Discreta y gradualmente, las espadas del oficialismo y la oposición entraron en modo electoral. El inédito escenario de pandemia altera las reglas de juego de la campaña, y obliga a las mesas políticas a diseñar estrategias que reemplacen los actos masivos y grandes recorridos territoriales por la virtualidad. A medida que la vacunación avanza a buen ritmo, el mayor desafío del Frente de Todos será recrear las expectativas de crecimiento económico prometidas en 2019, que la pandmeia también puso en pausa. "Mostrar y repartir": así resumen en el espacio la estrategia (clásica del peronismo) que apostará a comunicar a públicos segmentados las diferentes políticas impulsadas por el gobierno para morigerar la crisis sanitaria. Por otro lado, el eje programático de Juntos por el Cambio es más difuso, dividido entre los sectores más moderados que apuestan a la propia gestión y la situación económica, y aquellos que juegan a polarizar con el gobierno nacional.
"La campaña viene lenta", advierten, como por acto reflejo, tanto oficialismo como oposición cuando es momento de hablar de las elecciones. Mientras que en Casa Rosada insisten en que "la campaña electoral es la campaña de vacunación" y que, de momento, la única preocupación es la llegada de más vacunas, en la oposición las definiciones estratégicas se encuentran limitadas por las disputas intestinas en las que están sumidos el Pro y el radicalismo en la provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Si bien es cierto que la organización de la campaña todavía está verde, esta cautela también responde en gran medida a la percepción compartida de que el humor social no está para discutir candidaturas. "El desafío de esta elección, más que la virtualidad, va a ser cómo atraer la atención de un electorado desinteresado, harto y vencido, que no tiene su cabeza en las elecciones y no quiere escuchar nada de nadie", analiza el director de la consultora Aresco, Federico Aurelio.
El límite para la presentación de las listas es el 24 de julio y se espera que cerca de la fecha la campaña tomará más impulso. Mientras tanto, los equipos técnicos del Frente de Todos intercambian estudios de opinión pública y delinean los primeros borradores de la estrategia discursiva en la "mesa de los lunes" de La Plata, en la que participan representantes de cada sector de la coalición de gobierno. De forma menos centralizada, los diferentes equipos de Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Emilio Monzó, así como los de los gobernadores e intendentes bonaerenses, también avanzan preparándose para una campaña inédita, aunque a diferentes tiempos y enfocados en las particularidades de cada territorio.
Territorio versus virtualidad
Segmentación, generación de conversaciones, mensajes diferenciados: varios de esos términos se cuelan en las incipientes conversaciones de la mesa comunicacional del Frente de Todos, coordinada por el vocero presidencial Juan Pablo Biondi y el secretario de Medios, Francisco Meritello, en representación de la Casa Rosada; Hernán Reibel y Santiago "Patucho" Alvarez, en representación del cristinismo; y Santiago García Vázquez y el titular del Enacom, Claudio Ambrosini, por el massismo. Contrario al lugar común que supone que solo el enorme aparato comunicacional de JxC domina las herramientas de la arena digital, el oficialismo ostenta un importante poder de fuego en materia de manejo de las redes sociales y apuesta a ponerlo a trabajar intensa y sectorialmente durante esta campaña.
"En esta elección el espacio público va a ser el espacio virtual, con un predominio de las comunidades digitales. Va a ser la competencia digital la que va a marcar el termómetro", asegura una de los dirigentes del massismo que participa de la mesa política. El eje de la estrategia digital será consolidar diferentes públicos y direccionar mensajes diferenciados a cada uno de esas audiencias respondiendo a las necesidades y demandas concretas de cada uno de ellas. La apuesta es trabajar mucho con los sectores jóvenes de 16 a 30 años por YouTube y plataformas nuevas como Twitch (a través de la cual Alberto Fernández le dio una entrevista al humorista Pedro Rosenblat hace unas semanas). Este sector es uno de los más afectados por la crisis, por lo que el objetivo es direccionar mensajes que tengan que ver con las políticas de alivio económico impulsadas por el gobierno nacional, como las modificaciones en el régimen de Monotributo.
A pesar del eje en lo digital y mediático, las acciones en el territorio, aunque más esporádicas y reducidas, también formarán parte de la campaña. Y en esto coinciden tanto en el Frente de Todos (más acostumbrado a la liturgia de los grandes actos) como en Juntos Por el Cambio. "En el interior del país y de la provincia de Buenos Aires la campaña va a ser más tradicional, con mucho impacto en el territorio, aunque no con grandes actos en estadios o espacios cerrados", reflexionó uno de los armadores de Monzó, quien actualmente está compitiendo en la interna bonaerense contra el vicejefe porteño, Diego Santilli, y el intendente de Vicente López, Jorge Macri. En esta línea, tanto Monzó en Provincia, como Rogelio Frigerio en Entre Ríos, vienen peinando las provincias hace meses, lo cual podría representar una ventaja sobre los candidatos que aún no definieron si competirán o no (como Santilli o Facundo Manes). En términos de herramientas digitales, en el espacio coinciden que los únicos con los fierros necesarios para dar la batalla son los del Pro, especialmente en el caso del jefe de Gobierno porteño y el de Patricia Bullrich.
En el caso del FdT, serán los pesos pesados del gobierno (como Kicillof o los ministros Wado De Pedro y Gabriel Katopodis) quienes caminarán el territorio para hacer campaña con los candidatos locales.
Crisis y después
Los ejes del oficialismo para esta elección son la vacunación, la reactivación económica y la unidad. Sin embargo, dado que la vacunación avanza a buen ritmo (con más del 30 por ciento de la población vacunada y con miles de dosis que arriban todas las semanas), la mayor preocupación radica en los números de pobreza e inflación. "Sin la vacuna no se puede, solo con la vacuna no alcanza", resumen algunos sectores de la coalición oficialista. Frente a esto, el objetivo es instalar la idea de "alivio económico" a través de la enumeración de las diferentes políticas llevadas a cabo por el gobierno nacional para morigerar los efectos de la pandemia. Reforma del impuesto a las Ganancias, IFE, ATPs, Monotributo, Zonas Frías: gran parte de la artillería digital del Frente de Todos estará abocada a comunicar, de manera segmentada, los diferentes programas económicos que fue lanzando el gobierno.
La línea troncal de la comunicación del gobierno de la provincia de Buenos Aires --allí donde se juega la madre de las batallas electorales-- sigue haciendo eje en que, previo a la pandemia por el Covid, hubo una pandemia económica de la que fue responsable el gobierno de Mauricio Macri. Por ello, se espera una importante cuota de polarización con el macrismo, a partir de la cual se buscará instalar la imagen de un "Estado presente" (que "te cuida, te vacuna y te ayuda" económicamente) versus el "Estado ausente" de la gestión macrista.
JxC aprovechará también para hacer hincapié en todas las promesas de crecimiento económico que el FdT hizo en 2019 y que después no pudo cumplir. El fracaso de la llamada "cuarentena más larga del mundo", la supuesta asfixia tributaria, la acusación de "mal manejo" de la economía: una parte de JxC considera que lo prioritario es presentar una alternativa de gestión que vaya más allá de la polarización pura y dura con el gobierno nacional. El problema, tal como explica el politólogo Diego Reynoso, es que JxC no cuenta aún con un "eje programático claro" debido a sus diferencias internas, lo que dificulta saber cuál será la estrategia discursiva del espacio de cara a las PASO. "Algunos harán hincapié en la vacunación, otros en la cuestión económica y otros en la corrupción y la transparencia", resume Reynoso.