Hay por lo menos cinco razones para encender alguna ilusión en la Copa América o mejor que eso, para que se encuentre una línea de juego.
1) Está Messi. A full está, hasta el último minuto. Con lo que ya se sabe que puede metiendo el pase de gol, marcando diferencias y demostrando en el final, ya exhausto, que solo a patadas le podían sacar la pelota cuando se la llevó al banderín del córner. Si se pone el foco en cada una de las jugadas en las que participó, tendrán la sensación todos los rivales de que en este torneo los va a complicar siempre.
2) Apareció Emiliano Martínez, que da enorme seguridad a todos, cuando la pelota llega desde los costados. Da la sensación de que nunca necesitará siquiera rechazar con los puños. Habrá que ver que pasa si hay otras exigencias, pero hasta acá demostró que la titularidad no le queda grande.
3) Cristian Romero confirma que como Emiliano Martinez tiene todo para ganarse un lugar de indiscutible en el fondo. Es cierto que Cavani y Suárez anduvieron muy por debajo de sus posibilidades, pero lo de la dupla de centrales tuvo que ver. Otamendi tiene mucho recorrido, Romero da la sensación de que tiene más.
4) Di María funcionó como un tubo un oxígeno y da la sensación de que siempre tiene que estar, por lo menos un rato largo. Entró para que el equipo respirara cuando se suponía que los uruguayos iban a ser una tromba en el tramo final, recuperó la pelota, la distribuyó bien y hasta tuvo alguna buena incursión ofensiva.
5) Se ganó. Y no es poco. Después de empatar 3 partidos seguidos, dos contra Chile y uno contra Colombia, reaparecieron todos los fantasmas en el segundo tiempo, pero la realidad es que Uruguay no generó más que una situación clara de gol, un centro cruzado que no alcanzaron ni Suárez ni Cavani. Los factores psicológicos siempre juegan. Para que se bajara el nivel en parte del segundo tiempo por un lado y para generar confianza en lo que se viene. Es cierto que falta mucho, que hay unas cuantas cuestiones para corregir, pero con la tranquilidad que da una victoria es más fácil.
Por supuesto que falta mucho y que no se borra con esta actuación la idea de que estamos muy lejos de Brasil. Falta continuidad, falta elaboración de juego, falta que Lo Celso no se desdibuje, falta contundencia para resolver las situaciones favorables, falta que Lautaro Martinez choque menos y se meta más en el circuito de juego, falta que De Paul, que jugó el mejor partido en esta serie, se convenza de que es mejor jugar a un toque, falta mucho, es cierto. Pero las llamitas de ilusión se encendieron con el 1-0 ante Uruguay.