Se cumplieron 11 años de la Masacre de El Alto, en Bariloche, cuando la policía provincial, en dos hechos ocurridos el mismo día, asesinó a tres jóvenes, dos de ellos adolescentes. El policía que mató por la espalda a Diego Bonefoi, de 15 años, fue preso, condenado a 20 años por un caso típico de “gatillo fácil” al estilo de la “Doctrina Chocobar”. En cambio, siguen libres los seis condenados, a solo cuatro años, por los homicidios de Nicolás Carrasco, de 16, y Sergio Cárdenas, de 29. Los familiares de ambos enviaron una carta pública a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que confirme la pena impuesta, antes de que se produzca la prescripción.
“La sentencia por el homicidio culposo de Carrasco y Cárdenas fue dictada el 4 de diciembre de 2018 y fue ratificada dos veces por el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro, que también rechazó el recurso extraordinario que presentó la defensa, que recurrió 'en queja' ante la Corte”, explicó a Página/12 la abogada Marina Schifrin, que representa a una de las familias. El expediente está en la Corte Suprema “desde agosto del año pasado, en diciembre se cumplen tres años y el riesgo es que si llega a los cuatro años sin sentencia definitiva, la condena prescribe”, dijo Schifrin.
La abogada consideró que “el recurso ante la Corte es una chicana de la defensa porque la condena no se va a modificar, pero todo es como una burla, porque el juicio (por Carrasco y Cárdenas) se hizo muy tarde y ni siquiera se pudo saber quiénes fueron los autores materiales del asesinato del adolescente, a cuya familia represento, y lo que se sancionó fue la responsabilidad institucional”. En el caso de Cárdenas, fueron condenados dos de los policías, pero “por negligencia, porque dicen que no se dieron cuenta, pero en el caso de Nino Carrasco, el hecho fue un homicidio doloso porque le dispararon” en forma intencional.
“En el caso de Nino hubo dos policías que dispararon y que quedaron impunes”. La indignación de las familias es porque “hay que luchar un montón de años para conseguir una condena, que es poca, y encima corres el riesgo de que la hagan prescribir”. En el caso del adolescente Carrasco, en la investigación judicial nunca se llegó a determinar quiénes fueron los que dispararon.
La carta de los familiares fue enviada al presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, con copia al resto de los integrantes del tribunal. Los firmantes son Carmen Curaqueo y Ricardo Abel Carrasco, los padres de Nicolás; Karina Riquelme, la viuda de Cárdenas, y los padres del joven, Juan Cárdenas y Cristina Massaro. Señalaron que las dos familias quedaron “destrozadas por el dolor y marcadas por la impotencia ante un aparato judicial y policial que tarda demasiado tiempo en dar respuesta a nuestro justo reclamo”. Recalcaron que para la Justicia Nicolás y Sergio solo son “dos nombres en un expediente”, para las familias “el tiempo se detuvo ese 17 de junio de 2010”, cuando los dos fueron asesinados durante la represión policial de una protesta vecinal para reclamar justicia por el homicidio de Diego Bonefoi.
Los familiares puntualizaron que “balas policiales asesinas los arrancaron para siempre de nuestro lado” a los dos jóvenes. Recordaron que durante todos estos años lucharon “de todas las formas contra la impunidad, la injusticia y el silencio”. Con ese objetivo marcharon “en las calles, golpeamos puertas y denunciamos para lograr que la Justicia investigue” hasta logar que la causa avanzara. Así se llegó, en 2018, “al juicio histórico en el que, por primera vez, se sentó en el banquillo de los acusados a la cúpula policial”.
La Cámara del Crimen de Bariloche condenó a tres jefes policiales y a tres agentes, a cuatro años de prisión efectiva por los homicidios culposos de Carrasco y Cárdenas. Los condenados fueron el ex secretario de Seguridad de Río Negro Víctor Cufré, y los ex jefes policiales Jorge Vilanova y Argentino Hermosa, como coautores del delito de homicidio culposo y por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Se les aplicó ocho años de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Los policías Víctor Darío Pil, Marcos Epuñán y Víctor Hugo Sobarzo fueron condenados a cuatro años de prisión efectiva como coautores materiales de los disparos recibidos por Cárdenas. En el juicio fueron absueltos los policías Fidel Veroíza y Jorge Carrizo.
Los familiares, en la carta a la Corte, recordaron que aceptaron el fallo aunque les pareció “insuficiente y hasta vergonzoso dada la gravedad de los delitos cometidos”. Dijeron que hoy no pueden “comprender por qué nos encontramos nuevamente ante la incertidumbre como única respuesta”. Expresaron que temen que la sentencia no sea confirmada y eso los produce “una tremenda sensación de angustia” cuando ven “a los asesinos caminando por las calles”. Por eso le pidieron a la Corte que se expida, que confirme las condenas “porque es indispensable que los asesinos cumplan su condena en la cárcel”. El pedido fue acompañado por organizaciones sociales y de derechos humanos.
Los asesinatos de Carrasco y Cárdenas se produjeron como consecuencia de una violenta y masiva represión policial, ante las movilizaciones para pedir justicia por el asesinato de Diego Bonefoi, por el que fue condenado a 20 años de prisión el policía rionegrino Sergio Colombil.