Inglaterra y Escocia no se sacaron ventajas este viernes en el "clásico más antiguo del fútbol mundial", reeditado por la segunda fecha del Grupo D de la Eurocopa que se está celebrando en varias ciudades europeas. El partido, el 115º en el historial entre ambos, se jugó en el mítico estadio de Wembley, Londres, y a pesar de la localía inglesa y presencia de hinchas de ambos equipos, todo terminó en un pálido 0 a 0 que fue acompañado por abucheos tras el pitido final del árbitro.
El elenco comandado por Gareth Southgate (venía de vencer 1-0 a Croacia en el debut) dominó la pelota (60 contra 40 por ciento) pero careció de profundidad y, sobre todo, precisión ante los escoceses dirigidos por Steve Clarke (0-2 contra República Checa en la primera jornada). La más clara de los locales fue un cabezazo del central John Stones (Manchester City) que el palo le devolvió en la primera parte.
Por los escoceses, con alguna que otra camiseta argentina entre sus hinchas, hubo dos muy claras: un centro pasado del lateral izquierdo Kieran Tierney (Arsenal) que encontró a su contraparte derecha Steven O'Donnell (Motherwell escocés) con un gran remate de volea que despejó el arquero inglés Jordan Pickford (Everton) en la primera parte. Y en la segunda, un remate del delantero Lyndon Dykes (Queens Park Rangers inglés) que sacó sobre la línea el defensor Reece James (Chelsea).
A pesar de contar con mucha más jerarquía entre sus jugadores, lo de Inglaterra resultó apático ante una Escocia que propuso un juego ordenado, austero y contó con la gran actuación del zurdo Andrew Robertson (Liverpool), capitán y líder total de los suyos. Lo del conjunto local fue tan flojo que incluso su gran referente, el goleador Harry Kane (Tottenham), pagó los platos rotos y fue reemplazado a 20 minutos del final para sorpresa de propios y extraños.
Duelo de "inventores"
Inglaterra y Escocia es un ancestral clásico británico cuyo primer partido se jugó el 30 de noviembre de 1872, hace 149 años, con un empate sin goles en Hamilton Crescent escocés, totalizando hasta hoy 144 juegos, con ventaja inglesa de 48 triunfos contra 41, y 25 empates.
Según cuenta la historiografía del fútbol, los ingleses fueron los "inventores" de la disciplina, mientras que los escoceses introdujeron el juego de pases a lo que comenzó como un juego muy individualista. Así, Escocia se quedó con muchos de los primeros clásicos entre ambos, con una marca de nueve triunfos, dos empates y sólo dos en el inicio del historial, con goleadas de 7-2, 6-2 y 5-1 incluidas.
La rivalidad geográfica se trasladó al terreno del fútbol gracias a los Campeonatos Británicos, que se jugaron por 100 años entre 1884 y 1984, y donde participaban además Gales e Irlanda del Norte. El centenario certamen terminó con 54 títulos ingleses, 41 para Escocia, 12 de los galeses y ocho de los norirlandeses.
Finalizado el Campeonato Británico, los duelos entre ingleses y escoceses se hicieron más esporádicos: el de este viernes fue recién el 13º clásico de los últimos 36 años. El último cotejo había sido el 10 de junio de 2017 con un empate 2-2, con un sólo antecedente en fase final de Eurocopa, en la de 1996 jugada en Inglaterra, cuando el local ganó en Wembley por 2-0 con goles de Alan Shearer y Paul Gascoigne.
Suecia a la cima
En la apertura de la jornada, en San Petersburgo, Rusia, Suecia derrotó por 1-0 a Eslovaquia con un gol de penal del delantero Emil Forsberg (RB Leipzig, de Alemania) a los 77 minutos. Así, el elenco nórdico, que no tiene a Zlatan Ibrahimovic (Milan, de Italia) entre los convocados, se subió a la cima del Grupo E con cuatro unidades, luego del debut 0-0 ante España.
Eslovaquia, por su parte, venía de dar la nota en el debut al derrotar 2-1 a la Polonia de Robert Lewandowski, por lo que marcha segunda con tres puntos.
Croacia a la baja
Tras presentarse con derrota ante Inglaterra, Croacia, vigente subcampeón mundial, rescató apenas un empate 1-1 ante República Checa en el Hampden Park de Glasgow, Escocia, por la segunda fecha del Grupo D. Los checos, que venían de superar a Escocia por 2-0, se pusieron en ventaja gracias a un penal de su goleador y figura Patrik Schick (Bayer Leverkusen, de Alemania) a los 37 minutos. El delantero venía de anotar un doblete por lo que se ubica como máximo goleador del certamen hasta el momento.
La igualdad croata llegó apenas iniciada la segunda parte, a los 47, con un golazo de Ivan Perisic (Inter, de Italia), quien encaró por izquierda y enganchó para meterse en el área y sacar un bombazo de derecha.
Los partidos del sábado
El seleccionado de Alemania intentará rehabilitarse ante Portugal, vigente campeón y con Cristiano Ronaldo como emblema, mientras que la poderosa Francia, actual campeón mundial, enfrentará a Hungría, en partidos relevantes del sábado en la Eurocopa que comenzarán a definir los clasificados del Grupo F.
Francia visitará en el Puskas Arena de Budapest a Hungría, desde las 10 (hora argentina) con el arbitraje del inglés Michael Oliver (TV: DirecTV Sports), y a las 13, en el estadio Múnich Arena, Alemania enfrentará a Portugal, con el inglés Antony Taylor como referí (TV: DirecTV y TNT Sports).
También, por el Grupo E, España jugará a desde las 16 en el estadio La Cartuja en Sevilla ante Polonia (TV: DirecTV), con el notable goleador Robert Lewandoswski, y con el italiano Daniele Orsatto como árbitro.
Londres o Budapest, escenarios de la final
La UEFA indicó este viernes que "confía" en que las semifinales y la final de la Eurocopa 2020 se celebrarán en el estadio londinense de Wembley, pero tiene como sede alternativa a Budapest, en medio de la preocupación que existe por las restricciones sanitarias en Inglaterra debido al coronavirus, señaló la prensa británica.
En ese contexto, las semifinales y la final podrían trasladarse de Londres a Budapest si no se concede una exención a las estrictas normas de cuarentena que rigen en Inglaterra tras la aparición de una nueva cepa de coronavirus denominada variante Delta, según consignó BBC Sports.
El gobierno del Reino Unido aplazó el levantamiento de todas las restricciones hasta el 19 de julio y pone en duda las cifras que maneja la UEFA para la definición del certamen, ya que el aforo de Wembley se ampliará a 45.000 para los partidos de la fase final, es decir un 50 por ciento de su capacidad total.
Los partidos se consideran eventos piloto para los aficionados, por lo que están exentos de los estrictos límites de capacidad y sólo el Puskas Arena de Hungría, con capacidad para 67.000 espectadores, tendrá el aforo completo.
El mes pasado, la UEFA trasladó la final de la Liga de Campeones de Estambul (Turquía) a Oporto (Portugal) debido a las restricciones por el coronavirus que afectaban a los viajes hacia y desde Turquía.
Dublín (Irlanda) y Bilbao (España) eran originalmente las ciudades anfitrionas, pero no pudieron organizar los partidos al no poder garantizar la asistencia de espectadores y Bilbao recibió una indemnización de 1.300.000 de euros por perder sus encuentros.