate sin goles, en un partido de la segunda fecha del Grupo B que tuvo lugar en el estadio Olímpico, de Goiania.

El conjunto colombiano dirigido por Reinaldo Rueda nunca abandonó su ritmo cansino, ese con el que le alcanzó para vencer en la fecha inaugural del grupo a Ecuador, y eso le permitió a Venezuela, con futbolistas que actúan en el fútbol de su país y fueron convocados a último momento, suplir las diferencias de jerarquía entre ambos.

Pero la lógica indicaba que ese desgaste de los inexpertos jugadores venezolanos iba a mermar en el segundo período, y simultáneamente Colombia iba a acelerar en pos de un triunfo.

Sin embargo no sucedió ni una cosa ni la otra, ya que los chicos dirigidos por el entrenador portugués José Peseiro siguieron cumpliendo al pie de la letra lo diagramado por su técnico, y a ello le siguieron adosando una entrega física encomiable.

Por eso como en Colombia le habían encargado la conducción al boquense Edwin Cardona, autor del tanto de la victoria frente a los ecuatorianos, su calidad innegable pero expuesta en cuentagotas resultó insuficiente para alimentar a los hombres de punta, Luis Muriel y Duván Zapata, los dos atacantes del Atalanta italiano, mientras que ese pistón que tiene por derecha, Juan Cuadrado, no tenía espacio de marcha.

Colombia nunca estuvo cerca de doblegar a su rival aunque más no fuera por el peso de sus individualidades. Ante este estado de cosas Rueda decidió, promediando el segundo tiempo, la salida de los tres mencionados, Cardona, Muriel y Zapata (este último se retiró disconforme con el cambio), intentando inyectarle una dosis de energía al equipo del medio hacia delante. 


Por Cardona ingresó Luis Díaz, un volante ofensivo de juego más vertical que el boquense, mientras que a Zapata, ex Estudiantes de La Plata, lo relevó Miguel Borja, ex Olimpo de Bahía Blanca, autor del gol del empate postrero 2-2 ante Argentina por eliminatorias.

La cuestión fue que Díaz terminó expulsado con tarjeta roja directa en el tercer minuto de descuento por pisar a un rival, apenas segundos después de que Borja se perdiera el gol de la victoria debajo del arco de Faríñez, que previamente le sacó espectacularmente otro remate a quemarropa de Mateus Uribe.

Y de esta manera el partido se extinguió con un cero positivo para Venezuela y negativo para Colombia en este grupo donde el claro favorito al primer lugar es Brasil.