Desde Washington
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, cerró este viernes su gira por Estados Unidos. Lo hizo con una reunión en el consulado argentino en Nueva York a la que asistieron analistas de Wall Street y representantes de fondos de inversión. Allí habló de la deuda argentina, uno de los temas que dominó su agenda oficial en el país norteamericano.
Frente a los inversores, Massa consideró “encaminado” el proceso de negociación con el FMI, según dijeron a Página/12 fuentes que tuvieron acceso a la reunión en el consulado. Allí lo escucharon representantes y analistas de compañías financieras y bancos de inversión como Barclays, Goldman Sachs y Morgan Stanley, además de fondos como Citadel, Elliot y Wellington Management, entre otros.
El titular de Diputados había llegado a Estados Unidos el domingo pasado con el objetivo principal de encontrar apoyos en Washington a la renegociación de la deuda con FMI. El tema se repitió en las distintas actividades que mantuvo, desde encuentros privados con figuras del gobierno de Joe Biden hasta reuniones con integrantes del Congreso estadounidense. “Este viaje aportó volumen político para la gestión técnica” que lleva adelante el equipo económico del Gobierno, señalaron las mismas fuentes.
Massa estuvo en la Gran Manzana desde el jueves. Allí mantuvo una serie de reuniones con figuras de alto perfil, como Jack Rosen, presidente del Congreso Judío Estadounidense (AJC en inglés), y Susan Segal, presidenta del Consejo de las Américas. Además, participó en una charla de esta organización, en la que también habló de la renegociación de la deuda con el FMI. “Entre los temas abordados, conversamos sobre los enormes esfuerzos realizados por Argentina para superar la pandemia, recuperar la economía y fortalecer la democracia en la región; tres objetivos centrales del gobierno nacional,” contó el titular de Diputados sobre el encuentro con Segal.
Ese día también cenó con el expresidente estadounidense Bill Clinton. La reunión, que fuentes con conocimiento del encuentro calificaron de “relajada” y “amena”, duró tres horas y media. Comieron pastas y ensalada. Massa le regaló una camiseta de Tigre con el apellido Clinton, un momento que aprovecharon para una foto. También le dio una botella del vino argentino The President’s Blend.
En la cena, el ex mandatario demócrata compartió recuerdos de su gobierno, desde la relación con otros países hasta el día a día en la Casa Blanca. Estuvo acompañado por uno de sus colaboradores. Junto a Massa, al encuentro asistió la diputada argentina Laura Russo, presidenta del grupo parlamentario de amistad entre Argentina y Estados Unidos y una de las personas que integró la comitiva de este viaje.
Massa se va de Estados Unidos confiado en el efecto de su paso por Washington, donde insistió en la necesidad de una solución política para la renegociación de la deuda: el apoyo del gobierno de Biden será clave para cualquier decisión del FMI, debido al peso que tiene el voto de Estados Unidos en el organismo. En ese sentido, en la delegación consideran que el viaje fue “muy satisfactorio”.
No es una sensación que haya quedado únicamente a partir de las reuniones con la rama ejecutiva del gobierno estadounidense. El viaje también tuvo un eje en la diplomacia parlamentaria. “Cada punto abordado de la agenda bilateral y regional, es un gran avance en la construcción de un trabajo conjunto que, con diálogo, compromiso y previsibilidad, genera grandes esperanzas para la Argentina”, había señalado Massa el jueves, tras la reunión que mantuvo con el senador Bob Menéndez, el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta de Estados Unidos.