El regreso de la actividad teatral a las salas convive con una cartelera virtual en permanente renovación. Y entre los estrenos, podrá verse Diarios del hambre. Iván Moschner lee y canta, en vivo y desde la plataforma Teatro Uaifai, todos los domingos a las 12 horas.
Con dramaturgia y dirección de Fabián Díaz, el unipersonal cuenta con la actuación de Iván Moschner, que canta, recita y lee en un espectáculo con formato de ficción documental, que por momentos se revela con estéticas de cabaret, café concert y varieté intercalando anécdotas personales del actor con una selección de poemas y canciones. Una dieta adoptada por Moschner para cuidar su salud en la vida real fue el disparador de la ficción donde él mismo cuenta en primera persona recuerdos de su infancia en la selva misionera y experiencias de su presente como actor profesional.
“El proyecto nació en el marco de una gira teatral que estábamos haciendo en la costa con Fabián, a comienzos del año pasado. En ese momento, yo estaba haciendo una dieta, y además ensayaba para mis clases de canto, entonces la compañera de Fabián me compartió, a modo de broma, la canción El Colesterol, de Fito Olivares. Y ahí apareció la idea de hacer un espectáculo con humor, una suerte de `varieté de mi vida´. Me pareció graciosa la propuesta, y empezamos a trabajar para ver qué salía de eso”. El trabajo comenzó, entonces, tiempo después y ya en pandemia, con una serie de entrevistas vía Zoom que le hizo el director al intérprete para poder construir la dramaturgia.
La relación artística entre ambos lleva un camino recorrido. En 2014, Moschner se puso al frente de la obra de Díaz Los hombres vuelven al monte, y en 2018 estrenaron juntos Los días de la fragilidad, con dirección de Díaz, trabajo por el cual el actor ganó el premio Trinidad Guevara como Mejor Actor Protagónico.
“Esta obra es, en cierto sentido, el relato de nuestra amistad. Y a partir de cierta zona biográfica de Iván, fuimos diseñando este trabajo que es una prueba que tiene que ver con el deseo de continuar trabajando juntos, y en un formato que es completamente desconocido para nosotros como es el streaming”, cuenta Fabián Díaz.
“El proyecto no estaba originalmente concebido para que se realizara en este formato, pero hicimos cuatro ensayos virtuales con amigos y vimos que en ese encuentro sucedía algo, entonces vislumbramos la posibilidad de hacer la obra de esa manera, porque así lo impuso la realidad. Y algo sucede con los espectadores en este ir y venir que se produce. Hay movimiento, y uno va viendo lo que pasa con las personas. Algo está vivo ahí. Por eso, después de la función también nos vamos a quedar a conversar un rato con el público, que es lo que ya pasaba en esos encuentros con invitados”, señala el actor, quien desde marzo de 2020 no sube a un escenario, al que define como “el lugar donde más me gusta estar”.
Actuar frente a una cámara es, en ese contexto, un desafío al que se entrega con disfrute, adelantando que espera poder estrenar la pieza en vivo. “Tenemos la fantasía de llevar la obra a escena, pero sin perder la posibilidad de que el público pueda vernos desde lejos”, asegura Moschner quien se encuentra ensayando una obra para los 100 años del Cervantes, y que pronto llegará a la pantalla como parte del elenco de la serie Santa Evita, que se estrenará en la plataforma Star+.
“No quisimos utilizar este medio como un paliativo de la ausencia de la teatralidad”, advierte por su parte Díaz. “Estamos tratando de configurar otra dimensión para ese encuentro, que parte del deseo de compartir algo para tramitar un poco la angustia de los tiempos en los que estamos. ¿Cómo hacemos para transcurrir este momento con liviandad y con cierto humor? Todo el tiempo tuvimos esa ecuación funcionando. No es que vamos a ver a Iván haciendo algo, sino que vamos a estar con él mientras nos cuenta algo. Creo que ahí hay una diferencia y un posicionamiento, y la cámara no nos da simplemente la posibilidad de espiar sino de compartir”.
Los vínculos también se nutren en la distancia, y la dinámica de la conexión virtual así lo confirma. “Lo interesante de actuar en este soporte es que personas muy distantes física y geográficamente ahora pueden participar. Eso es una novedad. En el estreno nos verán espectadores desde Chaco y Suecia. Y yo creo que en el futuro podríamos combinar los dos formatos: el presencial y el virtual. Vamos a probarlo. Ya hay algo que está sucediendo con la propuesta, porque la gente lo pasa bien”, afirma el actor.
“Los dispositivos virtuales ya venían funcionando en la escena desde antes de la pandemia, pero ahora esto abrió preguntas dentro de ese formato. Porque cuando no te queda otra, te tomás más en serio el problema de qué hacer con eso. Y ahí encontrás algo. En nuestro caso eso se convirtió en Diarios del hambre”, comenta el director. “Trabajar a distancia genera mucho cansancio, pero por otro lado es una posibilidad de trabajo y también un modo de repensar algunas cuestiones en el campo expresivo y perceptivo. Y eso me parece que está buenísimo”.