Silvia Barrientos, abogada de la joven que denunció a Rodrigo Hernán Ruiz, al policía Edgardo de la Cruz Roldán y al hijo de éste, Cristian Roldán, por abusarla sexualmente el 18 de octubre pasado, aseguró que "como consecuencia de diferentes amenazas a la testigo principal de la causa", la fiscala Marina Villagra ordenó que la custodien. “Nunca había visto tanto pánico en una testigo”, aseguró la abogada.
La causa había sido instruida por la fiscala subrogante de la Tercera Circunscripción Judicial de Belén, Verónica Saldaño, que imputó a los tres acusados por los delitos de abuso sexual simple y abuso sexual con acceso carnal agravado por el número de personas y solicitó la prisión preventiva de los tres.
No obstante, el abogado de los acusados, Luciano Rojas, apeló la medida y el tribunal de la Cámara declaró la nulidad de lo actuado y el apartamiento de la primera fiscala, en abril último. Es por esto que hubo un cambio de instructor, el que debió comenzar la investigación desde cero.
Es por esto que la semana pasada se les volvió a tomar declaración a los sindicados, quienes permanecen alojados en la Comisaría de Belén, y también a la testigo. La mujer, de quien se resguarda su identidad, fue la primera a quien la víctima le contó lo que había sucedido. En aquel momento supo que la joven había denunciado en la comisaría lo que le sucedió, pero los policías, compañeros de uno de los acusados, no remitieron lo actuado a la Fiscalía.
Por esta irregularidad, que fue denunciada luego por la abogada Barrientos, la testigo llevó a la mujer hasta la ciudad cabecera para que denuncie lo que le pasó ante la propia fiscala.
“El relato fue desgarrador. La víctima le había contado todos los detalles y le dijo que tenía miedo de hablar para no meterla en problemas. Pero la sorpresa de todos fue el pánico que tenía por haber recibido amenazas constantes de los familiares de los detenidos”, contó Barrientos.
La víctima había recurrido a la testigo porque le ayudaba con sus proyectos educativos ya que ambas son docentes. La testigo contó que ese día la vio llegar dolorida y con cicatrices en sus rodillas y otras partes de su cuerpo, pero que, aunque ella le preguntaba, no le quería decir para “no comprometerla”.
"Cuando escuchó el horror de lo que le habían hecho los acusados", quienes además de violarla la filmaron y se burlaron de ella, la testigo dijo que recordaba haberle dicho “por favor, pedí ayuda”.
Sin embargo, se dio cuenta de que los sindicados eran personas con “poder” en el pueblo de Londres y es por esta razón que la llevó en su auto hasta la Fiscalía de la circunscripción de Belén.
Tras conocer que ella había ayudado a la víctima, familiares de los acusados habrían comenzado a intimidarla. Según relató ante la fiscala Villagra, le ofrecieron terrenos, dinero en efectivo y, al ver que no cedía, amenazaron con dañar a sus hijos. “Había gente que me decía que no declare porque los Roldán y los Ruiz son peligrosos. Pero otra gente me pedía que por favor lo haga para salvarlos de lo que sucedía en el pueblo y que no la deje sola a la chica”, dijo.
“Nunca vi tanto pánico en una testigo. El pueblo quedó dividido tras esta denuncia. Muchos tienen miedo”, aseguró la abogada.
En tanto, Barrientos adelantó que la víctima haría una ampliación de su declaración el próximo lunes, y que la nueva audiencia de control de detención se hará el martes.
Asimismo, relató que la semana pasada se concretó un reconocimiento del lugar del hecho; un descampado ubicado a unos 6 kilómetros del pueblo. “Fue traumático para la denunciante volver a recordar todo. Ella aún no se recupera y también es intimidada y amenazada”, concluyó la abogada.